Herederos de Dios y Coherederos con Cristo (Romanos 8:16-17)
HEREDEROS DE DIOS EN CRISTO
"El Espíritu mismo da testimonio a nuestro
espíritu, de que somos hijos de Dios.
Y si hijos, también herederos; herederos de
Dios y coherederos con Cristo" (Ro.8:16-17)
SOBREABUNDANTE GRACIA EN CRISTO
"en quien tenemos redención por su sangre,
el perdón de pecados según las riquezas de
su gracia, que hizo sobreabundar para con
nosotros en toda sabiduría e inteligencia" (Ef.1:7-8)
QUE LA GRACIA REINE Y NO EL PECADO
"la ley se introdujo para que el pecado
abundase; mas cuando el pecado
abundó, sobreabundó la gracia; para que...
la gracia reine ...mediante Jesucristo" (Rom.5:20-21)


 
18 de abril de 2024

 
DOLOR NECESARIO
 
Juan 16:7 Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; más si me fuere, os lo enviaré.
 
 
Aunque pasemos por desprendimientos dolorosos en esta vida, si estamos en Cristo, estas aflicciones nos ayudarán a aferrarnos a la presencia consoladora del Espíritu Santo; ya que para ello es que Él nos fue enviado luego de la dolorosa partida del Salvador.
 
Aun cuando Cristo avisó a los discípulos de su partida para que estuvieran preparados, estos no se sintieron satisfechos con las advertencias, ni se interesaron en comprender la manera en que su Señor sería llevado a la gloria con el Padre; ellos simplemente se llenaron de tristeza (Juan 16:1-6). Es por ello que Cristo tuvo que indicarles los beneficios que recibirían a través del Espíritu Santo cuando él partiera; porque el amado consolador traería transformación a las personas del mundo a las que ellos les predicarían (Juan 16:7-11) y confirmaría y continuaría la enseñanza de Cristo sobre el reino celestial (Juan 16:12-15).
 
Como los apóstoles, al perder a un ser muy querido, nosotros también tendemos a deprimirnos; pero debemos asimilar cada pérdida como una circunstancia a través de la cual seremos consolados, enseñados y ayudados de forma especial por el Espíritu de Dios. Dicho sea de paso, ninguna persona que nos abandone, u objeto que nos falte, llega a ser más importante que el Salvador; y, por ello, aunque los discípulos lo vieran partir a través de su doloroso sacrificio, aprenderían que Cristo seguiría con ellos por medio de la presencia del Espíritu de Dios.
 
Al final, el dolor de la partida de Cristo sería transformado por el gozo de verle resucitado (Juan 16:16-24); y sus advertencias serían recordadas como aliento en los momentos de mayor adversidad y oposición que experimentarían los discípulos (Juan 16:25-33).
 
Por grande y dolorosa que sea, nuestra aflicción sirve como circunstancia ideal para percibir el maravilloso consuelo del Espíritu Santo; y para esperar con anhelo el regreso de nuestro Señor Jesús.
 

 
 
17 de abril de 2024

 
UNIDOS A CRISTO
 
Juan 15:5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.
 
 
Así como una rama solo sobrevive y da fruto estando en la planta, el creyente vive espiritualmente y manifiesta el amor de Dios estando en Cristo.
 
El ejemplo de la vid (planta de la uva), puesto por Cristo a sus discípulos, tuvo el propósito de mostrarles las consecuencias naturales de estar unido a Él por la fe; ya que el cristiano verdadero produce fruto o resultados de su nueva naturaleza santa en Cristo (Juan 15:1-2a, 6), es limpiado espiritualmente por medio de la Palabra divina para que lleve más fruto (Juan 15:2b-5, , se le concede lo que pide en oración porque lo pide conforme a su conexión espiritual con Cristo (Juan 15:7), es impulsado por el amor de Cristo a hacer Su voluntad lleno de gozo (Juan 15:9-13, 16-17), y se relaciona confiadamente con el Señor Jesús (Juan 15:14-15) aceptando el aborrecimiento del mundo como consecuencia natural de su relación con el Salvador (Juan 15:18-27). Todas estas características están presentes en quien ha rendido su vida al Señor Jesús; porque de no ser así, no sería una rama de la vid de Dios.
 
Si, siendo creyentes en Cristo, no percibimos el fruto de nuestra conversión, o pensamos que el Señor no oye nuestras oraciones, o que nos ha abandonado en medio de la persecución de este mundo, es porque no hemos entendido cada uno de estos aspectos conforme a nuestra conexión espiritual con el Salvador; pues nuestro fruto es primeramente para reflejarlo a Él, antes que para impresionar a los hombres; nuestras oraciones son para que Él haga su voluntad y extienda Su reino, no el nuestro; y las persecuciones del mundo son para hacernos semejantes a Él, permitiéndonos experimentar el aborrecimiento que el mundo le tiene, y no para que simplemente suframos
 
Todo el éxito de la vida cristiana está en vivir apegados a Cristo, especialmente a través de Su Palabra, entendiendo que sin Él nada podemos hacer.
 

 
 
16 de abril de 2024

 
COMPAÑÍA ESPIRITUAL
 
Juan 14:23 Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.
 
 
Aunque el Señor Jesús, después de haber resucitado, ascendió a los cielos al Padre celestial, Él no dejó solos a sus discípulos; así como tampoco estamos solos quienes, por la presencia del Espíritu Santo, percibimos el amor del Padre y la guía del Hijo.
 
Al percibir que los discípulos estaban tristes por su partida (Juan 14:1), Cristo les declaró que iba al Padre a apartarles lugar (Juan 14:2-3); les recordó que Él mismo es el camino al Padre y el reflejo de su carácter eterno (Juan 14:4-11); y que, estando en los cielos, el intercedería ante el Padre por ellos (Juan 14:12-14).
 
Todo esto también se cumple en nosotros; pues, a pesar de no haber tenido el privilegio de ser parte de los apóstoles, disfrutamos de la presencia del Espíritu Santo en nuestro ser; el cual, al igual que a los discípulos, nos hace sentir la compañía del Padre y del Hijo, para que nuestro amor por Dios no mengue, sino que crezca en obediencia a Él (Juan 14:15-25). Y, a través del Espíritu de Dios, también recibimos guía en la comprensión de la verdad bíblica y experimentamos la paz incomparable del Señor, la cual supera a cualquier adversidad (Juan 14:26-31).
 
El creyente en Cristo no debería sentirse solo ni desorientado ni en angustia permanente; ya que por la presencia del Espíritu de Dios tiene la compañía, la orientación y la paz del Señor.
 
¡Disfrute de su relación con el Señor! Entréguese verdaderamente a Cristo para que perciba la presencia de Dios en su vida.
 

 
 
15 de abril de 2024

 
SERVICIO DEL AMOR
 
Juan 13:14 Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros.
 
 
Aunque se puede servir sin amar, el verdadero amor nunca puede dejar de servir; y esto quedó demostrado por el servicio del único que podía haberse rehusado a servir y podía haber demandado que se le sirviera, por el servicio de amor de Cristo.
 
El salvador tomó el oficio del esclavo doméstico, lavando los pies de sus discípulos para demostrarles como el amor se manifiesta en el servicio a los demás (Juan 13:1-9); y para impulsarlos a hacer lo mismo (Juan 13:12-17, 20). Pero este ejemplo solo tendría efecto en aquellos que estuvieran limpios de corazón y que genuinamente estuvieran obedeciendo al maestro (Juan 13:10-11, 18-19); por lo cual Judas, aunque participó, no dejó de traicionar al Señor (Juan 13:21-30).
 
A pesar de conocer la traición de Judas y de saber que Pedro le negaría (Juan 13:36-38), antes de partir hacia el Padre celestial (Juan 13:31-33), el Señor Jesús aclaró que la señal indubitable de sus seguidores sería el amor entre ellos (Juan 13:34-35); y esto lo dijo habiéndoles dado ejemplo de amor, al servirles como esclavo.
 
¿Es usted discípulo de Cristo?; porque quienes le llamamos Maestro, o Señor, debemos hacer lo que Él hizo; ya que Él amó a los demás por medio del servicio.
 
Si Él lo hizo, nosotros estamos mayormente obligados a hacerlo; ya que “El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que le envió” (Juan 13:16).
 

 
 
14 de abril de 2024

 
LA HORA DE LA GLORIA
 
Juan 12:23 Jesús les respondió diciendo: Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado.
 
 
Contrario al pensamiento humanista contemporáneo, Cristo revela que la gloria viene a través de la entrega sacrificial y no del goce personal. La gloria de Cristo brilló de forma resplandeciente cuando sufrió en la cruz.
 
Cualquiera hubiera pensado que la gloria del Salvador ya había llegado a su culmen; pues una seguidora llamada María, la hermana de Martha y Lázaro, había llegado a tal punto en su devoción que le había ungido con un perfume muy valioso (Juan 12:1-8). Además, a causa de la resurrección que efectuó en Lázaro, gran multitud se acercó a Cristo y le recibió con alabanzas (Juan 12:9-19). Y es que hasta los extranjeros rogaban para poder conocerlo personalmente (Juan 12:20-22). Pero el Señor, en vez de conformarse con la fama, tomo todos estos acontecimientos como señal del momento de su entrega en la Cruz, donde su muerte produciría vida; así como la semilla al morir produce fruto (Juan 12:24).
 
Cristo explicó que debemos seguirle y servirle con el mismo esquema de vida gloriosa que él practicó, en el cual se recibe honra por medio de la negación a sí mismo (Juan 12:25-26), no se pone de excusa el deseo natural de guardarnos del sufrimiento (Juan 12:27-33), ni se renuncia ante la oposición egoísta de los hombres frente al Evangelio (Juan 12:34-50); ya que esta oposición se da porque el corazón pecaminoso siempre busca la gloria de los hombres y no la de Dios (Juan 12:42-43), al no querer sufrir por la fe.
 
Si entiende la obra gloriosa de Cristo, y acepta las exigencias que Él hace a sus seguidores, entonces sus dificultades ya no serán solo parte de un tiempo de sufrimiento, sino de una “Hora” o tiempo para glorificar a Dios, siguiendo el ejemplo del Salvador.
 
¡Glorifique a su Señor!
 

 
 
13 de abril de 2024

 
CRISTO GLORIFICADO EN LA AFLICCIÓN
 
Juan 11:4 Oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.
 
 
Las aflicciones de los creyentes son oportunidades perfectas para ver glorificarse a Cristo, al librarnos de alguna aflicción en esta vida, o al fortalecernos en medio de la prueba para reflejar el carácter del Salvador y así recibir la recompensa en la eternidad.
 
Si Lázaro, que fue de los amigos más queridos por Jesús, cuando cayó en enfermedad no fue sanado por Cristo inmediatamente, sino que el Señor espero hasta su muerte para ir a verlo (Juan 11:1-16), entonces no deberíamos entristecernos ni mucho menos enojarnos cuando una gran aflicción, como una enfermedad mortal, llegue a nuestra vida; ya que esta no se da por un descuido que el Salvador haya tenido, sino por su propósito inquebrantable de glorificarse en sus discípulos.
 
Con Lázaro, a pesar del dolor que como hombre le producía el fallecimiento de su amigo (Juan 11:28-37), Cristo demostró su poder sobre la muerte y su capacidad de dar vida a quienes creen en Él (Juan 11:17-27). Este poder es para levantarnos, según Su voluntad, de una situación terrible en esta vida; pero, más aún, es para darnos vida eterna luego de su muerte; porque al final todo es con el propósito de que Él sea exaltado.
 
La resurrección física que Jesús le dio a Lázaro en ese momento, por poderosa que haya sido (Juan 11:38-44), no fue para vivir eternamente; pero este milagro si exasperó a tal punto a sus enemigos, que empezaron a planear como asesinar al salvador (Juan 11:45-57). No debemos olvidar que, aunque Lázaro luego volvería a morir definitivamente, Cristo le daría vida eterna.
 
Debemos confiar en el Señor en medio de la gravedad de la enfermedad o aflicción; ya que, aunque todos tenemos que morir algún día, la paz con que afrontamos la aflicción, esperando la sanidad divina o la eternidad junto a Él, demostrará que el Señor Jesús es nuestro Salvador.
 
Dijo Jesús: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá”
 

 
 
12 de abril de 2024

 
CRISTO: PUERTA Y PASTOR
 
Juan 10:9,11 Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.
 
 
Quien desee entrar al rebaño de los redimidos, solo lo puede hacer a través de la obra salvadora de Cristo; y solo está dentro del grupo de los salvados aquel que sigue a Cristo, así como las ovejas siguen al pastor.
 
Cuando el Señor Jesús usó la figura de un redil, para enseñar sobre la entrada al grupo de los que Dios salva y sobre la permanencia en él, sus oyentes no entendieron (Juan 10:1-6); y por ello se extendió en su explicación sobre la exclusividad de la obra salvadora a través de su persona, porque solo Él puede ingresar a alguien al pueblo de Dios; es por ello que quienes no predican sobre Él solo causan daño a sus oyentes (Juan 10:7-10). Él es el único que verdaderamente se sacrificó por las almas perdidas, sin querer lucrarse materialmente con ellas (Juan 10:11-13); Él es quien tiene identificado con absoluta claridad a cada creyente, por lo cual debe ser el único a quien los redimidos identifiquen como su guía y su Señor (Juan 10:14-16); y solo Él posee el poder de Dios para ejecutar la obra salvadora (Juan 10:17-18).
 
En medio de la división que provocó esta enseñanza, el Señor fue presionado a decir abiertamente si él era el salvador (Juan 10:19-24); y ante esta situación, Cristo promulgó claramente la Soberanía, el Poder y la Indestructibilidad de Su obra salvadora en un alma (Juan 10:25-30), lo cual explica la docilidad y confianza con la que le responden quienes le sirven como sus ovejas, y la oposición constante y hasta violenta de quienes se rebelan ante Él (Juan 10:31-42).
 
¿Es usted parte del redil de Cristo?; si es así, solo pudo haber entrado por la fe en Él; y solo se mantiene y se mantendrá en el redil por la gracia de Dios que le capacita para identificar la voz de Cristo escrita en Su Palabra y para obedecerla por medio de su Espíritu Santo. 
 
¡No tengo que vivir desorientado si Cristo es mi Pastor!
 

 
 
11 de abril de 2024

 
VISIÓN ESPIRITUAL
 
Juan 9:39 Dijo Jesús: Para juicio he venido yo a este mundo; para que los que no ven, vean, y los que ven, sean cegados.
 
 
Tener el maravilloso regalo de la visión física no implica que veamos correctamente en lo espiritual; por ello debemos reconocer la ceguera que poseemos a causa de nuestro pecado, para que Cristo nos abra los ojos espirituales.
 
De las sanidades realizadas por Cristo, una de las más dramáticas fue la del ciego de nacimiento. Mientras los discípulos buscaban el pecado en el ciego, o en su familia, que le hizo nacer con esta dificultad, Cristo pensaba en glorificar a Dios devolviéndole la visión al hombre (Juan 9:1-5); y conforme se hizo en el Génesis, cuando se creó al hombre del polvo de la tierra (Génesis 2:7), el Señor junto su saliva con la tierra, seguramente para crearle unos nuevos ojos, y sanó al ciego de nacimiento (Juan 9:6-12).
 
Fue así como entonces la persecución de los fariseos hacia Cristo se trasladó hacia el hombre recién sanado, el cual mostró mayor claridad en su visión espiritual que aquellos que habían nacido con los ojos sanos (Juan 9:13-34). Por ello cuando Cristo lo instó a confesar si creía en el Salvador, en el Hijo de Dios, el hombre inmediatamente pidió que se le dijera quien era el Mesías para creer en Él (Juan 9:35-36); y al revelarse Jesús, cayó ante Él en adoración (Juan 9:37-38). La visión física fue una forma de ilustrar la apertura que el Señor le dio también a los ojos de su alma, para que viera, adorara y sirviera al Salvador.
 
A pesar de tan maravilloso milagro, los que veían con sus ojos físicos no reconocieron la ceguera de su pecado; y por ello perdieron la oportunidad de ver en Cristo al salvador, y de poder ser salvados en Él (Juan 9:39-41).
 
¡Señor, que el precioso don de ver físicamente no me ciegue a mi pecado, para que pueda ver espiritualmente mi necesidad de salvación y nunca deje de verte como mi Salvador!
 

 
 
10 de abril de 2024

 
VERDADERA LIBERTAD
 
Juan 8:31-32 Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.
 
 
La libertad real del hombre consiste en poder quitarse el yugo del pecado para servir a Dios; y esto solo se hace por la fe en Cristo.
 
La mujer adúltera quedó libre por medio del perdón de Cristo, ya que él era el único que por ser libre de pecado podía ejecutarla (Juan 8:1-11). Lamentablemente muchos de los que oían a Jesús seguían en la esclavitud de su pecado, lo cual les impedía ver a Cristo como el Salvador; pero otros, por la gracia de Dios, eran libres de su ceguera espiritual y le seguían (Juan 8:12-30)
 
El Señor les enseñó a quienes creían en él que solo quien permanece en sus enseñanzas es verdaderamente libre de la esclavitud del pecado (Juan 8:31-38), y libre de la esclavitud a la influencia de la rebeldía del diablo (Juan 8:39-47). Quienes se oponían al Señor mostraban que seguían atados al pecado, ya que, al escucharlo y sentirse amenazados por la grandeza de la preexistencia de Cristo, intentaron matarlo; pero el Salvador salió de en medio de ellos mostrando su dominio sobre toda circunstancia (Juan 8:48-59).
 
Antes de procurar nuestra libertad física, para hacer nuestra voluntad, debemos buscar en Cristo la libertad espiritual de la esclavitud al pecado ¡Así seremos verdaderamente libres!
 

 
 
09 de abril de 2024

 
CONOCER A JESÚS
 
Juan 7:28-29 Jesús entonces, enseñando en el templo, alzó la voz y dijo: A mí me conocéis, y sabéis de dónde soy; y no he venido de mí mismo, pero el que me envió es verdadero, a quien vosotros no conocéis. Pero yo le conozco, porque de él procedo, y él me envió.
 
 
Conocer humanamente a Jesús no es suficiente, se debe querer conocer a Dios para entender a Cristo; porque Cristo vino a revelarlo.
 
En ocasión de la tradicional fiesta judía de los tabernáculos, que se practicaba en Jerusalén, los hermanos de Jesús mostraron su ignorancia con respecto al salvador, al burlarse de él por no figurar públicamente en dicha fiesta (Juan 7:1-9). El Señor, finalmente, terminó por asistir de forma discreta a la fiesta; y a la mitad de la celebración se levantó a enseñar, sorprendiendo a todos con una sabiduría que no imaginaban que pudiera tener; pues realmente ni ellos, ni su familia, le conocían (Juan 7:10-31).
 
Como resultado de la presentación pública de Jesús, los fariseos enviaron a sus alguaciles a capturarlo; pero estos se embelesaron escuchándole enseñar sobre su partida y sobre su capacidad de saciar la sed espiritual del ser humano, y no pudieron prenderle (Juan 7:32-53).
 
El que hoy se tenga un concepto humanista de Cristo ha hecho que no se perciba su divinidad; pero quien preste atención a sus palabras, deseoso de conocer realmente a Dios, quedará absorbido por la maravillosa persona del salvador, y le seguirá por encima de todo lo que este mundo le pueda presentar.
 
¡Conozca al único que usted necesita conocer, a Jesús el Hijo de Dios! Búsquelo en la Biblia, meditando en Sus palabras; búsquelo en oración, pidiéndole que se le revele; y búsquelo en una congregación cristiana, donde Él sea el centro de la adoración.
 

 
 
08 de abril de 2024

 
EL PAN DE VIDA
 
Juan 6:35 Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.
 
 
Toda necesidad de nuestro ser es una demostración de la insuficiencia del mundo; por ello, solo Cristo, por medio de la fe en Él, puede satisfacer nuestra existencia.
 
Luego de realizar el milagro de la multiplicación de los panes (Lucas 6:1-15), y de haber alcanzado a sus discípulos cuando iban en la barca (Lucas 6:16-21), el Señor Jesús fue buscado y encontrado al otro lado del mar por las multitudes que se habían beneficiado de su poder cuando sació su necesidad de alimentos (Juan 6:22-27).
 
Pero, cuando el Señor les hizo ver los motivos reales de su devoción hacia él, ellos optaron por pedirle instrucción sobre la conducta que debían seguir para agradar a Dios (Juan 6:28); y por su respuesta (Juan 6:29), Cristo dejó claro que solo la fe plena en él es lo que agrada a Dios y lo que produce verdadera saciedad o satisfacción en el corazón humano.
 
Resulta obvio que en este capítulo 6, del evangelio de Juan, el Salvador no hablaba de comer su carne literalmente ni mucho menos de forma mística en una ceremonia futura (ya que la cena del señor aún no había sido ordenada por él), sino que claramente la esencia de su enseñanza era la comunión o relación espiritual con él (Juan 6:63); pues esta relación eterna da una mayor satisfacción que el maná que se dio a través de Moisés (Juan 6:29-62).
 
Además, este llamado a depender de Cristo, por lo radical y contundente, también revelaba claramente el grado de responsabilidad que debe tener el individuo que viene a Cristo, lo cual podría llegar a hacer que muchos abandonen al Salvador; y, sin embargo, esa misma verdad de la Palabra de Cristo, que ahuyenta a muchos, es la que afirma la fe de los verdaderamente transformados por Dios (Juan 6:64-71).
 
Sacie su vida con el único pan capaz de calmar hambre y sed al mismo tiempo, porque llena el corazón de la presencia amorosa de Dios; este pan de vida es Jesucristo.
 

 
 
07 de abril de 2024

 
JESÚS Y EL PADRE
 
Juan 5:17-18 Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo. Por esto los judíos aún más procuraban matarle, porque no sólo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios.
 
 
Cristo, por su naturaleza, es un solo Dios con el Padre; pero, al mismo tiempo, se relaciona con él como persona diferente. ¡Maravilloso Salvador!
 
Al sanar al paralítico, junto al estanque de Betesda, Cristo ejerció su poder divino levantándolo de su lecho por medio de la orden poderosa que le dio al decirle: “Levántate, toma tu lecho, y anda” (Juan 5:1-9); pero por esta misma orden se ganó la persecución de los judíos que se oponían a toda labor en el día de reposo, porque el hombre que era paralítico cargaba el catre en el que antes estaba postrado (Juan 5:9-16).
 
La respuesta de Cristo a sus opositores los indignó aún más (Juan 5:17); porque les dio a entender que él es Dios, al igualarse al Padre celestial (Juan 5:18). Pero el Señor Jesús fue más allá, dando detalles de su relación con el Padre, al explicar que él hace lo que su Padre le muestra (Juan 5:19), que el Padre le comparte su poder de dar vida por el amor que le tiene (Juan 5:20-21), que el Padre le ha dado el juicio sobre todo ser humano para que lo honren (Juan 5:22:29) y que el mismo Padre celestial da testimonio de él a través de las obras que realizó, para que ninguna gloria humana opaque el ministerio salvador de Cristo (Juan 5:30-47).
 
Nunca hubo, ha habido, ni habrá otro salvador diferente a él; ya que solo Cristo pudo confesar todos estos detalles de su relación con el Padre celestial. ¡O usted le cree y se rinde ante él, o duda de su divinidad y cae en el mismo error que los judíos de su época!
 

 
 
06 de abril de 2024

 
SACIAR LA SED VERDADERA
 
Juan 4:10 Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva.
 
 
Cuando Jesús nos pide algo no lo hace porque necesita nuestra ayuda, sino para que caigamos en cuenta que necesitamos de Él a pesar de que no lo reconozcamos.
 
Jesús, al pasar por Samaria, realmente estaba cansado y verdaderamente tenía sed (Juan 4:1-8); pero, al mismo tiempo que le pedía agua a la samaritana, tenía el propósito concreto de encontrarse con ella para salvarla. Esto quedó claro porque, al conversar con ella, la sorprendió con Su acercamiento libre de prejuicios sociales, étnicos y religiosos (Juan 4:9), la confrontó con la necesidad de la vida eterna que solo Él puede dar como Salvador (Juan 4:10-15), la llevó a reconocer su vida de pecado (Juan 4:16-19), la desarmó de todo argumento religioso con que pudiera justificarse a sí misma (Juan 4:20-24) y finalmente se le reveló claramente como el Mesías, como el Salvador de su alma (Juan 4:25-26).
 
Ante este encuentro, a pesar de la falta de entendimiento de los discípulos y de la necesidad de alimentos físicos, la mujer y Cristo asumieron su nueva relación; ella dio el fruto de una recién convertida, predicando de su Salvador; y Él atendió personalmente a quienes vinieron buscando al redentor de ella (Juan 4:27-42).
 
La Palabra de Cristo tiene tanto poder para convertir un alma como tuvo poder para sanar al hijo de un oficial del rey en Capernaum (Juan 4:43-54); por ello, si hoy Cristo nos pide algo por medio de Su Palabra escrita (La Biblia), debemos primeramente reconocer nuestra necesidad de Él como Salvador, arrepentirnos de nuestro pecado y rendirle todo nuestro ser.
 

 
 
05 de abril de 2024

 
NACER DE NUEVO
 
Juan 3:3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.
 
 
Así como un ser humano no puede ver su entorno sino hasta que nace, así tampoco podrá ver ni mucho menos entrar a ser parte del reino celestial en Cristo hasta que Dios, por la obra del Espíritu Santo, le transforme en su ser interior.
 
Nicodemo no entendió lo que Jesús le decía (Juan 3:1-4); pero la explicación que el Señor le dio nos enseña que el nuevo nacimiento es obrado por el Espíritu Santo (Juan 3:5), es realizado a nivel espiritual (Juan 3:6), es indispensable para la salvación (Juan 3:7) y transforma el comportamiento de la persona por la obra del Espíritu Santo (Juan 3:8).
 
La misma falta de comprensión de la explicación de Cristo demuestra que Nicodemo no había nacido de nuevo y que todo su conocimiento religioso no le servía para entender lo más básico de la obra salvadora de Dios en el hombre (Juan 3:9-12). Es por ello que Jesús resalta que solo Él, que fue quién descendió del cielo, puede traer la salvación al ser humano que lo contempla levantado en la cruz por nuestros pecados; pero solo si se mira a Cristo con un corazón transformado por el poder del Espíritu Santo (Juan 3:13-21).
 
El mismo Juan Bautista, al saber que sus discípulos seguían a Cristo, tuvo que reconocer que solo Él podía dar salvación por medio del poder transformador del Espíritu Santo; ya que solamente el que descendió del cielo puede dar la vida celestial (Juan 3:22-36).
 
Si no ha entendido el nuevo nacimiento, ni es alguien guiado por el Espíritu de Dios, no podrá participar del reino de los cielos; pero, aún puede clamar hoy al Señor y enfocarse en la obra salvadora de Cristo en la cruz, conforme lo enseña la Escritura; y que sea el Espíritu Santo quién le haga nacer de nuevo.
 

 
 
04 de abril de 2024

 
DIRIGIDOS POR JESÚS
 
Juan 2:5 Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os dijere.
 
 
En la medida en que hagamos la voluntad del Señor Jesús, seremos dirigidos por Él; y en la medida en que nos dejemos dirigir por Su voluntad, disfrutaremos de sus bendiciones, las cuales superan todo lo que el mundo nos pueda dar.
 
El primer milagro de Cristo (Juan 2:1-12) muestra la superioridad de la bendición divina; pues, al convertir el agua en vino, no solo solventó la necesidad de los recién casados, sino que sorprendió proporcionando una bebida de mayor calidad. La clave para ver la obra milagrosa de Cristo estuvo en dar cumplimiento de forma obediente a las instrucciones dadas por Él; ya que cuando se le obedece, Él se glorifica poderosamente.
 
Por no obedecer al mandato divino de hacer de la casa de Dios una casa de oración, es que Cristo reprendió fuertemente a los comerciantes del templo (Juan 2:13-17); los cuales buscaban las bendiciones terrenales, pero desobedeciendo los principios divinos.
 
Los mismos judíos ansiaban señales de parte de aquel que daría la más grande de todas las demostraciones del poder divino, pues Él resucitaría luego de tres días de estar sepultado (Juan 2:18-22); pero ni esto convencería sus corazones incrédulos. Por ello, en Su sabiduría divina, Cristo identifica a quienes desean realmente hacer Su voluntad, sin dejarse engañar por los que solo buscan bendiciones, pero su corazón está lejos de Dios (Juan 2:23-25).
 
¡Antes de buscar las bendiciones, busquemos conocer la voluntad del Señor! Y las bendiciones vendrán, conforme a Su propósito, con la obediencia fiel a Él.
 

 
 
03 de abril de 2024

 
LA MAYOR REVELACIÓN DE DIOS
 
Juan 1:18 A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.
 
 
La forma más grande en que Dios se ha mostrado a la humanidad es por medio de nuestro Señor Jesucristo; pues en Él se dio a conocer el carácter divino. Por ello, al conocer a Cristo, no se tiene necesidad de otras revelaciones; porque Él es Dios hecho hombre. 
 
Es tan real la plenitud de la manifestación de Dios en Cristo, que el Apóstol Juan dedica los primeros versículos de su evangelio (Juan 1:1-18) para aclarar la divinidad del Señor Jesús (el Verbo) y Su superioridad sobre las revelaciones de los profetas bíblicos como Moisés y como el mismo Juan el bautista.
 
Fue Juan el bautista, a quién Jesús luego lo calificaría como el más grande de los profetas, quien reconoció la superioridad de Cristo sobre su propia vida; porque Cristo es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Juan 1:19-34). Y fue el mismo Juan quien propició la llegada de seguidores al ministerio del Salvador, al mostrar a sus discípulos la identidad del Mesías (Juan 1:35-51).
 
Por todo esto es que no debemos esperar revelaciones mayores a la que se dio por la vida, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesús; por el contrario, debemos profundizar por medio de las Escrituras en el conocimiento de la persona del Salvador.
 
¡No desperdicie su vida yendo en la búsqueda de revelaciones sobrenaturales! Enfóquese en conocer al único que ha dado a conocer a Dios plenamente, conozca a Jesucristo.
 

 
 
02 de abril de 2024

 
VICTORIA SOBRE LA ADVERDSIDAD
 
Lucas 24:5 y como tuvieron temor, y bajaron el rostro a tierra, les dijeron: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?
 
 
Cuando el temor por las circunstancias que nos rodean inunda nuestro corazón, debemos recordar que nuestro Salvador resucitó venciendo la muerte; porque al entender por la Palabra de Dios las circunstancias adversas que sufrió el Señor y Su victoria final al resucitar, seremos alentados por el poder de Su resurrección.
 
Tanto a las mujeres que fueron al sepulcro (Lucas 24:1-12) como a los que iban por el camino a Emaús (Lucas 24:13-35), y hasta a los mismos discípulos que estaban reunidos en Jerusalén (Lucas 24:36-49), lo acontecido a Jesús los tenía apesadumbrados; pero al reconocer al Señor resucitado sus corazones se llenaron de gozo, olvidando el dolor de lo que pasó en el Gólgota y alentándose con la maravillosa experiencia de ver a Cristo ser llevado a los cielos mientras les hablaba (Lucas 24:50-53).
 
Así mismo, cuando nuestro corazón se llena de fe en la victoria de Cristo sobre la muerte, por el entendimiento que el Espíritu Santo nos da de las Escrituras, no estaremos apesadumbrados por lo terrible de nuestras circunstancias.
 
Por difíciles que sean las situaciones que usted esté pasando, estas nunca podrán superar a lo sufrido por Cristo; pero usted si podrá tomar aliento, por medio de la fe en Su resurrección, para no desfallecer en medio de la adversidad.
 
¡Si Él venció la muerte, lo puede sostener para que usted venza la adversidad en Su nombre!
 

 
 
01 de abril de 2024

 
IGNORANCIA DEL PECADOR
 
Lucas 23:34 Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes.
 
 
Cada pecado refleja la ignorancia espiritual del ser humano pecador; pues, aunque su conciencia en alguna mediad le acuse y la Palabra de Dios le condene, prefiere vivir sin reconocer que su pecado llevó a la cruz al único que lo puede perdonar.
 
Ni Pilato (Lucas 23:1-5, 13-23) ni Herodes (Lucas 23:6-12) encontraron motivos para crucificar al Señor; pero, finalmente, la voluntad de la mayoría, la voluntad de un pueblo pecador, de un pueblo que ignoraba la majestad del Salvador, prevaleció (Lucas 23:24-25); y crucificaron a Cristo, dando muerte al redentor (Lucas 23:26-56).
 
Esto mismo hubiera hecho cada pueblo, de cada época, de cada cultura y de cada raza, si se les hubiera presentado el Hijo de Dios; y la razón de sus acciones serían las mismas: La ignorancia de su propio pecado, a pesar de sufrir las consecuencias del mismo.
 
Lo maravilloso del único Salvador que el ser humano tiene es que no se ensañó en contra de sus verdugos; por el contrario, oró para que fueran perdonados de su pecado. Esa imagen de Cristo, intercediendo por pecadores en la cruz, solo nos servirá si reconocemos la responsabilidad de nuestro pecado y dejamos de permanecer en la ignorancia espiritual.
 
Si así sucede, entenderemos que Cristo nos dice como le dijo a la mujer adúltera en Juan 8:2-11: “Ni yo te condeno, vete, y no peques más”
 

 
 
31 de marzo de 2024

 
CONSECUENCIA DE LA VERDAD
 
Lucas 22:70-71 Dijeron todos: ¿Luego eres tú el Hijo de Dios? Y él les dijo: Vosotros decís que lo soy. Entonces ellos dijeron: ¿Qué más testimonio necesitamos? porque nosotros mismos lo hemos oído de su boca.
 
 
La verdad más grande y gloriosa que necesitaba el mundo pecador, que el Hijo de Dios se hizo hombre para salvarnos, se convirtió en la excusa perfecta para su más grande pecado: Matar al Salvador.
 
Quien sostiene la verdad asume sus consecuencias. Cristo sufrió abnegadamente por no negar la realidad de Su naturaleza divina y Su oficio redentor.
 
Uno de sus seguidores se confabuló con sus enemigos (Lucas 22:1-6); y con el dolor de saberse traicionado, Cristo cenó por última vez con los suyos (Lucas 22:7-23). Durante la antesala de su muerte sus discípulos se peleaban por mayor autoridad (Lucas 22:24-30), se comprometían con él solo de labios (Lucas 22:31-34), malinterpretaban sus palabras (Lucas 22:35-38), no oraban junto con él (Lucas 22:39-46), reaccionaban violentamente ante la adversidad (Lucas 22:47-53) y uno de ellos hasta le negó abiertamente (Lucas 22:54-62). Y adicionalmente, antes de recibir la descarga del juicio divino por nuestro pecado en la cruz, Cristo también tuvo que soportar la burla, los golpes, las injurias e injusticias de quienes debían haber reconocido que él solo decía la verdad (Lucas 22:63-71).
 
Si deseamos servir realmente a nuestro Salvador debemos seguir Su ejemplo: No temiendo ni excusándonos por la adversidad; sino viviendo para proclamarlo a Él, para proclamar la verdad.
 

 
 
30 de marzo de 2024

 
BREVEDAD DE LO MATERIAL
 
Lucas 21:5-6 Y a unos que hablaban de que el templo estaba adornado de hermosas piedras y ofrendas votivas, dijo: En cuanto a estas cosas que veis, días vendrán en que no quedará piedra sobre piedra, que no sea destruida.
 
 
Por grandes o hermosas que sean las posesiones, un día nos abandonarán, o nosotros las abandonaremos; por ello debemos apuntar a las riquezas eternas y espirituales que hay en Cristo.
 
Por su confianza en sus posesiones, y en sus obras, es que Jesús desestimó las dádivas de los ricos; y más bien resaltó la ofrenda de una viuda que no se aferró al dinero que le quedaba (Lucas 21:1-4).
 
Precisamente el tema que dio inicio al discurso más largo del Señor Jesús con respecto a los eventos catastróficos que vendrían sobre Jerusalén, y que apuntaban a los eventos finales (Lucas 21:7-38), fue la pronta destrucción del hermoso templo judío de la época; y esto es especialmente notorio porque este templo, esta gran edificación material de entonces, le daba una gran sensación de seguridad a los israelitas.
 
Ninguno de los oyentes que Cristo tenía en ese momento podía imaginar que tan maravillosa construcción pudiera ser destruida; pero, al igual que hoy y que siempre, lo único que permanecería en pie serían las Palabras del Señor.
 
Pongamos nuestra confianza en Dios, sin aferrarnos a lo que Él nos ha permitido disfrutar en esta vida temporal; porque, al final, solo Su presencia nos satisface eternamente.
 

 
 
29 de marzo de 2024

 
AUTORIDAD IRREFUTABLE DE CRISTO
 
Lucas 20:8 Entonces Jesús les dijo: Yo tampoco os diré con qué autoridad hago estas cosas.  
 
 
La autoridad de Cristo no se puede cuestionar ni refutar, solo se puede admitir a través del sometimiento a su Señorío, si es que realmente se ha creído en Él.
 
Temas importantes, como el Bautismo que realizaba Juan (Lucas 20:1-8), el pago de impuestos al gobierno de turno (Lucas 20:19-26) y la vida después de la resurrección (Lucas 20:27-40), fueron expuestos ante Cristo por sus opositores; y aunque eran una combinación de temas doctrinales que en la práctica podrían darles argumentos para vivir conforme la voluntad de Dios, solo fueron mencionados para refutar la autoridad del Señor.
 
Es por ello que Cristo, a través de la parábola de los Labradores malvados (Lucas 20:9-18), expuso la actitud rebelde que se esconde detrás de los cuestionamientos a Su autoridad divina. El Señor Jesús contestó las dudas que se le plantearon; pero lo hizo con la intención de mostrar a las personas lo poco que le conocen realmente, pues no lo vieron como el Salvador enviado por el Padre celestial (Lucas 20:41-44).
 
Hoy también hay una actitud rebelde ante Dios detrás de las dudas y excusas que exponemos para no someternos a Cristo, e igualmente somos confrontados con nuestro conocimiento limitado sobre el Salvador; ya que, a pesar de lo mucho que se habla de Él actualmente, no se enseña conforme a lo que Él reveló de sí mismo, sino que se ve a Cristo de acuerdo a las opiniones y conveniencias humanas de la época.
 
Si desea hacer la voluntad de Dios, no se quede con sus dudas, ni se conforme con lo que el mundo religioso enseña de Cristo; busque conocerlo por medio de su Palabra, para que realmente pueda someterse a Su amorosa e irrefutable autoridad.
 

 
 
28 de marzo de 2024

 
SALVACIÓN EN ACCIÓN
 
Lucas 19:8-9 Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado. Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham.  
 
 
La salvación es más que el conocimiento de Cristo recibido, es la vida transformada por Él.
 
Vidas como la de Zaqueo permiten ver la salvación en acción (Lucas 19:1-10); pues al encontrarse con el Señor cambian el enfoque de su existencia, dándole prioridad al Reino de Dios y demostrándolo por medio de la correcta y generosa administración de sus recursos y bienes.
 
La parábola de las diez minas tiene el objetivo de llamar la atención sobre la forma de administrar lo que se recibe de Dios, mientras se espera la consumación final del Reino celestial cuando Cristo regrese (Lucas 19:11-27); y esta parábola resalta como el que sirve reverentemente al Señor, siendo parte de Su reino por la fe en Cristo, no solo disfruta de lo que posee, sino que también lo pone a producir para agradar a su Señor y extender Su reino.
 
Hoy, mientras que unos ponen su vida al servicio del Señor, así como los que tendieron mantos durante la entrada de Cristo a Jerusalén (Lucas 19:28-44), otros solo buscan sacar provecho de las circunstancias sin querer usar lo que poseen para extender el evangelio, así como los que Cristo reprendió por comerciar en el templo (Lucas 19:45-48).
 
¡Que la Salvación recibida en Cristo se refleje en nuestra vida diaria! Esa debe ser nuestra oración continua; y el parámetro que nos sirve de guía para saber si vivimos para la extensión del Reino de Dios en Cristo es como administramos todo lo que poseemos: Bienes, dinero, tiempo, salud, trabajo, educación, familia, pareja y todo lo demás.
 

 
 
27 de marzo de 2024

 
CLAMOR EN LA ORACIÓN
 
Lucas 18:7 ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles?  
 
 
La oración no solo debe ser dirigida a Dios por medio de la fe en Jesús, también debe ser sostenida en el tiempo por la misma fe en el Salvador, clamando con la confianza de quien conoce la justicia divina.
 
En la parábola de la viuda y el juez injusto (Lucas 18:1-8) el Señor enseña sobre como orar sin desanimarse, sin desfallecer, esperando Su respuesta (Lucas 18:1); y esto, según Cristo, se logra entendiendo el carácter de Dios, el cual le impulsa a Él a hacer justicia a quienes ha escogido por la fe en el Salvador; y por ello, finalmente, concede sus peticiones a quienes prevalecen en oración delante de Él.
 
Lamentablemente, como enseña la parábola del fariseo y el publicano (Lucas 18:9-14), hay muchas oraciones (si es que así se pueden llamar) que se elevan apelando a la justicia imperfecta del ser humano que ora, y no a la perfecta justicia divina. Es por ello que Cristo enfatiza el hecho de acercarnos a Él como niños que confían plenamente en el Señor y no confiando en nosotros mismos (Lucas 18:15-17).
 
Al confrontar a un hombre importante y rico con su amor a las riquezas (Lucas 18:18-25), aunque pareciera ser el más santo de los hombres, el Señor Jesús le aclaró que la salvación no puede depender de la bondad del corazón humano, sino de la divina; lo cual también debe servir como motivación del creyente cuando ora, ya que todo lo que es imposible para el hombre es posible para Dios (Lucas 18:26-30), debido a Su infinita bondad, gracia y poder derramados en Cristo y demostrados por Su sacrifico en la cruz (Lucas 18:31-34).
 
¡Que el Espíritu de Dios nos ayude a clamar tan insistentemente como el ciego de Jericó lo hizo ante el Señor Jesús! (Lucas 18:35-43), no solamente para recibir Su respuesta, sino también para seguir valientemente a Cristo y vivir dándole la gloria a Él en todo.
 

 
 
26 de marzo de 2024

 
TROPIEZOS EN EL CAMINO DE LA FE
 
Lucas 17:1 Dijo Jesús a sus discípulos: Imposible es que no vengan tropiezos; más ¡ay de aquel por quien vienen!
 
 
Lo más terrible no es caer mientras se camina por la fe en Jesucristo, sino quedarse caído. También es doloroso levantarse solo para volver a caer, por no querer identificar los aspectos que influyeron en la caída. Pero es peor aún ocasionar el tropiezo de quien anda rectamente en el Señor.
 
A quien sirve de obstáculo en la vida obediente de un creyente, le espera la reprensión divina (Lucas 17:2); por ello Cristo establece la reprensión, el arrepentimiento y el perdón como recursos adecuados para evitar que los hermanos en la fe nos obstaculicemos nuestro andar en el Señor (Lucas 17:3-4).
 
Es de notar que la confrontación bíblica con el error, y la respectiva reconciliación entre creyentes, no está dada simplemente para disfrutar de una vida armoniosa; pues, aunque esta sea una de sus gratas consecuencias, realmente se enfoca en ayudarnos a caminar con mayor firmeza por la fe en el Salvador.
 
Cuando caemos y tendemos a permanecer caídos, o a reincidir, muy probablemente sea por alguna de las siguientes razones: Porque pensamos que nuestra fe no nos alcanza para servir al Señor, olvidando que la más pequeña fe en Cristo está llena del poder de Dios (Lucas 17:5-6); o porque nos hacemos falsas expectativas de nuestro andar en Cristo, olvidando que debemos servirle obedientemente según Su voluntad y estar contentos con ella (Lucas 17:7-10); o porque no nos acordamos de lo que Él ha hecho en nuestras vidas, para vivir agradecidos y felices en Él (Lucas 17:11-19); o porque dejamos de alentarnos con Su segunda venida, olvidando que si el mundo se vuelve más pecaminoso es porque está más cerca nuestra redención (Lucas 17:20-37).
 
Levántese, identifique las razones de su tropiezo y continúe su caminar en la fe. Aún en la mayor dificultad y tentación ¡Poderoso es el Señor para sostenernos sin caída! (Judas 24).
 

 
 
25 de marzo de 2024

 
DIOS Y LAS RIQUEZAS
 
Lucas 16:13 Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.
 
 
La forma en que se administran los bienes materiales revela a quién se sirve; a Dios, para la extensión de Su reino; o a las riquezas, para disfrutar un reino personal en la tierra.
 
En la parábola del mayordomo infiel (Lucas 16:1-15) el Señor Jesús resaltó el deber de administrar los bienes con el deseo de luego ser recibido en las moradas eternas (Lucas 16:9); y llamando a los bienes materiales “riquezas injustas” (Lucas 16:9,11), “lo muy poco” (Lucas 16:10) y “lo ajeno” (Lucas 16:12), Él dio a entender la superioridad de las bendiciones espirituales en Dios, las cuales constituyen lo que es realmente valioso o sublime (Lucas 16:14-15).
 
Frente a la burla de los avaros de su época (Lucas 16:14), Cristo narró otra parábola, la del rico y Lázaro (Lucas 16:19-31); y lo hizo para mostrar las consecuencias eternas de servir a las riquezas por el deleite personal (Lucas 16:19-21, 25), para resaltar la imposibilidad de arrepentimiento luego de esta vida terrenal (Lucas 16:24, 26) y para recalcar la incredulidad de aquellos que no se someterían a Él ni siquiera después de que Él se levantara de la muerte (Lucas 16:27-31).
 
Queda claro, por la enseñanza del Salvador, que el corazón incrédulo no se conoce por el hecho de que la persona se rehúse abiertamente a entrar al reino de Dios, porque muchos se esfuerzan por entrar en el reino de los cielos; sino en que lo quieren hacer sin tener en cuenta los parámetros bíblicos (Lucas 16:16-18). El incrédulo se conoce porque, aunque tiene la intención de acceder a las riquezas espirituales, no quiere renunciar al dominio de lo material sobre su vida; y pretende servir a dos señores, a Dios y a las riquezas.
 
Ame a Dios y menosprecie las riquezas, para que ellas no lo dominen; y así, por el contrario, estas se convertirán en un instrumento que el Señor le da para la extensión de Su reino, por medio de la proclamación del evangelio. ¡La recompensa prometida son las moradas eternas!
 

 
 
24 de marzo de 2024

 
ALEGRÍA CELESTIAL
 
Lucas 15:10 Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.
 
 
Cuando se busca alegrar el cielo, solo se logra por medio del quebrantamiento del corazón que entiende, reconoce, aborrece y abandona su pecado. El arrepentimiento es lo que busca Dios en cada ser humano.
 
Las tres parábolas citadas en Lucas 15, la de la oveja perdida (Lucas 15:1-7), la de la moneda perdida (Lucas 15:8-10) y la del hijo pródigo (Lucas 15:11-32), tienen como objetivo mostrar la condición pecadora o perdida de toda persona, lo indispensable de su arrepentimiento para agradar a Dios, y la gracia del Señor para perdonar en Cristo.
 
En las parábolas de la oveja perdida y de la moneda perdida se enfoca la obra de Dios para encontrar al pecador en arrepentimiento, ya que esto solo se produce por la acción del Espíritu Santo, al convencerlo de su pecado (Juan 16:8) y al darle la capacidad de cambiar de vida por medio del nuevo nacimiento (Juan 3:3,5-8; 1Juan 3:9).
 
Pero en la parábola del hijo pródigo se muestra de forma más clara la profundidad del pecado en el corazón del hombre que vive lejos de su padre celestial, desperdiciando su vida y derrochando los bienes que en su misericordia Dios concede a cada individuo; y al mismo tiempo se resalta la actitud humilde y contrita que tiene el pecador al caer en cuenta de la bondad del Padre celestial, lo cual le lleva a aborrecerse a sí mismo por defraudarlo, y lo hace abandonar su camino para servir incondicionalmente al único que verdaderamente lo ama.
 
Al que se arrepiente de su maldad se le asegura, por la Palabra de Dios, que alegrará al Padre Celestial; y verdaderamente podrá disfrutar del perdón y la reconciliación en Cristo.
 

 
 
23 de marzo de 2024

 
VENTAJAS DE LA HUMILDAD
 
Lucas 14:11 Porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla, será enaltecido.
 
 
Siempre habrá recompensa para quien no busca el protagonismo, ni la fama; al humilde, aunque nadie lo valore y más bien traten de abusar de su humildad, Dios mismo lo recompensará exaltándolo a su debido tiempo.
 
Al ver la actitud de quienes buscaban los primeros asientos a la mesa (Lucas 14:7), el Señor Jesús les refirió una enseñanza sobre la humildad a través de una parábola; en ella exhortaba a los invitados a no buscar los mejores puestos, para que luego pudieran ser recompensados públicamente al ser promovidos a mejores lugares (Lucas 14:8-10); y al anfitrión, al que había convidado a Jesús, el Señor le dijo que no invitara a sus eventos a quienes le recompensarían, porque así podría recibir una mejor recompensa de la mano de Dios (Lucas 14:12-14).
 
A través de otra parábola, la de la Gran cena (Lucas 14:15-24), Jesús mostró como muchos, que supuestamente anhelaban participar del reino de Dios, rechazaron el llamado divino por falta de humildad; pues, en su orgullo, muchos prefieren entretenerse con sus posesiones y deleites temporales, sacando excusas para no servir al Señor. Es por ello que el Señor enseñó claramente a las multitudes que, para poder seguirle pasando sufrimientos y persecuciones, y poder recibir la recompensa eterna, necesitaban amarlo a Él por encima de todas las cosas y de todas las personas; pues se necesita renunciar al deleite egoísta, se necesita que seamos humildes (Lucas 14:25-33).
 
Calculemos hoy también el precio a pagar por disfrutar las recompensas divinas; pues debemos renunciar a nuestros deleites para servir a los demás, anteponiendo la voluntad de Dios y no esperando recompensa de los hombres. Debemos renunciar al orgullo de este mundo; porque si Cristo realmente es nuestro Señor ¡Él no nos dejará sin recompensa!
 

 
 
22 de marzo de 2024

 
PEQUEÑA ENTRADA AL REINO MÁS GRANDE
 
Lucas 13:23-24 Y alguien le dijo: Señor, ¿son pocos los que se salvan? Y él les dijo: Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán.
 
 
Solo hay un camino y una puerta que da entrada al reino celestial: Cristo. Es por ello que la mayoría no podrán entrar al reino de Dios; porque prefieren sus propias obras, o su religiosidad, o la intermediación de otro ser para acceder a Dios.
 
La muerte trágica de algunos de los contemporáneos de Cristo le sirvió a Él para enseñar que es una falsa creencia pensar que los que mueren más terriblemente son lo más pecadores y que también es incorrecto concluir que estos son los únicos merecedores del castigo divino (Lucas 13:1-5). Por el contrario, Cristo llamó a sus oyentes a arrepentirse por ser igualmente merecedores de condenación, por no producir frutos de arrepentimiento, así como la higuera estéril descrita en una de sus parábolas (Lucas 13:6-9).
 
Quienes oían al Señor seguramente pensaban estar participando del reino de Dios por seguir ciertas reglas religiosas, como los que cuestionaron a Cristo por sanar a una mujer encorvada en un día sábado; pero el Señor los confrontó con sus propias costumbres, recordándoles como ellos permitían desatar a los animales de carga en el día de reposo, pero se enojaban si se desataba de su enfermedad a una persona por medio de un milagro (Lucas 13:10-17). Ellos pensaban haber entrado al reino divino a través de sus reglas, pero ni siquiera sabían cuál era la puerta de entrada; pues ellos se negaban a rendir su vida a Cristo.
 
Aunque no sean muchos los que entran, el reino celestial crece como la pequeña semilla que se convierte en un gran árbol (Lucas 13:18-19), o como la levadura que fermenta gran cantidad de pan (Lucas 13:20-21). Por ello, asegurémonos de estar entrando por la única puerta al cielo: Jesucristo; para que no nos pase como a la mayoría de los judíos, que pensando haberla hallado la rechazaron con vehemencia, y llegaron hasta el punto de matar al Salvador, así como lo hicieron con los profetas antiguos (Lucas 13:31-35).
 
Solo pocos lo reconocieron, y pocos hoy realmente reconocen y se rinden a Cristo como la única puerta de entrada al reino de Dios; pues pocos lo ven como totalmente divino y humano, como sacrifico perfecto y sustitutivo por sus pecados, y como Señor de sus vidas. ¿Realmente Cristo es su Señor y su Salvador?
 

 
 
21 de marzo de 2024

 
TEMOR Y CONFIANZA EN DIOS
 
Lucas 12:5-6 Pero os enseñaré a quién debéis temer: Temed a aquel que después de haber quitado la vida, tiene poder de echar en el infierno; sí, os digo, a éste temed. ¿No se venden cinco pajarillos por dos cuartos? Con todo, ni uno de ellos está olvidado delante de Dios.
 
 
Quien teme, reverencia. Quien teme bíblicamente a Dios, más que a cualquier otro ser, vive confiado en Su amor y en Su poder.
 
El temor es la cara opuesta del amor hacia algo o alguien. Es por ello que Cristo insta a sus discípulos a no temer a quienes matan el cuerpo (Lucas 12:4), sino a Dios; porque Él no solo es el ser más poderoso, sino que también es quien realmente valora, ama y sustenta de manera especial a quienes le sirven reverentemente (Lucas 12:7).
 
Cuando se le teme más a los hombres que a Dios, se cae en hipocresías (Lucas 12:1-3), por amor a la posición social; se vuelve difícil confesar a Cristo ante los demás, porque se confía más en el poder humano que en el del Espíritu de Dios (Lucas 12:8-12); se vive aferrado a los bienes terrenales y pasajeros, porque no se ama a Dios que da un mayor gozo y determina el final de la vida terrenal (Lucas 12:13-21); se vive en afán y ansiedad, por no confiar en Dios y en Su amor proveedor (Lucas 12:22-35); se administra la vida como si no se tuviera que rendir cuentas algún día al Hijo de Dios (Lucas 12:35-48); se desconoce la división que produce el reino de los cielos, prefiriendo ignorarla para no padecer en el mundo (Lucas 12:49-56); y se vive sin perdonar y sin reconciliarse con los demás, porque no se teme la reprensión divina (Lucas 12:57-59).
 
Es mejor temer a Dios, para vivir conforme a Su voluntad; y también para poder disfrutar plenamente de Su amoroso cuidado y sustento en medio de las tribulaciones de esta vida. ¡Tema a Dios!, ¡Confíe en Él!
 

 
 
20 de marzo de 2024

 
EL MEJOR REGALO PARA PEDIR
 
Lucas 11:13 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?
 
 
Quien ora convencido de la generosidad de Dios, espera recibir Su respuesta; pero si además entiende la suprema bendición de ser transformado, consolado y dirigido por Él, clama por la obra del Espíritu Santo en su vida.
 
Fue por el poder del Espíritu Santo, o por el dedo de Dios (Lucas 11:14-23; Mateo 12:28), que los demonios se sujetaron a Cristo; es también por la presencia del Espíritu Santo que se evita que los poderes demoníacos regresen al alma que consideraban su hogar (Lucas 11:24-26; Mateo 12:44), cuando Él le da al ser humano la capacidad de oír y guardar la Palabra de Cristo (Lucas 11:27-28); y es por el nuevo nacimiento, dado por el Espíritu Santo, que alguien recibe la muerte y resurrección de Cristo como la única señal poderosa de la salvación divina (Lucas 11:29-32), para ser lleno de la luz divina (Lucas 11:33-36) que libera de la ceguera del legalismo religioso y de la auto-justificación (Lucas 11:37-54).
 
Es apenas lógico que, frente al deseo de los discípulos de aprender a orar, el Señor no solamente les diera un modelo con los principales aspectos a tener en cuenta en la oración, sino que también les impulsara a ser persistentes al pedir; teniendo en cuenta que, en Su bondad, lo mejor que podemos recibir de Dios es su Espíritu Santo.
 
¡Dios nos ayude a ser persistentes en la oración, pero sobre todo a pedir la acción sobrenatural de su Santo Espíritu en nuestras vidas! ¡Ese es su mejor regalo!
 

 
 
19 de marzo de 2024

 
OBREROS DEL SEÑOR
 
Lucas 10:2 Y les decía: La mies a la verdad es mucha, más los obreros pocos; por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies.
 
 
Cristo les pidió a sus discípulos orar por obreros y al mismo tiempo los envió a trabajar recogiendo la cosecha de almas para el Señor; lo cual demuestra que la obra de Dios se hace por medio del trabajo de Sus hijos.
 
A quienes el Señor llama a compartir Su evangelio, Él mismo los equipa espiritualmente; de tal forma que los hace enfocarse en la extensión del reino más que en su propio sustento (Lucas 10:4); y Él mismo se compromete a castigar a aquellos que los rechacen (Lucas 10:3, 10-16) y a recompensar a quienes sustenten su labor (Lucas 10:5-9), asegurando así la provisión para sus necesidades.
 
Los discípulos se alegraron al ver que tenían autoridad en el nombre de Cristo sobre los demonios, en vez de alegrarse por el privilegio de ser parte del reino de Dios (Lucas 10:17-20); y esto contrastó con el gozo expresado por Cristo ante el hecho de que Dios se revelara a quienes no son sabios según el mundo (Lucas 10:21-24). De alguna forma este contraste también se presentó en casa de Marta y María; la una trabajaba por hacer muchas cosas centrada solo en su labor, mientras la otra se ocupaba con todas sus fuerzas en escuchar y entender al Señor, pues quería vivir para el reino de Dios (Lucas 10:38-42).
 
Debido a que el evangelio de Cristo debe ser llevado hasta el prójimo que padece por su propio pecado en el mundo, también se necesita de gente como el buen samaritano de la parábola para proclamarlo (Lucas 10:25-37); se necesita gente que, sin mirar las diferencias sociales, raciales o étnicas, invierta su esfuerzo, sus finanzas y su propia vida en servir a los demás.
 
¡Dios desea que oremos por obreros para Su obra, pero también desea que respondamos efectivamente al llamado a la misma! ¡La mies es mucha y los obreros pocos!
 

 
 
18 de marzo de 2024

 
SEGUIR INCANSABLEMENTE A CRISTO
 
Lucas 9:57-58 Yendo ellos, uno le dijo en el camino: Señor, te seguiré adondequiera que vayas. Y le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza.
 
 
La victoria del creyente en Cristo, al igual que lo fue la del ministerio terrenal del Salvador, consiste en permanecer activo en el servicio al Señor por medio del poder de Dios.
 
El ritmo de quienes acompañaban al Señor Jesús debía ser tan agitado como el del mismo Mesías. Esto se demuestra en este capítulo nueve del Evangelio según Lucas; donde se registra que, al elegir a Sus apóstoles, Cristo los envió a las ciudades a predicar (Lucas 9:1-6), los hizo acompañarlo durante Sus largas enseñanzas al aire libre (Lucas 9:10-17), les enseñó en privado sobre Su identidad y Su oficio redentor (Lucas 9:18-27, 44-45), les permitió vislumbrar Su gloria mientras oraba (Lucas 9:28-36), los corrigió personalmente y de forma continua (Lucas 9:46-62), y los hizo presenciar Sus milagros gloriosos (Lucas 9:37-43). ¡Qué experiencia tan maravillosa y a la vez agotadora!
 
Hoy también debemos seguir a Cristo las 24 horas del día, estando con Él en todo lugar, en toda circunstancia y frente a todo tipo de compañía. Por agotador que parezca, aquel que sirve al Señor encuentra fuerzas en Su presencia; y, sin faltar a sus compromisos terrenales, quien sigue al Señor es capaz de dar testimonio de Cristo en todo tiempo.
 
¡Sígalo incansablemente!
 

 
 
17 de marzo de 2024

 
LA FAMILIA DE CRISTO
 
Lucas 8:21 El entonces respondiendo, les dijo: Mi madre y mis hermanos son los que oyen la palabra de Dios, y la hacen.
 
 
Aunque la mayoría deseen llamarse hijos de Dios, o formar parte de la familia de Cristo, solo se le concede ese privilegio a quienes oyen realmente la Palabra de Dios y viven conforme a la misma.
 
La actitud del Señor Jesús frente al aviso de la llegada de su familia de sangre (Lucas 8:19-21), la cual no pudo acercársele más a causa de la multitud, fue deliberadamente dirigida a mostrar lo especial de su relación con quienes verdaderamente le siguen.
 
A quienes le oían y obedecían, a su familia espiritual, Cristo les permitió servirle con sus bienes (Lucas 8:1-3), les explicó con detalle sus enseñanzas (Lucas 8:4-15), los exhortó a producir frutos visibles de su fe (Lucas 8:16-18), los socorrió con su poder cuando flaquearon espiritualmente (Lucas 8:22-25) y los hizo testigos de su poder sobre las opresiones demoníacas, la enfermedad y la muerte (Lucas 8:26-56).
 
Viniendo a Cristo, no para que Él haga lo que pensamos (como seguramente quería su familia carnal) sino para hacer Su voluntad registrada en la Biblia, es como recibiremos el privilegio de disfrutar una relación familiar con Él.
 

 
 
16 de marzo de 2024

 
AYUDA O TROPIEZO EN CRISTO
 
Lucas 7:23 y bienaventurado es aquel que no halle tropiezo en mí.
 
 
La felicidad del ser humano se encuentra en hallar al Salvador y disfrutar de su salvación y de su ayuda constante; pero algunos ponen obstáculos, hallan tropiezo en Cristo, por no querer someterse completamente a Él.
 
El centurión recibió la ayuda de Cristo (Lucas 7:1-10), la sanidad de su siervo, cuando reconoció la autoridad del Señor; e igualmente, muchos más fueron beneficiados por Jesús, como el hijo de la viuda de Naín (Lucas 7:11-17). Y todo esto era para llevarlos a que se rindieran ante Él, como lo hizo la mujer en la casa de Simón el fariseo (Lucas 7:36-50); pero lamentablemente, como Simón, gran cantidad de personas rechazaron el Señorío de Cristo por no estar de acuerdo con Su forma de salvar, hallaron tropiezo en Cristo.
 
Hasta el mismo Juan bautista tuvo dudas de la obra salvadora de Cristo; pero al recordársele lo escrito sobre el Mesías, y ver el cumplimiento de lo profetizado en Cristo, Juan fortaleció su fe y tuvo paz en medio de su encarcelamiento (Lucas 7:18-22). El Señor aseguró que, a pesar de haber sido el más grande de los profetas nacidos de mujer, Juan no sería mayor que el más pequeño de los creyentes en Cristo (Lucas 7:24-35); porque nosotros vivimos confiados en la obra redentora del Señor y no hallamos tropiezo, sino perdón y transformación en Él.
 
Hoy puede usted confiar en Cristo y recibir Su ayuda salvadora, si se rinde plenamente a Él; pero si desconfía de Su forma de salvar, o pone en duda Su autoridad, terminará encontrando tropiezo en Cristo.
 

 
 
15 de marzo de 2024

 
EL BUEN ARBOL
 
Lucas 6:43 No es buen árbol el que da malos frutos, ni árbol malo el que da buen fruto.
 
 
La vida es el reflejo de lo que se cree; y quién realmente ha creído en Cristo vivirá conforme a su fe, en obediencia a la Palabra de Dios, produciendo los frutos del cambio que Dios obró en su corazón; no podrá producir frutos malos permanentemente, por ser ahora un buen árbol.
 
La maldad del corazón se veía en la actitud de los fariseos que juzgaban las buenas obras de Cristo, como cuando le criticaron el que les dejara recoger espigas en el día de reposo a sus discípulos (Lucas 6:1-5) y el que sanara a un hombre en el día de reposo (Lucas 6:6-11); los fariseos no veían la maravillosa gracia del Señor en la elección de sus apóstoles (Lucas 6:12-16), ni en su atención a las multitudes (Lucas 6:17-19), ni en sus enseñanzas consoladoras, edificantes y transformadoras (Lucas 6:20-49) donde no hacía más que mostrar la bondad y santidad de su ser.
 
Aunque los fariseos supieran mucho del Antiguo Testamento, aun así, no podían producir buenos frutos sin rendirse al Salvador; pues todos necesitamos reconocer la incapacidad de nuestra naturaleza pecaminosa para entonces ser transformados por Cristo y para así poder producir verdaderos frutos de santidad.
 
La tarea que nos queda es examinar nuestra conducta y determinar, por la Palabra de Dios, si en nosotros predomina el buen o el mal fruto; y buscar a Cristo, quien es el único que, por el poder del Espíritu Santo, nos puede transformar en un buen “árbol” con buenos “frutos”.
 

 
 
14 de marzo de 2024

 
EN SU PALABRA
 
Lucas 5:5 Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; más en tu palabra echaré la red. 
 
 
La guía de la Palabra del Señor, aplicada a las circunstancias particulares de cada creyente, permite ver la obra poderosa de Dios; ya que es en Su palabra que debemos realizar todo trabajo y actividad.
 
Por el poder inmerso en la Palabra autoritativa de Cristo, no solo Simón se vio beneficiado, también un leproso fue sanado (Lucas 5:12-16), un paralítico fue perdonado y curado (Lucas 5:17-26), Leví fue transformado y reorientando (Lucas 5:27-32, y todos los discípulos fueron instruidos sin necesidad de los viejos rudimentos religiosos (Lucas 5:33-39). Todo esto lo hizo Cristo por medio de Su poderosa palabra.
 
Las dificultades que Simón, el que luego llamarían Pedro, sufrió durante toda una noche de trabajo, no le impidieron echar la red conforme a lo que Cristo le dijo; y por ello pudo disfrutar de una pesca milagrosa (Lucas 5:1-11). Ni el trabajo, ni lo incapacitante de una enfermedad, ni la presión política y religiosa son impedimentos para que las personas obedezcan al Señor; y quienes le obedecen siempre pueden disfrutar de Su poder.
 
La invitación divina para este tiempo sigue siendo la misma: Bogar mar adentro en medio de las dificultades de este mundo y actuar en obediencia a la Palabra de Cristo.
 
¡El Señor no solo quiere darnos “pescas” milagrosas, lo que realmente quiere es convertirnos en pescadores de almas para Él! (Lucas 5:10).
 

 
 
13 de marzo de 2024

 
EN EL PODER DEL ESPÍRITU
 
Lucas 4:14-15 Y Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la tierra de alrededor. Y enseñaba en las sinagogas de ellos, y era glorificado por todos. 
 
 
La gran bendición del creyente no radica en llegar a estar libre de dificultades; sino en que, como Cristo, sea fortalecido por el Espíritu Santo en medio de ellas.
 
Luego de su bautismo, en el cual el Espíritu Santo confirmó su llamamiento mesiánico, Jesús fue dirigido por el mismo Espíritu de Dios; fue llevado al desierto para ser probado (Lucas 4:1-13, 42-44), a las sinagogas para enseñar sobre su obra salvadora (Lucas 4:15-30), y a la gente necesitada para predicarles, liberarlos y sanarlos (Lucas 4:31-41); todo en el poder del Espíritu.
 
Muchos desean tener fama, incluso por medios nobles, como la enseñanza y la ayuda a los necesitados; pero carecen de la presencia poderosa del Espíritu de Dios. Si el Salvador, siendo Dios hecho carne, venció la tentación, enseñó en medio de quienes querían matarlo y ayudó a los necesitados de su época, fue porque en su humanidad estaba totalmente sometido a la guía poderosa del Espíritu Santo.
 
Lo primero que el Espíritu Santo hará en quienes haya de usar con Su poder será convencerlos de su pecado, para traerlos a los pies del Salvador; y luego, con Su poder, los capacitará para vivir venciendo la tentación, proclamando la verdad del evangelio en medio de la oposición y ayudando a otros por medio de su comunión con el Señor en oración.
 
¡Anhele vivir bajo el poder del Espíritu!
 

 
 
12 de marzo de 2024

 
CUANDO EL CIELO SE ABRIÓ
 
Lucas 3:21 Aconteció que cuando todo el pueblo se bautizaba, también Jesús fue bautizado; y orando, el cielo se abrió,
 
 
La diferencia entre una ceremonia religiosa y una experiencia espiritual consiste en la soberana intervención divina; la cual genera una relación profunda, única y permanente con Dios.
 
En el caso del Salvador, en el bautismo se confirmó su naturaleza divina como verdadero Hijo amado de Dios y se certificó la capacitación que el Espíritu Santo le dio en su humanidad para llevar a cabo la obra salvadora.
 
El mismo Juan, cuyo ministerio era dirigido por Dios (Lucas 3:1-20), no solo tenía como suficiente el hecho de que Cristo estuviera dentro de la línea de descendencia de David, la cual era la línea mesiánica (Lucas 3:23-38); Juan necesitaba ver en el Mesías salvador una comunión especial y única con el Padre Celestial, y un revestimiento particular del Espíritu de Dios (Lucas 3:16-17). Juan pudo ver que sobre Jesús el cielo se abrió (Lucas 3:22).
 
Hoy el mundo debe ver más que ceremonias; y los verdaderos creyentes deben anhelar tener comunión con personas que no sean meramente religiosas. Se necesitan aquellos que tengan una relación profunda, especial y permanente con Dios por medio de la fe en Jesús.
 
Recordando lo acontecido al Salvador durante su bautismo como un hecho real en el que oficialmente fue llamado a ejercer su ministerio y en el que visiblemente fue revelada la trinidad de personas en Dios, no debemos perder de vista como esto ilustra la necesidad de que seamos personas sobre las cuales el Señor haya abierto los cielos, siendo verdaderos creyentes en Cristo, llenos del Espíritu Santo en una relación viva con Dios Padre.
 

 
 
11 de marzo de 2024

 
NACIDO PARA SALVAR
 
Lucas 2:50-51 Mas ellos no entendieron las palabras que les habló. Y descendió con ellos, y volvió a Nazaret, y estaba sujeto a ellos. Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón.
 
 
Aún desde su niñez, en medio del asombro de sus padres, Jesús mostró obediencia; a pesar de saberse y precisamente por saberse llamado por el Padre Celestial a una labor mucho mayor, la de nuestra salvación.
 
Cuando tenía doce años, Jesús se quedó en Jerusalén conversando y asombrando con su sabiduría a los doctores de la ley de la época (Lucas 2:41-52); y, aunque sus padres realmente no entendían lo que pasaba, María simplemente guardaba el recuerdo de lo sucedido en su corazón, así como lo hizo cuando los pastores visitaron al niño recién nacido (Lucas 2:1-20), o como debió haberlo hecho cuando Simeón y Ana se regocijaron al conocer al niño en el templo mientras lo presentaban según la ley (Lucas 2:21-38).
 
Al vivir durante varios años con Jesús en Nazaret (Lucas 2:39-40) y verlo crecer como un hijo obediente, sus padres debieron acostumbrarse a su compañía; ellos no tenían presente que él había venido al mundo para estar en los negocios de su Padre Celestial (Lucas 2:49).
 
Él no nació para llenar de felicidad a su familia, aunque lo hizo; ni nació para asombrarnos con la humildad de su nacimiento y su ejemplo de vida santa y obediente, aunque lo hizo; Él nació para mostrarnos, con su vida y enseñanza, el pecado de nuestro ser; y al mismo tiempo nació para revelarnos su amor misericordioso, con el cual nos salvaría en la cruz.
 
Seguramente los mismos maestros de la ley, que se sorprendieron por la sabiduría de Jesús siendo un niño, lo crucificaron de adulto; porque como niño creció asombrando a quienes lo conocían, pero de adulto fue aborrecido al revelar el pecado del corazón humano. Él espera de nosotros más que asombro; debemos reconocer nuestro pecado y someternos por completo a Su señorío; Él es el Salvador; Él es Cristo, el Señor.
 

 
 
10 de marzo de 2024

 
VERDAD BÍBLICA
 
Lucas 1:4 para que conozcas bien la verdad de las cosas en las cuales has sido instruido.
 
 
A quien conoce la verdad del Evangelio, la Palabra de Dios escrita le sirve para confirmación, gozo y aliento en su fe; ya que nadie ha conocido al Salvador sin que se le presente, al menos oralmente, el contenido en los evangelios del Nuevo Testamento.
 
El propósito que el Espíritu Santo colocó, y con el cual controló a los escritores de los evangelios, quedó claramente expuesto en el evangelio de Lucas: Conocer bien la verdad de las cosas (Lucas 1:4); y este evangelista lo hizo recurriendo a testigos oculares aprobados por Dios, como los Apóstoles (Lucas 1:2-3), y reconociendo la autoridad de lo escrito por los otros evangelistas, aunque ellos tuvieran otros enfoques o formas “de poner en orden” los mismos hechos ciertísimos de la vida de nuestro Señor Jesucristo (Lucas 1:1).
 
Lucas inicia con detalles no relatados por los otros evangelistas, como el anuncio a Zacarías del nacimiento milagroso de Juan el Bautista (Lucas 1:5-25); también narra la revelación dada a María sobre el privilegio de ser tomada como madre del Salvador (Lucas 1:26-38); y luego describe el encuentro entre María e Isabel durante el sexto mes de embarazo de esta última (Lucas 1:39-56). Finalizando el primer capítulo, Lucas describe el nacimiento de Juan y la forma como su padre Zacarías reaccionó siendo inspirado por Dios (Lucas 1:57-80).
 
Todos estos acontecimientos, aunque estén llenos de eventos sobrenaturales divinos, deben ser tomados tal y como son narrados; ya que son presentados así para ser creídos como fundamento histórico de la fe en Cristo. ¡Si realmente ha creído que Jesús es el Hijo de Dios, puede creer la verdad de su concepción virginal como prueba de su naturaleza divina!
 
No se confíe de las instrucciones de una religión, por grande que sea. ¡Aproveche la Biblia para conocer bien la verdad de las cosas en las cuales ha sido instruido!
 

 
 
09 de marzo de 2024

 
PIEDRA REMOVIDA
 
Marcos 16:3 Pero decían entre sí: ¿Quién nos removerá la piedra de la entrada al sepulcro?
 
 
La mayoría de creyentes nos preguntamos por la forma en que Dios nos ayudará, como en el caso de la piedra que necesitaban mover las mujeres que querían ungir el cuerpo de Jesús; pero Dios obra más allá de la que pensamos con Su poder.
 
María magdalena, María la madre de Jacobo y Salomé, habían comprado especias aromáticas para ungir a Jesús (Marcos 16:1); y muy temprano, en la mañana del primer día de la semana (Marcos 16:2), se dirigieron a la tumba donde ellas mismas habían visto poner el cuerpo del Señor (Marcos 15:47).
 
Aunque su deseo era muy noble, no contaban con las fuerzas suficientes para remover la gran piedra que sellaba el sepulcro; y seguramente, además de ir pensando en quién les ayudaría a moverla (Marcos 16:3), también irían pidiendo a Dios que enviara a alguien que las socorriera. Pero no imaginaban la sorpresa que el Señor les tenía preparada; Dios mismo, no solo había removido la piedra, también había dejado la tumba vacía, porque Cristo había resucitado (Marcos 16:4-8).
 
Solo el poder divino vence las dificultades que, como la piedra del sepulcro, se interponen para no permitir el entendimiento de la muerte y resurrección del Señor; y una vez que se es creyente, el mismo poder de Dios nos sorprende al contestar nuestras oraciones de forma mayor a lo que nosotros podamos imaginar, con el único propósito de afianzar nuestra fe en el Señor Jesús, quién resucitó para darnos vida eterna.
 

 
 
08 de marzo de 2024

 
EL PESO DE LA CRUZ DE JESÚS
 
Marcos 15:21 Y obligaron a uno que pasaba, Simón de Cirene, padre de Alejandro y de Rufo, que venía del campo, a que llevase la cruz.
 
 
Si nos hubiera tocado ayudar a Cristo con su cruz, viéndolo sufrir por nuestro pecado, el peso de aquel madero se habría multiplicado por la carga pecaminosa de nuestro corazón; y entenderíamos mejor Su obra de salvación.
 
Se cree que Rufo, el hijo de Simón el Cireneo, fue un cristiano reconocido; ya que es incluido dentro de los saludos del apóstol Pablo en su Carta a los romanos (Romanos 16:13). Esto hace suponer que la experiencia vivida por Simón, el día que Cristo fue crucificado, transformó su corazón y trajo la salvación a él y a su familia.
 
Hoy se pueden encontrar películas, libros y diferentes formas de ilustrar el día en que Jesús fue entregado a Pilato (Marcos 15:1-5), sentenciado a Muerte (Marcos 15:6-20), crucificado (Marcos 15:21-41) y sepultado (Marcos 15:42-47); pero ninguna de ellas reemplaza la experiencia de Simón, quien caminó llevando la cruz de Cristo y seguramente percibió en ella el peso de su propio pecado.
 
Nada puede reemplazar la obra del Espíritu Santo, quien nos convence de nuestro pecado, haciéndonos percibir el peso de nuestro castigo; y de que este castigo fue descargado sobre la humanidad de nuestro Salvador. ¡Esto transforma al más incrédulo y pecador de los hombres! ¡Esto produce verdadera salvación!
 

 
 
07 de marzo de 2024

 
APROVECHANDO LA COMPAÑÍA DE JESÚS
 
Marcos 14:7 Siempre tendréis a los pobres con vosotros, y cuando queráis les podréis hacer bien; pero a mí no siempre me tendréis.
 
 
Aun cuando Jesús, por medio del Espíritu Santo, está con todos Sus siervos; no todos saben aprovechar Su presencia y agradarlo; como si lo hizo la mujer que derramó el perfume de nardo puro sobre él.
 
En la antesala de Su sacrificio, después del cual sus discípulos no podrían continuar viviendo de la misma forma con Él, Jesús disfrutó del sentido común de una mujer que probablemente pensó que debía entregarle todo lo que era y lo que poseía cuando lo viera: pues tal vez no tendría otro momento para estar junto Él y así aprovecharía la compañía de Jesús para rendirle su vida (Marcos 14:3-9).
 
Mientras se acercaba la hora de Su muerte, el Señor planeaba disfrutar el estar con Sus discípulos, ya que había apartado el lugar para la cena de pascua (Marcos 14:12-25); pero, al mismo tiempo, los sacerdotes y escribas planeaban Su muerte (Marcos 14:1-2), y Judas lo ofrecía por dinero (Marcos 14:10-11): mientras los apóstoles se comprometían a la ligera a estar con Cristo (Marcos 14:26-31). Estos últimos no sabían que no serían capaces de acompañarlo ni en oración (Marcos 14:32-42) ni en la Cruz (Marcos 14:43-52); y tampoco sabían que no serían capaces de confesarlo abiertamente en medio de la persecución (Marcos 14:53-72); por ello, en cierto sentido, no aprovecharon la compañía del Señor.
 
Hoy también hay muchas obras buenas por hacer; pero lo que realmente agrada el corazón del Salvador es que el alma se rinda ante Él en oración, por medio de su Palabra y con la ayuda del Espíritu Santo.
 
¡Él está vivo, y es más real que todo lo que usted y yo conocemos! Aprovechemos el tiempo, vengamos ante Él en adoración, aprovechemos la compañía de Jesús que se nos ofrece por medio del arrepentimiento y la fe en Él.
 

 
 
06 de marzo de 2024

 
ETERNIDAD EXCLUSIVA DE DIOS
 
Marcos 13:1-2 Saliendo Jesús del templo, le dijo uno de sus discípulos: Maestro, mira qué piedras, y qué edificios. Jesús, respondiendo, le dijo: ¿Ves estos grandes edificios? No quedará piedra sobre piedra, que no sea derribada.
 
 
En todo lo que la humanidad disfruta se encuentra la marca de lo temporal, de lo que no dura para siempre; pero Dios, quien es el creador, y quien determina el final y el comienzo de todo, si puede brindar verdadera seguridad y satisfacción al ser humano, la de su eterna salvación en Cristo.
 
Mientras Jesús dio a sus discípulos un vistazo profético sobre la futura destrucción del templo y las señales anteriores al fin y a Su venida (Marcos 13:3-37), Su enseñanza tuvo como imagen de fondo las maravillas arquitectónicas de la época, dentro de las cuales se destacaba el templo de Jerusalén.
 
La tendencia de la naturaleza pecaminosa del hombre le hace deslumbrarse más por todo lo que percibe a través de sus sentidos, que por aquello que sea revelado por medio de la fe; es por ello que todos, incluyendo los primeros discípulos, tendemos a fijarnos en cada detalle de las señales que Cristo describió en este capítulo 13 de Marcos y olvidamos que en el trasfondo el Señor nos está alertando a no confiar en la majestuosidad temporal de lo que vemos, sino en la magnificencia eterna del que controla todo, la cual nos alienta por medio de la fe en Cristo. 
 
Hoy también debemos enfocarnos en vivir por la fe en Cristo, la cual nos permite participar de la eternidad de Dios; ya que todo lo demás no permanecerá para siempre.
 

 
 
05 de marzo de 2024

 
EL HIJO DEL DUEÑO
 
Marcos 12:6,8 Por último, teniendo aún un hijo suyo, amado, lo envió también a ellos, diciendo: Tendrán respeto a mi hijo. Y tomándole, le mataron, y le echaron fuera de la viña.
 
 
El respeto y la obediencia hacia Dios, el dueño de todo ser humano, fue medido y aún se mide hoy por el respeto y la sumisión a Su Hijo, nuestro Señor Jesucristo.
 
A Cristo lo mataron por disfrutar de lo que es de Dios, sin querer sujetarse a Él; y hoy sigue siendo rechazado por la misma razón. Querer disfrutar de los beneficios de la viña del Señor no significa estar sujetos al Señor de la viña, ni mucho menos a su Hijo, quien es su legítimo heredero (Marcos 12:7).
 
Esto quedó demostrado por la continua oposición de los líderes y religiosos de la época de Jesús; los cuales buscaban la manera de matarlo, poniéndole trampas públicas con preguntas sobre los impuestos (Marcos 12:13-17), sobre la resurrección (Marcos 12:18-27) y sobre los mandamientos (Marcos 12:28-34); ante las cuales Cristo, como buen heredero de la viña de su Padre, supo contestar con sabiduría celestial.
 
Es más, Cristo demostró la ignorancia de quienes buscan los beneficios del reino de Dios sin rendirse a Él y lo hizo citando la Escritura (Marcos 12:35-37); y los confrontó para hacerles ver su ambición y egoísmo (Marcos 12:38-40); y les puso de ejemplo a una viuda pobre que ofrendaba lo último que tenía, no buscando recibir sino dar (Mr.12:41-44).
 
Es cierto que todas las bendiciones de Dios nos son dadas en Cristo; pero si usted viene a Él solo para recibir podría caer en el error de la mayoría, que incluso terminan revelándose a Su dominio tal como lo hizo la generación que lo crucificó.
 
Ríndase completamente a Cristo, entréguese totalmente y deje que Él sea su Señor; porque solo a quienes así hacen se les constituye en participantes de la viña de Dios, del reino celestial.
 

 
 
04 de marzo de 2024

 
FE Y PERDÓN
 
Marcos 11:24-25 Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá. Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas.
 
 
Al orar se debe creer que Dios responderá; pero solo cree realmente quien ha recibido el perdón en Cristo; y solo ha sido perdonado quien es capaz de perdonar.
 
Tal vez muchos de los que recibieron en medio de alabanzas al Señor Jesús, en la entrada a Jerusalén (Marcos 11:1-11), formaron parte de los que luego gritaron sin clemencia: ¡Crucifícale!
 
Y es que los fariseos no le pudieron perdonar a Cristo que ejerciera Su autoridad divina en el templo para purificarlo (Marcos 11:15-19); pero mientras tanto Él, a través de prodigios como el hacer secar una higuera (Marcos 11:12-14, 20-26) y a través de demostraciones de sabiduría celestial (Marcos 11:27-33), les confirmaba Su señorío sobre todo ser humano.
 
Que paradójico, aquel que podía perdonarles sus pecados tuvo que aprovechar el sentido de supervivencia de los líderes judíos para que en cierta forma le perdonaran la vida y lo dejaran seguir predicando; pues no arremetieron contra Cristo solo porque temían que el pueblo les hiciera algo (Marcos 11:31-32).
 
No hay que olvidar que el ser humano no debe ni pude buscar a Cristo, ni esperar una respuesta de Él, o profesar que cree en Él, si no se siente necesitado de Su perdón. Por ello la oración no se trata de creer que todo lo que la mente imagine, sin dudar, Dios lo hará; se trata de ser perdonado por Él y vivir perdonando como Él, para que se pueda pedir confiadamente para la gloria de Él; y así, estaremos seguros de que Él mismo contestará.
 
Recuerde que no hay verdadera fe sin perdón, y que no hay verdadera oración sin fe en Cristo.
 

 
 
03 de marzo de 2024

 
POR LA DUREZA DEL CORAZÓN
 
Marcos 10:5 Y respondiendo Jesús, les dijo: Por la dureza de vuestro corazón os escribió este mandamiento;
 
 
Cuando Dios permitió el divorcio, en el Antiguo Testamento, lo hizo como una forma de contener la maldad del hombre; pero, como en muchas otras circunstancias, esto fue debido a la dureza del corazón humano (Marcos 10:1-12).
 
La dureza de corazón se produce al querer servir cada vez más a los deseos personales pecaminosos, dejando de sujetarse a los principios divinos. El ejemplo inicial de dureza, en este capítulo, es el divorcio; pero también se puede percibir en la actitud de los apóstoles para con los niños que se acercaban a Jesús (Marcos 10:13-16), en la incapacidad del joven rico de renunciar a sus bienes (Marcos 10:17-31) y en la petición de preeminencia que Santiago y Juan le hicieron al Señor (Marcos 10:35-45).
 
Por la dureza del corazón el joven rico se alejó de Cristo sin salvación y los propios discípulos no entendieron el verdadero carácter de su servicio; así Jesús les hubiera revelado abiertamente su sacrificio salvador (Marcos 10:32-34) y vieran las consecuencias de acercarse al Señor con un corazón dócil y humillado, como lo hizo el ciego Bartimeo (Marcos 10:46-52). Aun así, muchos seguían endurecidos en su interior.
 
No importa que tanto haya usted sufrido, o que tan terribles circunstancias esté pasando; esté alerta de no endurecer su corazón. Si clama por misericordia al Señor, como lo hizo Bartimeo, el Señor le dará un corazón de carne, sensible a Dios, para que pueda disfrutar la vida que le regaló a través de la obra de Cristo.
 

 
 
02 de marzo de 2024

 
EL MONTE DE LA TRANSFIGURACIÓN
 
Marcos 9:2 Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan, y los llevó aparte solos a un monte alto; y se transfiguró delante de ellos.
 
 
Cuando se sube al monte, se sube a buscar perseverantemente a Dios en oración; y si se hace con sinceridad, se puede percibir la gloria divina del Hijo de Dios, lo cual es indispensable para vivir cuando se desciende del monte.
 
Pedro, Jacobo y Juan tuvieron el privilegio de ver el resplandor divino de Cristo (Marcos 9:2-13), el cual los espantó; pero, al mismo tiempo, los sobrecogió. Esta experiencia se dio en el monte de la oración; oración que les hizo falta a los discípulos para poder sanar al muchacho con espíritu sordomudo (Marcos 9:14-29) y que también les hizo falta a los discípulos para comprender las palabras de Cristo sobre su muerte (Marcos 9:30-32), para aprender la necesidad de servir humildemente (Marcos 9:33-37) y para servir a Cristo sin egoísmos (Marcos 9:38-41).
 
La oración, por medio de la exposición a Dios y a Su voluntad, orienta a cada discípulo de Cristo para no caer en la influencia tentadora de las personas inconversas. Estas personas inconversas son identificadas por el Señor como aquellas que hacen tropezar a sus pequeñitos (Marcos 9:42-50).
 
Hoy también por la constante comunión con Dios en oración, que nos expone al resplandor divino de Cristo, se obtiene la guía divina para no caer en tentación, para vivir en humildad, y para ser un verdadero instrumento del poder de Dios.
 
Subamos al monte de la oración, en el cual seremos impactados, transformados y equipados por el divino resplandor de nuestro Salvador.
 

 
 
01 de marzo de 2024

 
ENSEÑANZAS LEUDADAS
 
Marcos 8:15 Y les mandó diciendo: Mirad, guardaos de la levadura de los fariseos, y de la levadura de Herodes.
 
 
Así como la levadura eleva el pan, haciéndolo ver más grande y mejor; así también muchas enseñanzas, basadas en tradiciones religiosas o en señales externas y milagrosas, ocultan la pérdida de la esencia del verdadero cristianismo.
 
El Señor Jesús acababa de multiplicar milagrosamente siete panes y unos pececillos, para alimentar a cuatro mil (Marcos 8:1-10); y los fariseos le pidieron una señal, o un prodigio milagroso del cielo. Lo hicieron para tentarlo o probarlo en su carácter de mesías salvador (Marcos 8:11-13).
 
Esta petición emanaba de la mentalidad de los líderes judíos de la época, que daban preponderancia a las señales milagrosas antes que a cualquier otra cosa para certificar si alguien, especialmente el mesías, venía de Dios. Esto se veía sobre todo en medio de los fariseos; pero en medio de los herodianos, que era una facción política judía, seguramente se esperaba una demostración de poderío militar y libertario de parte del mesías. Ambas interpretaciones del salvador contaminaron sus enseñanzas, no permitiéndoles ver a Jesús como el ungido del Señor, como el mesías.
 
¡Qué más señales querían!, si, entre tantos milagros, sanó a un ciego con el lodo hecho de su saliva (Marcos 8:22-26); y ¡Qué más libertad!, si liberó poderosamente a quienes estaban ciegos espiritualmente, a aquellos que no entendían lo que había dicho de la levadura (Marcos 8:14-21; Mateo 16:11-12). Fue a sus discípulos, a quienes Jesús les reveló que Él era el Cristo, el Mesías, el Salvador (Marcos 8:27-30); y hasta les reveló su plan de salvación a través de Su muerte sacrificial y de Su poderosa resurrección (Marcos 8:31-38).
 
Si Cristo le ha revelado Su amor salvador y le ha hecho experimentar el perdón divino y la nueva vida en Él, no exija demostraciones mayores de Su poder salvador; viva en agradecimiento y obediencia a Él. Todo lo que Él le dé en adición a su salvación será una añadidura, solo eso; pero lo principal seguirá siendo el milagro de su salvación.
 

 
 
29 de febrero de 2024

 
LIMPIEZA DEL CORAZÓN
 
Marcos 7:15 Nada hay fuera del hombre que entre en él, que le pueda contaminar; pero lo que sale de él, eso es lo que contamina al hombre.
 
 
La obsesión por seguir costumbres religiosas, culturales o filosóficas para limpiar el alma, solo demuestra lo contaminado de la misma (Marcos 7:1-23). El pecado es lo que contamina nuestras costumbres; y no al revés. Y solo Cristo nos limpia de pecado.
 
De hecho, Cristo sanó a una mujer que según el concepto religioso judío de la época era impura por ser extranjera (Marcos 7:24-30); Él sanó a la sirofenicea porque, al igual que los que trajeron a un sordomudo para que lo sanara (Marcos 7:31-37), ella puso su fe en Él.
 
La fe en Jesús, como salvador del pecador por medio de Su vida, muerte y resurrección, no solo da la seguridad de ser perdonado por Dios, también purifica el alma; porque le hace caer en cuenta de su pecado, dándole aborrecimiento hacia la práctica del mismo e impulsándole a obedecer al Señor. Por su sangre sacrificial, Cristo logra lo que ningún ritual de purificación ha podido, ni podrá lograr: La limpieza del corazón.
 
Es hora de confiar plenamente en Cristo para ser tan puros por dentro como muchas veces aparentamos serlo por fuera. Es hora de arrepentiros del pecado que ocultamos detrás de nuestra limpia apariencia, y de ser purificados en nuestros corazones por la fe en Jesús.
 

 
 
28 de febrero de 2024

 
INCREDULIDAD Y FE EN CRISTO
 
Marcos 6:6 Y estaba asombrado de la incredulidad de ellos. Y recorría las aldeas de alrededor, enseñando.
 
 
O se cree en Cristo o no se cree en Él, no hay término medio; y, como resultado, o se ve plenamente la obra del Señor en la vida, o simplemente se recibe lo poco que en Su misericordia soberana Él da al incrédulo.
 
El asombro de Cristo por la incredulidad de sus coterráneos galileos explica los pocos milagros que ellos recibieron del Salvador (Marcos 6:1-5); pero, aun así, el Señor no dejó de enseñarles las verdades del reino de los cielos. En medio de esta situación, Cristo vio el momento ideal para enviar a sus discípulos a predicar de dos en dos (Marcos 6:7-13); a pesar de la incredulidad generalizada.
 
Este tipo de incredulidad es la que llevó a Herodes a matar a Juan el Bautista, a pesar de admirarlo; y luego llegó a confundirlo con Jesús, creyendo que los poderes milagrosos que Cristo tenía eran una señal de que el Bautista había vuelto de los muertos (Marcos 6:14-29). Aún los mismos discípulos de Cristo no creían perfectamente, ni cuando el Señor sació milagrosamente el hambre de las multitudes con lo poco que ellos tenían (Marcos 6:35-44), ni cuando subió milagrosamente a la barca en que navegaban a viento contrario y calmó el viento (Marcos 6:45-52). Y como contraste, al finalizar el capítulo 6 de Marcos, vemos a personas que recibieron sanidades solo con tocar el manto de Jesús, debido a su fe en Él.
 
Por ello podemos esperar que, en algún momento, por Su misericordia, el Señor nos brinde Su ayuda providencial; pero, si queremos percibir Su mano sobre nuestra vida de forma continua y plena, debemos creer en Él más de lo que creemos en las personas, o en los sistemas religiosos, o en la ciencia.
 
Recuerde que no tenemos que ser perfectos, pero si debemos confiar en Cristo más de lo que confiamos en nosotros mismos. ¡Qué Cristo quede asombrado, más bien, por nuestra fe genuina y obediente en Él!
 

 
 
27 de febrero de 2024

 
HECHOS PARA PUBLICAR
 
Marcos 5:20 Y se fue, y comenzó a publicar en Decápolis cuán grandes cosas había hecho Jesús con él; y todos se maravillaban.
 
 
El ejemplo de obediencia y agradecimiento del hombre de este versículo, del gadareno, debería animarnos a publicar las grandes obras que el Señor Jesucristo ha hecho en nosotros.
 
Este Gadareno se encontró en una situación en la que ni podía pedir ayuda, ni lo podían ayudar, ni tenía a alguien que clamara a Cristo por él (Marcos 5:1-5); por el contrario, los únicos que se dirigieron a Cristo por él fueron los demonios que lo atormentaban, y eso fue para que el Señor no los echara de su ser. Pero Cristo lo liberó poderosamente, a pesar de lo extremo de su caso (Marcos 5:6-13).
 
Por otra parte, en este mismo capítulo 5 se registran otros dos casos más que si pidieron ayuda a Cristo; uno es el de Jairo, clamando por su hija moribunda; y el otro es el de la mujer que, en vez de pedir verbalmente la sanidad de su flujo de sangre, se arrastró entre toda la gente para tocar a Jesús. Ambas sanidades se entrelazan en el mismo curso de acontecimientos relatados en Marcos 5:21-43.
 
No importa si usted tuvo quien intercediera por su vida ante el Señor, o si usted mismo clamó a él, o si ni siquiera pudo orar al Señor en medio de sus conflictos, como el gadareno; lo importante es que usted reconozca la obra Cristo en su vida y publique lo grande del Salvador; y solo lo logrará si rinde su vida al Señor en arrepentimiento y fe.
 

 
 
26 de febrero de 2024

 
MIRAR LO QUE OÍMOS
 
Marcos 4:24 Les dijo también: Mirad lo que oís; porque con la medida con que medís, os será medido, y aún se os añadirá a vosotros los que oís.
 
 
Cuando se juntan los sentidos se aprende mejor; y aquí, en su forma de hablar, Cristo une la visión con la audición para enfatizar la importancia de prestar mucha atención a su enseñanza, si es que se desea que ella produzca resultados.
 
Este llamado de atención se hace en medio de sus enseñanzas por medio de parábolas, como la del sembrador (Marcos 4:1-20), la de la luz (Marcos 4:21-22), la de la semilla de trigo (Marcos 4:26-29) y la de la semilla de mostaza (Marcos 4:30-32); todas ellas con la intención de mostrar la dinámica del reino de los cielos.
 
Ante sus enseñanzas, Cristo demandó y aún demanda especial atención, para así tratar con mayor y mejor cuidado lo que quedó registrado en la Biblia y de esta forma tener una vida conforme a Su voluntad, siendo parte del reino de los cielos.
 
Hoy en día muchos prefieren poner mayor atención a las enseñanzas de los hombres contemporáneos que van en contra de las dadas por el Hijo de Dios y que no tienen como objetivo el reino de los cielos; y por ello tienden a alejarse de Cristo.
 
Fijémonos como meta el mirar bien lo que oímos, desechando lo que no concuerda con la enseñanza del Hijo de Dios y profundizando en Sus palabras; para que así no nos engañemos, sino que más bien tengamos una vida fructífera en Cristo, con frutos o resultados maravillosos de transformación en nuestra vida, del treinta, o del sesenta, o hasta del ciento por uno (Marcos 4:20).
 

 
 
25 de febrero de 2024

 
LO LÍCITO Y LO BUENO
 
Marcos 3:4 Y les dijo: ¿Es lícito en los días de reposo hacer bien, o hacer mal; salvar la vida, o quitarla? Pero ellos callaban.
 
 
Lo legal, o socialmente aceptable, no siempre es lo bueno según la voluntad de Dios; pero lo espiritualmente bueno, lo que salva vidas, nunca se contrapone a lo lícito; si es que esa ley viene de Dios y si ha sido correctamente entendida.
 
En esto se basó la oposición a Cristo, en buscar en Su comportamiento acciones que estuvieran fuera de la ley judía de ese tiempo, o fuera del entendimiento judío de la ley divina. Por ello Cristo fue incitado a sanar al hombre de la mano seca en el día de reposo (Marcos 3:1-6); y por ello también fue acusado de ser un instrumento del príncipe de los demonios; ya que no querían entender Su autoridad bíblica sobre todo ser espiritual. A esta actitud para con él, Cristo la diagnosticó como un pecado imperdonable en contra del Espíritu Santo; ya que estaban totalmente endurecidos ante su obra (Marcos 3:20-30).
 
La prioridad de Cristo era hacer el bien, así su propia familia de sangre pensara que Él estaba fuera de sí (Marcos 3:21; 31-35); y por ello también envió a los que escogió como discípulos a sanar a los enfermos, así como lo hacía Él (Marcos 3:7-19).
 
Siguiendo el ejemplo del Señor, nuestras acciones deben ser impulsadas por lo que Dios en Su buena voluntad desea para las personas. No debemos hacer simplemente lo lícito o lo que conveniente, sino lo bueno y lo que proclame la salvación en Cristo; así el mundo entero nos persiga por ello.
 

 
 
24 de febrero de 2024

 
NECESIDAD DE PERDÓN
 
Marcos 2:5 Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados.
 
 
La necesidad más grande del ser humano es experimentar el perdón divino; pues así no se vea como un pecador, necesita estar en paz con Dios. Esa era la razón de cada obra de Cristo, brindar el perdón que solo viene a través de Él.
 
Los religiosos de su época cuestionaban los actos y palabras de Jesús; cuestionaron que le dijera al paralítico que perdonaba sus pecados (Marcos 2:1-12), cuestionaron que comiera con publícanos y pecadores en la casa de Leví (Marcos 2:13-17), cuestionaron que no ayunara con sus discípulos (Marcos 2:18-22) y que los dejara recoger espigas en el día de reposo (Marcos 2:23-28).
 
Pero en todas las ocasiones Cristo buscaba darse a conocer como aquel que tiene la autoridad para perdonar; por ello le habló así al paralítico y lo sanó, por ello estaba en compañía de los pecadores que reconocían su necesidad de perdón, por ello no les permitía a los discípulos afligirse en ayuno siendo que estaban en la compañía de su redentor, y por ello les dejaba realizar ciertas labores necesarias en sábado, porque andaban con el Señor del día de reposo, el único que con Su perdón da descanso al alma.
 
Nuestra mayor necesidad no es ser sanos, andar en buenas compañías o en buenas prácticas religiosas; nuestra mayor necesidad es experimentar el perdón divino en Cristo.
 
Recuerde que el perdón que no viene de Cristo es meramente humano y apacigua solo por un momento nuestra conciencia; pero el perdón de Cristo llena el alma de paz, por saldar definitivamente nuestra cuenta pendiente con el autor de la vida.
 

 
 
23 de febrero de 2024

 
MINISTERIO DE CRISTO
 
Marcos 1:14-15 Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.
 
 
La predicación de Cristo estuvo acompañada de gran variedad de obras milagrosas, pero ellas giraban en torno al arrepentimiento y a la fe que se nos demanda debido a que el reino de los cielos nos llegó por medio de Él.
 
En este primer capítulo de Marcos, Cristo se ve como recibiéndole y dándole plenitud al ministerio de la proclamación del reino de los cielos que había estado ejerciendo Juan el bautista (Marcos 1:1-8); y lo hace siendo primero bautizado (Marcos 1:9-11) y tentado en el desierto (Marcos 1:12-13), y luego predicando cuando Juan fue apresado (Marcos 1:14-15).
 
Además, el Señor Jesús es registrado en toda la expresión de Su obra ministerial: Llamando discípulos (Marcos 1:16-20), expulsando demonios (Marcos 1:21-28), sanando enfermos (Marcos 1:29-34, 40-45), orando (Marcos 1:35-37) y predicando (Marcos 1:38-39). Estas dos últimas actividades eran el eje central de Su labor; ya que la oración guiaba y mantenía poderosamente Su obra, mientras que la predicación fundamentaba a las personas en Él como su Salvador.
 
No importa la variedad de necesidades de cada persona, todas pueden ser suplidas por el Salvador; y esto será de verdadera bendición si se tiene como fundamento la enseñanza del Señor, la cual nos lleva a ser sus discípulos y a ser así verdaderamente bendecidos por Él.
 
No se conforme solo con algún beneficio de la obra de Cristo, clame a Él por la plenitud de Su obra salvadora; para que Él esté en el centro de su vida, transformándolo a Su voluntad.
 

 
 
22 de febrero de 2022

 
LA TUMBA VACÍA
 
Mateo 28:6 No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor.
 
 
Cristo fue puesto por otros en la tumba, pero se levantó por Sí mismo para darnos nueva vida.
 
Los líderes judíos de la época quisieron hacer creer a todos que los discípulos habían levantado el cuerpo de Jesús (Mateo 28:2-4, 11-15); pero los verdaderos seguidores del Señor, como las mujeres que fueron al sepulcro, al ver la tumba vacía se convencieron de que había resucitado conforme Él lo había predicho (Mateo 28:1, 5-8).
 
Cristo salió al encuentro de las mujeres que iban a avisar sobre Su resurrección (Mateo 28:6-10); y, al final, también se les apareció a todos para darles la gran comisión que debían cumplir en Su nombre (Mateo 28:16-20), la cual consiste en hacer discípulos del único Salvador que murió para redimirnos y que resucitó para darnos vida eterna.
 
Tanto usted como yo llevamos a Cristo a la tumba por nuestro pecado; pero ni usted ni yo le levantamos de los muertos. Es por ello que solo Él tiene el poder de transformar nuestras vidas; porque, así como pudo levantarse de la tumba, Él puede dar nueva vida a nuestras almas, liberándolas de la esclavitud al pecado y llenándolas de Su santidad y justicia, al creer en Él.
 
Cristo resucitó para darnos vida.
 

 
 
21 de febrero de 2024

 
EL PESO DE LA CRUZ
 
Mateo 27:32 Cuando salían, hallaron a un hombre de Cirene que se llamaba Simón; a éste obligaron a que llevase la cruz.
 
 
La cruz pesaba extraordinariamente para Cristo, no tan solo por la tortura que previamente había recibido, sobre todo por la carga espiritual de servir de receptor del castigo divino contra el pecado de quienes serían redimidos a través de Su crucifixión.
 
Judas se suicidó, en vez de arrepentirse y ayudar a Cristo con la cruz (Mateo 27:3-10); Pilato no quiso comprometerse a liberar a Cristo de la cruz, a pesar de reconocerlo inocente (Mateo 27:15-31); Simón el cireneo si ayudó a cargar la cruz, pero no voluntariamente (Mateo 27:32); y los compañeros de crucifixión del Señor se unieron a la burla que le hacían los que pasaban y los líderes judíos, a pesar de estar ellos clavados igualmente a un madero (Mateo 27:33-44).
 
Nadie entendió el peso sobrenatural de la cruz, sino hasta percatarse de la santidad y justicia divina que poseía el hombre clavado en ella; así como parece haberle sucedido al centurión y a sus acompañantes, quienes exclamaron: “Verdaderamente éste era Hijo de Dios.” (Mateo 27:45-54).
 
Aunque Cristo fue sepultado en un buen lugar, los líderes judíos mandaron a custodiar la tumba; porque en el fondo suponían que podía cumplir lo que prometió sobre Su resurrección (Mateo 27:57-65). El peso de la cruz que lo llevó a la muerte no fue Su propio pecado, sino el nuestro; pero el poder de Su santidad divina lo levantaría de los muertos.
 
Si como todos los seres humanos usted no pudo ayudar a Cristo con la cruz; y si, aunque hubiera tenido la oportunidad, como pasó entonces, usted tampoco hubiera querido ayudarle; recuerde que usted nunca podrá con el peso de su pecado, pero Él sí pudo; y por ello, para alcanzar la paz, arrepiéntase y confíe en la obra perfecta de Cristo en la cruz.
 

 
 
20 de febrero de 2024

 
¿CUANTO VALE CRISTO?
 
Mateo 26:15 y les dijo: ¿Qué me queréis dar, y yo os lo entregaré? Y ellos le asignaron treinta piezas de plata.
 
 
Si Cristo es realmente es valioso para alguien, no lo cambiará por lo que el mundo le ofrezca en su lugar.
 
La cantidad recibida por Judas era lo que según el Antiguo Testamento se debía compensar por la vida de un esclavo (Ex.21:32) y lo que Zacarías profetizó que se daría por el Mesías menospreciado (Zacarías 11:12); a tal punto Judas desconoció al salvador con el que anduvo, que le dio el valor más bajo (Mateo 26:14-16, 47-50).
 
La actitud de los fariseos, al reunirse a planear la captura, ofrecer poco dinero a Judas, prender a Cristo como a un vil ladrón, darle un juicio injusto y maltratarlo antes de su crucifixión, también demostró el mínimo valor que le dieron al Salvador (Mt.26:1-5,55-68).
 
El comportamiento de los discípulos, enojándose con la mujer que derramó un perfume costoso sobre Cristo, durmiéndose cuando Jesús les pidió compañía mientras oraba, huyendo cuando lo capturaron y, como en el caso de Pedro, negándolo abiertamente, también evidencia lo poco que valoraron a Cristo; en ese momento les parecía que valía la pena vivir con Él, pero no morir por Él. (Mateo 26: 8-9, 30-46, 56, 69-75).
 
Todas estas actitudes contrastaron con la de una mujer que derramó lo más valioso que poseía, un perfume costoso; el cual vació por completo sobre Jesús como símbolo del valor incalculable que para ella tenía el Salvador (Mateo 26:6-13).
 
Pero el mayor contraste se dio con Cristo mismo, quien sabía el valor de Su propia vida y por ello proclamó su sangre, su sacrificio, como base para el perdón de pecados (Mateo 26:26-29). Es por ello que no se negó a sufrir; porque sabía que solo Su vida en la cruz podía redimir a los pecadores (Mateo 26:39)
 
¡Cuánto amor inmerecido nos doy el único que tiene valor infinito! ¿Cuánto vale Cristo para usted? ¿Vale tanto como para que le rinda toda su vida?
 

 
 
19 de febrero de 2024

 
ACTITUD VIGILANTE
 
Mateo 25:13 Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el hijo del hombre ha de venir.
 
 
La actitud con la que cada individuo afronta la vida refleja si cree o no en el regreso de Cristo.
 
En la parábola de las diez vírgenes (Mateo 25:1-13) el problema de las insensatas no fue que no creyeran que el esposo vendría, el cual simboliza a Cristo en Su retorno; ni tampoco que permanecieran despiertas, porque todas se durmieron; el problema fue no haber considerado importante el estar listas, con el aceite suficiente.
 
En la parábola de los talentos (Mateo 25:14-30), el gran error de aquel que fue reprendido no fue el perder el talento, porque lo escondió para devolverlo igual; su gran error fue no haber puesto a producir lo que le entregaron, para mostrar a su Señor un fruto de lo que invirtió; porque Cristo espera ver el fruto de Su obra en nuestra vida cuando Él regrese.
 
Entonces, la gran equivocación de muchos que creen que formarán parte del reino de Cristo, cuando Él venga, no radica en su falta de conocimiento con respecto a Su regreso, ni en su debilidad humana mientras esperan, ni en que les falte dones o talentos recibidos del Señor; su gran error es que viven como si no tuvieran que presentar cuentas al Señor en Su segunda venida, no viven con actitud vigilante (Mateo 25:41-46).
 
Una persona que en verdad cree en el retorno de Cristo vive haciendo el bien; pero lo hace como una forma de ratificar que su vida no está centrada en sí mismo, sino en satisfacer la voluntad de su Señor, a tal punto, que cada acción suya es realizada como si Cristo la estuviera recibiendo directamente (Mateo 25:35-40).
 
Recuerde que es mejor vivir vigilante, para satisfacer la voluntad de aquel que nos salvó, que dormir con el mundo en el sueño que lleva a la perdición. De esta forma, el día que Cristo regrese, le escucharemos decir al Señor: “Venid benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros” (Mateo 25:31-34).
 

 
 
18 de febrero de 2024

 
LO PREDICHO POR CRISTO
 
Mateo 24:35 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
 
 
La persona cuya vida está en Cristo debe examinar los acontecimientos a la luz de la Palabra de Dios y prestar especial atención a las advertencias, recomendaciones y expresiones de aliento y seguridad que Cristo nos dejó.
 
En la mentalidad de los discípulos la destrucción del templo, el regreso de Cristo y el fin de la era, o del mundo, como se conoce, estaban relacionados; y por ello lo preguntan al mismo tiempo (Mateo 24:1-3); y probablemente por eso mismo Cristo les contesta sin diferenciar contundentemente lo uno de lo otro.
 
El Señor no les respondió realmente para saciar su curiosidad sobre las fechas, sino que, basado en la realidad de la consumación de esta era, quiso estimular a una actitud cuidadosa ante las herejías oportunistas (Mateo 24:4-5, 11, 23-25), dejar clara la necesidad de acontecimientos previos antes del fin de la era (Mateo 24:6-8), impulsar una actitud evangelística en quienes creen en Él (Mateo 24:13-14) y asegurar la imposibilidad de determinar el día de Su segunda venida, debido a su carácter sorpresivo (Mateo 24:27, 36, 42, 44). 
 
Solo quién ha entregado su vida a Cristo, se ha arrepentido por su pecado y ha confiado en su obra sustitutoria en la Cruz, puede vencer la tentación de dejarse llevar por las corrientes doctrinales heréticas de hoy en día. Solo el verdadero cristiano puede permanecer confiado a pesar de los acontecimientos catastróficos, puede perseverar dando testimonio de Cristo con su vida y predicación, y puede esperar con gozo la segunda venida de su Redentor.
 
Recuerde, cielo y tierra pasarán, pero lo dicho por Cristo permanecerá (Mateo 24:35).
 

 
 
17 de febrero de 2024

 
DEL DICHO AL HECHO
 
Mateo 23:3 Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; más no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen.
 
 
La importancia de enseñar la Palabra de Dios no radica simplemente en transmitir conocimientos correctamente interpretados, sino en poder dar de lo que nos ha transformado.
 
Ciertamente, la enseñanza de los fariseos sobre la ley de Moisés era correcta; pues el mismo Señor Jesús lo afirmó en Mateo 23:1-3. Pero la gran condena que Cristo levantó contra ellos fue por sus métodos, los cuales revelaban las motivaciones erróneas de su corazón; y esas motivaciones dejaban al descubierto que realmente no creían lo que enseñaban, así lo enseñaran bien.
 
Sus motivaciones se basaban en complacer sus deseos personales; y por ello no practicaban las duras exigencias que les hacían a los demás (Mateo 23:4), sino que solo buscaban tener una posición importante para ser reconocidos y atendidos por las personas (Mateo 23:5-7). En cambio, Cristo le demanda al creyente en Él, y mayormente a los que lideran en la iglesia cristiana, que su motivación no sea la de tener una posición de reconocimiento o de privilegios, sino la de servir humildemente a los demás como a hermanos en Cristo.
 
Los métodos de los fariseos, a pesar de su correcta enseñanza, cerraban la puerta de la salvación a ellos y a sus aprendices (Mateo 23:13). Ellos se aprovechaban económicamente de las viudas, con la excusa de ser sus guías espirituales (Mateo 23:14); se esforzaban enormemente por conseguir discípulos, solo para someterlos a su régimen religioso egoísta (Mateo 23:15); daban mayor importancia al dinero para la obra de Dios que a Dios mismo (Mateo 23:16-23); e invertían a tal punto la importancia de las cosas, que como dijo Cristo: “colaban el mosquito y se tragaban el camello” (Mateo 23:24), dando más importancia a la apariencia externa que a la obra interna del Espíritu de Dios en el hombre. Por todo esto Jesús los comparó con vasos y platos limpios por fuera pero sucios por dentro (Mateo 23:25-26), con sepulcros blanqueados por fuera pero podridos por dentro (Mateo 23:27-28), y hasta con víboras asesinas (Mateo 23:33); porque al final ellos, como sus antecesores lo hicieron con los profetas, matarían a los enviados por el Señor (Mateo 23:29-39).
 
Debemos predicar el Evangelio basándonos en la Biblia; pero al mismo tiempo debemos verificar si nuestros métodos y motivaciones reflejan si vivimos conforme a lo que enseñamos de Cristo; porque eso será lo que finalmente transmitamos a los demás.
 

 
 
16 de febrero de 2024

 
DUDAS CONTRA DE CRISTO
 
Mateo 22:17-18 Dinos, pues, qué te parece: ¿Es lícito dar tributo a César, o no? Pero Jesús conociendo la malicia de ellos, les dijo: ¿Por qué me tentáis, hipócritas?
 
 
Detrás de las preguntas que muchos hacen sobre Cristo, o a Cristo, subyace un deseo enfermizo de hacerlo caer de su posición como único salvador del ser humano.
 
Algunos de los que dicen ser seguidores de Cristo mantienen una actitud de duda frente a la persona y obra del Salvador, así como en la parábola de la fiesta de bodas un asistente no tenía el vestido de bodas adecuado (Mateo 22:1-14), que simbolizaba la falta de actitud y comportamiento cristiano de quien dice seguir a Cristo y ser parte del reino de Dios.
 
Algunos que le preguntaron a Jesús por los impuestos, también se presentaron como conocedores de Cristo (Mateo 22:16); pero realmente deseaban encontrar motivos para despojarlo de su autoridad para señorear y salvar su vida (Mateo 22:15); y como el Señor sabía sus intenciones (Mateo 22:18), les respondió mostrándoles que los compromisos del ser humano en esta tierra no se contraponen ni son superiores a su responsabilidad ante Dios (Mateo 22:19-22).
 
En la segunda pregunta que le hicieron a Cristo, de las registradas en este capítulo, intentaron demostrar lo ilógico de ver el poder de Dios actuando fuera de la esfera material y normal que conocemos, negando así la resurrección y poniendo en duda la veracidad de las Escrituras; pero Cristo respondió con la lógica divina del eterno dominio de Dios sobre las vidas humanas que Él crea, especialmente las de Su pueblo (Mateo 22:23-33).
 
Y en la última pregunta, los fariseos intentaron encontrar contradicciones en la forma en que Jesús interpretaba las Escrituras; pero con dos mandamientos del Antiguo Testamento, citados por él, Cristo resumió perfectamente el espíritu de la ley, y toda la ley divina en si misma (Mateo 22:34-40).
 
Si como muchos supuestos cristianos de hoy, usted duda sobre la supuesta contradicción entre su responsabilidad terrenal y la celestial, o sobre la lógica del poder espiritual divino sobre su vida, o sobre la coherencia y perfección de las Escrituras, recuerde que más grande que sus dudas con respecto a Cristo es la seguridad que Él tiene de la incapacidad suya para seguirle perfectamente; y que, aun así, por el poder de la fe dada por el Espíritu Santo, Él lo llama hoy a arrepentirse de sus pecados y a creerle, confiando en Su sabiduría divina y no en la humana.
 
No dude de Cristo, confíele su vida a Él.
 

 
 
15 de febrero de 2024

 
LIMPIANDO LA CASA
 
Mateo 21:13 Y les dijo: Escrito está: Mi casa, casa de oración será llamada; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.
 
 
Cristo no solo quiere oración, quiere limpiar a los pecadores para sean casa de oración.
 
Al entrar en medio de alabanzas a la ciudad de Jerusalén (Mateo 21:1-11), reprender a los mercaderes del templo (Mateo 21:12-13) y recibir más alabanzas en donde solo Dios debe ser adorado (Mateo 21:14-17), Cristo estaba confirmando Su autoridad divina para purificar la adoración.
 
Esta autoridad fue ratificada cuando hizo secar la higuera (Mateo 21:18-19), lo cual sirvió para fomentar la confianza de sus discípulos para orar (Mateo 21:20-22); también se ratificó al confrontar a quienes le cuestionaban (Mateo 21:23-27), mostrando la sabiduría divina que un verdadero adorador busca en su Señor; y terminó de certificar su autoridad al mostrar por medio de parábolas la desobediencia de los religiosos judíos (Mateo 21:28-6).
 
Que Jesucristo limpiara el templo, muestra su capacidad de limpiar la adoración, purificando los corazones de quienes le adoran por medio de una fe verdadera en Su poder y sabiduría, y generando un arrepentimiento genuino ante Su reprensión.
 
Si su acercamiento a la adoración solo tiene como fin el lucro personal, así como les pasó a los mercaderes del templo, deje que Cristo limpie hoy su corazón por medio del arrepentimiento y la fe en Él; pues así su vida será hecha una verdadera “casa de oración”.
 

 
 
14 de febrero de 2024

 
BONDAD SOBERANA DE DIOS
 
Mateo 20:15 ¿No me es lícito hacer lo que quiero con lo mío? ¿O tienes tú envidia, porque yo soy bueno?
 
 
En el ser humano prima el reclamo de sus derechos, incluso ante Dios; pero esto deja en segundo plano la gratitud por los privilegios recibidos por la mera bondad del Señor.
 
En la parábola de los obreros de la viña (Mateo 20:1-16) Jesús dejó al descubierto la envidia que fundamenta la actitud rebelde ante la soberana bondad de Dios para con los demás. En ella se muestra que Dios, simbolizado por el dueño de la viña, no es injusto con ninguno de los que le sirven; pero si es soberano para recompensar libremente según la bondad de Su corazón.
 
Luego de que el Señor anunciara su muerte de nuevo (Mateo 20:17-19), también quedó al descubierto el deseo de poder del corazón humano cuando la madre de dos de sus discípulos pidió una posición privilegiada para sus hijos (Mateo 20:20-21); y, ante esto, Cristo reconoció que si estaban determinados ciertos privilegios para ellos, pero que solo les habían sido adjudicados por la soberana bondad de Dios, y que esto no debía afectar su actitud de humildad, sino por el contrario impulsarla (Mateo 20:20-28).
 
Así como los ciegos que Jesús sanó en Jericó (Mateo 20:29-34), muchos se humillan ante Cristo para recibir Su favor; pero lo que el Señor finalmente busca es que sus vidas estén en continua rendición a Su voluntad, que reconozcan la bondad de los designios divinos y que vivan felices de tener el privilegio de estar sometidos a la soberanía de Dios.
 
Después de todo ¿quién es el único que tiene todos los derechos de actuar libremente, sino aquel que tiene todas las perfecciones en su ser? Sometámonos agradecidamente a Dios por la fe en Cristo ¡A él sea la Gloria!
 

 
 
13 de febrero de 2024

 
CREACIÓN DIVINA Y CRITERIO HUMANO
 
Mateo 19:4-5 Él, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne?
 
 
Lo que Dios ha hecho determina el modelo que el ser humano debe seguir; Su creación muestra los principios que deben regir y Su carácter indica el ideal a perseguir.
 
Al ser interrogado por la legalidad del divorcio, y sabiendo que el Antiguo Testamento reglamentaba su aplicación, Cristo contestó con lo que Dios hizo en la creación: “varón y hembra los hizo…y los dos serán una sola carne”. Esto revela los principios que dan certificación divina a la unión conyugal; ya que, como Dios creó una mujer para un hombre y los mandó a unirse, entonces cada matrimonio debe ser entre un hombre y una mujer, debe constituir una unidad familiar independiente de sus hogares anteriores y debe ser indisoluble (Mateo 19:1-6).
 
Ahora, si se da una práctica de adulterio, el divorcio se podría llevar a cabo; pero con la salvedad de que la voluntad de Dios es que haya perdón y reconciliación, y que se entienda que el divorcio solo se da ante la dureza del corazón humano (Mateo 19:7-12).
 
Tal dureza no solo se ve en los divorcios, se pudo ver en los mismos discípulos que alejaban a los niños de Jesús sin entender que ellos mismos eran niños espirituales dependientes del Señor (Mateo 19:13-15); y también se pudo ver en el Joven rico, que pretendía ser lo suficientemente bueno como para heredar la vida eterna; por lo cual Cristo lo confrontó, mostrándole que la verdadera motivación de sus actos no era amar a Dios sobre todas las cosas sino hacer tesoros en la tierra (Mateo 19:16-30)
 
Cada acto de Dios lleva implícito principios de vida para el creyente y cada atributo de Dios le muestra al creyente cuán lejos está todavía de ser como su Señor; pero, al mismo tiempo, esto lo alienta a aferrarse a Dios, confiando en que es el único ser verdaderamente bueno, al cual debe dedicar su vida para poder ser transformado conforme a Su imagen.
 
Confíe en el diseño de Dios para nosotros y vívalo por la fe en Cristo.
 

 
 
12 de febrero de 2024

 
LOS NIÑOS DE CRISTO
 
Mateo 18:2-3 Y llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos, y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.
 
 
En esta situación Cristo no tuvo como objetivo demostrar la pureza de un niño, sino ilustrar las características del nuevo creyente en Cristo al venir a ser parte del reino de los cielos.
 
Al mirar el contexto vemos a Cristo lidiando con el deseo de poder de sus discípulos (Mateo 18:1); por lo cual, Él les enseña que deben mantener un bajo perfil y humillarse para ser más grandes espiritualmente, y así demostrar su dependencia de Dios; así como un niño depende de su padre o de su hermano mayor.
 
Pero, además de la humildad, los niños espirituales de Cristo, o los “pequeños” del Señor, deben procurar alejarse de la compañía de personas que los inciten al pecado (simbolizados por la mano, el pie y el ojo que hacen caer), las cuales serán castigadas duramente por Dios (Mateo 18:6-9). Estos “niños” deben ser valorados, así como el Señor los estima; porque, a pesar de sus caídas, han sido traídos de nuevo al rebaño por Él, como ovejas perdidas (Mateo 18:10-14). Y, así mismo, estos niños en la fe necesitan aprender a perdonar a sus hermanos espirituales en Cristo, para mantener la santidad de su nueva familia llamada Iglesia (Mateo 18:15-22) y evitar la justa reprensión divina por no perdonar; pues ellos ya han sido perdonados por medio del sacrificio de Jesús en la cruz (Mateo 18:23-35).
 
Entonces, ser un niño en Cristo significa depender de la guía y fortaleza divina, para no caer definitivamente en la necedad, el orgullo y la falta de perdón en que está sumido el mundo.
 
Es preferible ser un niño en Cristo, a ser un adulto en las cosas del mundo.
 

 
 
11 de febrero de 2024

 
GRATA PRESENCIA DIVINA
 
Mateo 17:4 Entonces Pedro dijo a Jesús: Señor, bueno es para nosotros que estemos aquí; si quieres, hagamos aquí tres enramadas: una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías.
 
 
Ninguno que haya podido vislumbrar la majestuosa divinidad de Cristo puede negar lo grato de esa experiencia.
 
Tal, como les pasó a los discípulos (Mateo 17:6-7; Marcos 9:6; Lucas 9:33), ver a Cristo en toda su majestad sea atemorizante, porque al estar frente a la santidad divina también se percibe el justo juicio que la pecaminosidad nuestra merece; pero, aun así, no existen palabras que describan lo acogedor de la comunión con Dios en Cristo.
 
El impulso de Pedro fue pedirle al Señor que se quedaran allí; pero Jesús sabía que su obra debía continuar, que aún había gente que sanar (Mateo 17:14-21) y que, sobre todo, debía preparar a sus discípulos para su muerte en la cruz (Mateo 17:22-23), mientras les sustentaba espiritual y físicamente (Mateo 17:24-27).
 
No debemos olvidar que, por su majestad divina, somos sostenidos por Cristo; porque, así como le dio a Pedro para pagar un impuesto (Mateo 17:24-27) y obró la sanidad en un endemoniado (Mateo 17:14-21), así también Él tiene el poder para cubrir nuestras necesidades físicas y librarnos de opresiones espirituales por completo.
 
Pero recuerde que, al acceder a la presencia de Cristo por medio de la oración y la meditación de la Biblia, lo inolvidable será el experimentar Su compañía; pues siendo impactante, por Su santidad, también es espiritual y gloriosamente reconfortante.
 
¡Su presencia en nuestras vidas es la verdadera vida para nuestras almas!
 

 
 
10 de febrero de 2024

 
LA PREGUNTA MÁS IMPORTANTE
 
Mateo 16:15 Él les dijo: Y vosotros ¿Quién decís que soy yo?
 
 
Si no se nos responde desde el cielo ante nuestras inquietudes personales, es porque no nos hemos enfocado en la pregunta de la cual brotan todas las respuestas: ¿Quién es Cristo?
 
Por su falta de entendimiento de quien era Cristo es que los fariseos pedían señales milagrosas (Mateo 16:1-4), las cuales tampoco podrían aclarar las dudas de su alma; pero, por el contrario, al entender realmente quien es la persona de Jesús el Cristo, el Hijo el Dios viviente, y su obra, el corazón cansado se sustenta, y se alegra el alma abatida y confundida por la religiosidad humana (Mateo 16:5-12).
 
En vez de vivir preguntando por la razón de todo lo que acontece, y vivir inquieto por el motivo de nuestra existencia, más bien debo inquietarme por conocer verdaderamente al Salvador, el cual conoce a la perfección el propósito de mi vida (Mateo 16:13-20).
 
Una vez que conozca a Cristo, Él le guiará a su muerte redentora (Mateo 16:21-28); porque esta es la parte de Su vida terrenal que nos revela claramente Su ministerio y nos enseña el propósito de nuestra vida, que es glorificar a Dios hasta la muerte.
 
¿Quién es Cristo para usted? Recuerde que de esto depende la salvación de su alma.
 

 
 
09 de febrero de 2024 

 
POR DENTRO Y POR FUERA
 
Mateo 15:11 No lo que entra en la boca contamina al hombre; mas lo que sale de la boca, esto contamina al hombre.
 
 
No basta con tener conductas o costumbres sanas, lo que el ser humano necesita es una limpieza del pecado de su corazón por medio de la fe en Cristo.
 
Convencido de no ser contaminado espiritualmente por las actividades y compañías físicas, Cristo sanó a muchos de diversas enfermedades (Mateo 15:29-31), sació milagrosamente el hambre de las multitudes (Mateo 15:32-39) y de forma especial contestó la petición de una mujer no judía, la cual clamaba por la sanidad de su hija (Mateo 15:21-28).
 
Imagine lo que hubiera pasado si Cristo adoptara la misma postura religiosa y rígida que tenían los judíos fariseos, basados en tradiciones humanas; ¡No hubiera podido redimirnos!
 
Por el contrario, el Señor reprendió fuertemente a quienes invalidaban la correcta vivencia de los mandatos bíblicos y que solo buscaban satisfacer a las autoridades religiosas para no ir en contra de las costumbres y tradiciones (Mateo 15:1-20).
 
Cristo fue claro en asegurar que la limpieza del corazón es mejor que la higiene y purificación religiosa del cuerpo (Mateo 15:15-20); pero porque el cuerpo vive lo que el corazón cree, siente y decide. Si su corazón sigue en su estado natural de pecado, el comportamiento de su cuerpo será pecaminoso; pero si usted ha sido purificado en su corazón por la fe en Cristo, será estimulado, dirigido y corregido por Dios para vivir cada día más en santidad.
 
Usted debe servir al Señor desde lo más profundo de su corazón; no para ser aprobado por una religión, ni por cumplir las costumbres de su cultura, sino para guardarse en pureza y santidad ante el Señor que lo redimió.
 

 
 
08 de febrero de 2024

 
NO TEMÁIS
 
Mateo 14:27 Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!
 
 
Frente a las circunstancias más terribles es difícil no temer; pero si miramos con detenimiento, en medio de la prueba más oscura, podremos ver a Cristo acercarse para salvarnos.
 
Los discípulos de Jesús sabían de la muerte injusta que se le propino a Juan por predicar la verdad (Mateo 14:1-12), y esto era suficiente para fomentar una actitud de cuidado al predicar el evangelio; tanto, que Cristo, prudentemente, al oír de la muerte de Juan, partió en una barca a un lugar apartado, seguramente a meditar en oración (Mateo 14:13); pero su compasión por las almas, al ver la multitud que le siguió, le llevó a sanarlos y a darles alimento de forma milagrosa (Mateo 14:14-21).
 
En medio de todas estas emociones encontradas, de tristeza por la muerte de Juan y de asombro por los milagros del Señor, en su viaje de regreso los discípulos quedaron atrapados en el mar, en medio de las fuertes olas (Mateo 14:24); y estando sin el Señor, el cual se quedó despidiendo la multitud y orando en soledad (Mateo 14:22-23), tuvieron gran miedo al ver a alguien acercarse a ellos andando sobre el mar (Mateo 14:26); pero rápidamente el Señor Jesús les habló para que lo identificaran (Mateo 14:27). Era Él, quién en medio de la madrugada, luego de estar en comunión con el Padre en oración, se acercaba para socorrer a sus discípulos en medio de su gran dificultad y temor (Mateo 14:25).
 
Esto que hizo el Señor tuvo tal efecto en Pedro que lo impulsó a pedirle que lo hiciera caminar sobre el agua (Mateo 14:28); lo cual en efecto hizo mientras miró con fe a Cristo (Mateo 14:29); pero, al ver las dificultades alrededor, se hundió (Mateo 14:30). Al final de lo sucedido en ese momento, Cristo lo rescató con su propia mano (Mateo 14:31).
 
El resultado de tener la mirada en el Salvador es libertad del temor a las circunstancias; pues, por grandes que sean sus adversidades, por la fe en Cristo usted podrá caminar sobre ellas; y si llega a desfallecer, porque duda, Cristo mismo lo puede rescatar con Su mano, para que al igual que los discípulos usted siga viviendo para adorarle (Mateo 14:31-33) y pueda también ser testigo de cómo Él obra sobre los demás (Mateo 14:34-36). ¡No temáis!
 

 
 
07 de febrero de 2024

 
PARÁBOLAS ¿REVELACIÓN O JUICIO?
 
Mateo 13:34 Todo esto habló Jesús por parábolas a la gente, y sin parábolas no les hablaba;
 
 
La misma técnica de enseñanza que a unos le aclaraba las verdades divinas reveladas por Cristo, a otros los dejaba sin ver ni entender a Dios; y esto último a causa del pecado del corazón humano.
 
Es más fácil entender una enseñanza cuando se usan las parábolas, porque en ellas se recurre a situaciones y elementos de la vida diaria que ilustran el mensaje, como la siembra (Mateo 13:1-9, 18-23, 31-32), la cosecha (Mateo 13:24-30, 36-43), la cocina (Mateo 13:33), el comercio (Mateo 13:44-45) y la pesca (Mateo 13:47-50); estas fueron usadas por Cristo para enseñar sobre el reino de los cielos por ser actividades cotidianas de la época. Tan efectivo fue el método, que Cristo comparó a quien así enseña con un padre de familia que busca nuevas estrategias para transmitir viejas verdades a los suyos (Mateo 13:51-52).
 
Pero cuando el Señor fue interrogado por la causa de su enseñanza por medio de parábolas, citó el Antiguo Testamento, dando a entender que ese mismo mecanismo que aclaraba la verdad a unos, a otros les serviría de juicio; porque revelaba su corazón endurecido a la verdad divina (Mateo 13:10-17).
 
Hoy no es distinto; ya sea por el afán de esta vida, como la tierra con espinos (Mateo 13:22); o por las aflicciones de este tiempo, como la tierra con pedregales (Mateo 13:20-21); o por el entendimiento entenebrecido por la exposición continua a la obra del maligno, como la tierra de junto al camino y con aves (Mateo 13:19); en cualquiera de esas circunstancias, la mayoría cierra su corazón a Cristo y a su reino.
 
Deseche todo lo que le estorba y sea una tierra fértil para la Palabra del Señor (Mateo 13:23). Pídale a Dios que obre en su vida, para que verdaderamente de fruto en Cristo.
 

 
 
06 de Febrero de 2024

 
JESÚS ES SUPERIOR
 
Mateo 12:6 Pues os digo que uno mayor que el templo está aquí.
 
 
Ningún sistema religioso, por organizado, bien intencionado, o teológicamente correcto que sea, podrá superar a Jesús; Él es mayor, porque es el único en quién hay salvación.
 
Ni los mandamientos más aceptados de la Palabra de Dios, como lo era el día de reposo para los judíos (Mateo 12:1-13); ni los grupos más celosos en doctrina y comportamiento, como los escribas y fariseos (Mateo 12:14-45); ni los más cercanos físicamente al Salvador, como su propia familia de sangre (Mateo 12:46-50); nada podía reemplazar a la persona de Jesucristo. Y, por lógica, tampoco nada podrá nunca desplazarlo del trono del corazón del creyente ofreciéndole solo estructuras religiosas, las cuales no pueden asegurar el poder de Dios por medio de ellas.
 
Cristo, Señor del día de reposo (Mateo 12:8), conocedor del corazón fariseo (Mateo 12:25) y más poderoso que cualquiera de los hombres de Dios registrados en la Biblia (Mateo 12:41-42), reclama el ser tratado con mayor respeto que un lugar o sistema religioso. El Señor interpretó como ilógico el reverenciar más al templo de Jerusalén que a Él; siendo que el templo fue profanado por David sin ser castigado por Dios y siendo que Jesús era el tabernáculo, tienda o templo viviente de Dios en medio de las personas (Juan 1:14).
 
Hoy, no pretenda poner los ojos en un sistema religioso como si este fuera Dios; más bien dígales a las personas de cada sistema religioso que conozca que deben dejar de confiar en sus lugares, hombres santos y ceremonias, y que deben someterse solo a Cristo.
 
Congréguese en un lugar donde Cristo sea mayor que el lugar, donde Él sea el centro de la relación con Dios.
 

 
 
05 de Febrero de 2024

 
SENSIBILIDAD AL RITMO DIVINO
 
Mateo 11:16-17 Mas ¿a qué compararé esta generación? Es semejante a los muchachos que se sientan en las plazas, y dan voces a sus compañeros, diciendo: Os tocamos flauta, y no bailasteis, os endechamos, y no lamentasteis.
 
 
Nunca habrá un buen pan para quien se niegue a comer; así mismo la melodía del evangelio nunca podrá llegar al corazón de quién se empeñe en imponer su propio ritmo.
 
Tanto Juan por su dieta rigurosa (Mateo 11:18), como Jesús por su amplitud al alimentarse (Mateo 11:19), fueron cuestionados y rechazados. Es por ello que el Señor apeló a lo sucedido en las plazas de esa época para demostrar que el corazón humano no desea someterse a Dios, sin importar los mecanismos que Él use para acercarse al alma perdida.
 
Frente a la pregunta que le mandó a hacer Juan el Bautista, Cristo contestó públicamente citando sus señales divinas como prueba de Su ministerio (Mateo 11:1-6); e inmediatamente confrontó a sus oyentes por la falta de aceptación del ministerio de Juan, debido a su apariencia y costumbres (Mateo 11:7-15); y sabiamente pasó a mostrarles el rechazo a arrepentirse de quienes más recibieron milagros por medio de Él (Mt. 11:20-24).
 
Si Juan no recibió el don de hacer milagros, viviendo de forma tan particular y exhortando fuertemente al arrepentimiento, fue por el plan divino de usarlo como preparador de los corazones para la venida de Cristo (Mateo 3:1-12); y a su vez, si el salvador si hizo señales milagrosas y vivió conforme a sus costumbres, fue para mostrarles su autoridad divina para salvar al alma de la carga pesada que le impone el pecado en este mundo (Mateo 3:25-30).
 
Hoy también se puede disfrutar de estar sujeto bajo el yugo o señorío de Cristo y ser libre de la carga eterna del pecado; pero para ello se debe ser sensible al ritmo con el que Dios nos revele la salvación en su Hijo; pues Si Dios obra poderosamente en respuesta a alguna de sus necesidades, no se quede solo con la respuesta, corra a someterse a Cristo; y si solo es llamado a arrepentirse a través de circunstancias poco convencionales pero sin ninguna señal milagrosa del cielo, no espere más, corra a Cristo.
 
Lo que importa realmente es venir a Jesucristo, sea cual fuere el ritmo circunstancial que Dios nos imponga para ello.
 

 
 
04 de Febrero de 2024

 
EL GRUPO DE CRISTO
 
Mateo 10:1 Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia.
 
 
El equipo de Cristo estuvo conformado por personas muy sencillas de la época; porque el poder divino viene a través del Salvador para transformar y capacitar al humano pecador.
 
¿Qué clase de equipo seleccionaría usted, si tuviera la misión de salvar a los pecadores? ¿Qué instrucciones les impartiría y que advertencias les daría? En el capítulo 10 de Mateo, Cristo contesta estos interrogantes al escoger a sus discípulos.
 
El Señor Jesús llama a sus discípulos por nombre propio (Mateo 10:2-4), les da como objetivo las almas descarriadas (Mateo 10:5-6) y les encarga el mensaje de la venida del reino majestuoso de Dios a los hombres pecadores (Mateo 10:7); este mensaje es el evangelio, que especialmente en el caso de los apóstoles debía ser respaldado por prodigios divinos (Mateo 10:8), para certificar la revelación que a través de ellos Dios dejaría en la Biblia.
 
Este mensaje del evangelio demanda por lógica un arrepentimiento verdadero de quienes realmente lo reciben; y por ello a los enviados de Cristo se les manda a confiar en la provisión que Dios da a través de quienes Él ha rescatado del mundo pecador (Mateo 10:9-15); y, además, se les asegura una dura resistencia del mundo hacia ellos, por ser verdaderos portavoces del evangelio; por lo cual Cristo los instruyó preparándolos (Mateo 10:16-25, 34-39), consolándolos (Mateo 10:19) y alentándolos (Mateo 10:26-33, 40-42).
 
Jesús nunca niega la dureza del cristianismo, y menos a quienes llama como misioneros; por ello debemos temer más el repudio divino que el de los hombres (Mateo 10:31-33). No importa si usted es una persona tan común como los doce apóstoles, Dios ha dispuesto todo lo necesario para que se entregue verdaderamente a Cristo y le sirva, a pesar de lo grande de las adversidades; solo necesita seguirlo realmente a Él.
 

 
 
03 de Febrero de 2024

 
RAZÓN DEL ACTUAR DE CRISTO
 
Mateo 9:36 Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor.
 
 
A pesar del pecado del corazón humano, y de acuerdo a la voluntad del Padre, Cristo hacía cada milagro y enseñanza con el objetivo de pastorear a las almas perdidas.
 
¿Por qué le perdonó los pecados al paralítico? Para demostrar su poder de salvar el alma (Mateo 9:1-8). ¿Por qué comió con los más pecadores? Para demostrar su amor por el alma perdida (Mateo 9:9-13). ¿Por qué no ayunaba con sus discípulos? Para demostrar que su pastoreo es lo más importante para el alma humana (Mateo 9:14-17). ¿Por qué levantó de la muerte a la hija de Jairo y en el camino sanó una mujer enferma de flujo de sangre? Para demostrar su cuidado pastoral sobre el alma perdida (Mateo 9:18-26). ¿Por qué devolvió la vista a los ciegos que clamaron a él? Para demostrar su capacidad de abrir los ojos espirituales a quienes son pastoreados por él (Mateo 9:27-31). ¿Y por qué echó fuera al demonio que mantenía mudo a un hombre? Para demostrar su poder sobre los enemigos espirituales de las almas que él pastorea (Mateo 9:32-34).
 
No importa su circunstancia, ya sea enfermedad, dolor, soledad, libertinaje, persecución o ataques espirituales, Cristo puede librarle de todo ello (Mateo 9:35), con el único objetivo de convertirse en el pastor de su alma. Pero esta alma se debe reconocer como desamparada y dispersa por el pecado, para así poder experimentar la compasión del Pastor.
 
Cristo vino para salvar las almas perdidas por el pecado. ¿Lo reconoce como su pastor?
 

 
 
02 de Febrero de 2024   
 
 
AUTORIDAD SUPREMA
 
Mateo 8:27 Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen?
 
 
Cristo es más que un ser humano asombroso, Él es el soberano Señor de todo, Él es a quien debemos rendir nuestra vida.
 
Aún Elías, un profeta tan recordado y admirado por sus milagros en medio del pueblo judío, cuando hizo cesar la lluvia (1 Reyes 17:1) y cuando hizo que volviera a llover (1 Reyes 18:41-45), lo hizo por medio de su oración ferviente y dependiente de la voluntad de Dios (Santiago 5:17-18); pero Jesús lo hizo reprendiendo directamente a los vientos y al mar para que se calmaran, cosa que ningún profeta del Antiguo Testamento ni apóstol del Nuevo Testamento llegó a realizar.
 
La reacción de los discípulos ante este hecho fue de asombro, porque aún no entendían plenamente el origen de la autoridad de Cristo; era la misma autoridad que el centurión identificó en Él, al punto de pedirle que solo dijera “la palabra” para que su siervo sanara (Mateo 8:5-13); era la misma autoridad que de forma incipiente el leproso le reconoció, al pedirle que lo sanara si quería (Mateo 8:1-4); era la misma autoridad con la que sanó a la suegra de Pedro y reprendió a quienes querían ponerle condiciones para seguirlo (Mateo 8:14-22); y era la misma autoridad por la que los demonios le obedecían, al punto de solo poder rogarle que los enviara a los cerdos, en vez de oponerse a salir de los gadarenos (Mateo 8:28-34). Esta es la autoridad divina de quien sustenta todas las cosas con el poder de su Palabra (Hebreos 1:3), la autoridad del Hijo eterno de Dios hecho carne.
 
Esta autoridad sigue vigente en Cristo, aunque ya no ande en barcas, ni se le vea poniendo sus manos sobre enfermos. Estos hechos que Él realizó deben producir más que asombro en nosotros, deben alimentar nuestra fe en Él para que podamos hacer lo que hizo el centurión; pues podemos pedirle cualquier cosa, con toda la confianza de que Él nos responderá conforme a Su voluntad.
 
¡Sometámonos a la autoridad suprema de Cristo!
 

 
 
01 de Febrero de 2024

 
CRISTO ES LA ROCA
 
Mateo 7:24 Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre que edificó su casa sobre la roca.
 
 
Entre mejor y más profunda sea la base de una edificación, más difícil será hacerla caer; así es la vida de quien tiene como base sólida a Cristo.
 
Nadie podía haber encontrado una mejor forma de concluir este maravilloso sermón del Monte. En su conclusión, el Señor Jesús ilustró la fortaleza de un creyente ante las pruebas con la resistencia de una casa fundamentada en la Roca (Mateo 7:25-27); porque si la base de una vida es el mismo Salvador, entonces las palabras de Cristo serán la única guía en todos los aspectos de su existencia (Mateo 7:28-29).
 
Si un verdadero cristiano juzga algo como indebido, lo hará juzgándose primero a si mismo según la enseñanza de Cristo y con el deseo de ver a Dios glorificándose en otras vidas (Mateo 7:1-6); si ora a Dios, lo hará convencido de la bondad y generosidad del Señor a través de Cristo (Mateo 7:7-12); si cree haber entrado por la puerta de la salvación en Jesús, se asegurará de estar viviendo en el camino de la salvación, que es el mismo Cristo (Mateo 7:13-14); y si busca ser edificado por medio de otros creyentes, los identificará por la transformación de su vida (frutos) y no por la grandeza de sus dones o talentos (Mateo 7:15-23).
 
Al fundamentarse en la enseñanza de Cristo, su vida será estabilizada espiritualmente, ya que Él mismo se encargará de mantenerlo en pie cuando le azoten las más terribles pruebas; así como la casa sobre la roca se sostuvo, a pesar de las lluvias, los  ríos y los vientos.
 
El Señor nunca prometió que no pasaríamos por pruebas, pero si comprometió su propia existencia para guardarnos en medio de ellas; si es que vivimos según su Palabra.
 

 
 
31 de Enero de 2024

 
DIOS Y LA ANSIEDAD
 
Mateo 6:33-34 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.
 
 
Ocuparse en Dios y en Su voluntad libra de la preocupación y la ansiedad.
 
¿Que buscan la mayoría de personas cuando tratan de vivir lo más piadosamente posible? Lamentablemente, en la mayoría de casos, la respuesta es que buscan las cosas secundarias o las añadiduras. Buscan todo antes que lo primordial, que es someterse al reino de Dios y su justicia; porque solo desean satisfacción terrenal o humana, y no la complacencia de la voluntad divina.
 
En el sermón del monte Cristo fue confrontando cada práctica piadosa con la motivación real del practicante: Primero, dejó al descubierto la mal llamada generosidad, cuando es ejercida por el deseo de ostentar (Mateo 6:1-4); y también confrontó la oración y el ayuno levantados con el deseo de ser admirados por otros y de manipular la voluntad de Dios (Mateo 6:5-18). Luego, el Señor examinó la costumbre personal de acumular riquezas, la cual tiene como base un corazón codicioso (Mateo 6:19-24), que se revela en la forma de mirar y en un estilo de vida de continuo afán y ansiedad por el sustento (Mateo 6:25-32). Y, al finalizar esta parte, el Señor dio la solución para el afán humano: “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33).
 
Si usted vive en afanes y ansiedad, es porque no confía plenamente en Dios ni busca hacer solo Su voluntad. No basta con orar, ayunar o dar a los pobres; se debe rendir la vida entera en las manos del Salvador para poder disfrutar de Su paz.
 

 
 
30 de Enero de 2024

 
El INICIO DE LA MÁS FAMOSA PREDICACIÓN
 
Mateo 5:1-2 Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos. Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo:
 
 
Atraer la atención al enseñar es primordial; pero Cristo, hasta cuando hacía esto, contrastaba la bienaventuranza de Su reino con la falsa felicidad terrenal.
 
Si usted tuviera la atención de una multitud y deseara proclamar la Palabra de Dios, ¿Qué les enseñaría? y ¿Cómo empezaría?
 
Cristo comenzó proclamando repetitivamente la bienaventuranza, o felicidad plena, de quienes buscan agradar a Dios antes que a sí mismos y antes que al mundo (Mateo 5:3-12); luego llamó la atención de los creyentes por medio de la exaltación de la magnitud moral y espiritual de su llamado, refiriéndose a ellos como sal de la tierra y luz del mundo (Mateo 5:13-16); y finalmente entró en materia, ratificando cada doctrina del Antiguo Testamento, por medio de la aclaración de la correcta interpretación de las mismas (Mateo 5:17-48).
 
Esta secuencia en la enseñanza de Cristo tuvo como propósito eliminar de la vida de sus seguidores tanto la interpretación libertina como la legalista de la ley de Dios (Mateo 5:17-20); y dirigir completamente sus almas hacia el centro de la voluntad divina. Temas como el enojo, la infidelidad conyugal, el divorcio, los juramentos a la ligera y las persecuciones de personas enemigas, hoy también deben ser entendidos conforme Dios lo revela.
 
¿Busca a Cristo para comprender correctamente lo que Dios piensa y demanda de usted? ¿O solamente desea que Él complazca sus deseos? Si Cristo se esforzó tanto en el sermón del monte por revelar la verdad de la Palabra de Dios, ¿no merece que usted tenga lo que Él dijo como lo principal en su vida? ¡Permita que Cristo le enseñe según su Palabra hoy!
 
 
 
29 de Enero de 2024

 
EL SECRETO DEL MINISTERIO DE CRISTO
 
Mateo 4:1 Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo.
 
 
La guía del Espíritu Santo lleva a la confrontación con la tentación; y el poder del Espíritu Santo da la victoria sobre el tentador, por la fe en Cristo.
 
Los superhéroes de ficción deben recibir su poder de la picadura de un animal, o de un compuesto químico, o de un accidente de la naturaleza; pero Cristo, quien en su humanidad venció los poderes antagónicos del diablo, lo hizo en el poder del Espíritu Santo.
 
Los milagros realizados mientras predicaba en Galilea, al igual que la respuesta inmediata de quienes llamó como discípulos, tienen como base el poder del Espíritu Santo que operaba en Cristo (Mateo 4:12-25); y esto queda claro por el hecho de haber sido guiado, en primer lugar, por el mismo Espíritu Santo al desierto, para vencer la tentación del diablo (Mateo 4:2-11).
 
Si Jesús no hubiera resistido a Satanás, tanto su poder milagroso, como su capacidad de atraer las almas, no hubieran servido de nada; porque lo primordial era que cumpliera la voluntad divina de morir en la cruz por el pecador; lo cual no habría sucedido si Cristo hubiera cedido, aunque fuera una sola vez, a la tentación de Satanás.
 
Así como el Salvador, el creyente en Él debe apelar al poder glorioso del Espíritu Santo; este le capacita para vencer la tentación, por medio de la oración y de la meditación continua en su Palabra.
 

 
28 de Enero de 2024

 
PREDICACIÓN PARA ARREPENTIMIENTO
 
Mateo 3:1-2 En aquellos días vino Juan el bautista predicando en el desierto de Judea, y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.
 
 
Si el reino de los cielos vino a la tierra en la persona de Cristo, no solo fue para que Él fuera anunciado como el Salvador, sino para que también ante Él se arrepintiera el pecador.
 
Si un tren, o un gran camión, atropella a alguien, esta persona no puede quedar igual; su vida reflejará el encuentro violento que tuvo con dicho vehículo. Así mismo, quien se encuentra de frente con el Reino de los cielos, es afectado por dicho encuentro; su corazón se desmorona en arrepentimiento, al entender cuan pecaminoso es su ser y cuan santo es Dios.
 
El Ministerio de Juan el Bautista fue anunciado desde el Antiguo Testamento (Mateo 3:3) y él lo desarrolló en medio de circunstancias y características muy particulares (Mateo 3:4): Saliendo al río Jordán hacía que la gente confesara sus pecados (Mateo 3:5-6), los confrontaba para que entendieran que el arrepentimiento genuino necesita de la confesión de la culpa y los que se arrepienten debían mostrar sus frutos a través del cambio de vida (Mateo3:7-8) sin argumentar ninguna excusa para librarse del juicio divino (Mateo 3:9-10).
 
La clave del arrepentimiento verdadero está en lo que Juan anunció sobre Jesús (Mateo 3:11-12) y que se pudo observar en forma de paloma durante su bautismo (Mateo 3:13-17): La obra poderosa del Espíritu Santo. Él (El Espíritu Santo) es quién convence del pecado al inconverso (Juan 16:8) y lo capacita para dejar sus malos caminos, convirtiéndolo en un creyente genuino de Cristo (Romanos 8:9-17).
 
Si no se puede abandonar la vida de pecado, es que no se tiene un arrepentimiento verdadero; pero, la buena noticia es que Cristo, instaurando el reino de los cielos, impacta a los suyos y los transforma con su pureza y santidad a través del Espíritu Santo.
 
Recuerde que el arrepentimiento de pecados es señal del reino de Dios, del gobierno de Dios, en una vida.
 
 
 
 
27 de Enero de 2024

 
NIÑO JUDÍO SALVADOR DE TODOS LOS PUEBLOS
 
Mateo 2:1-2 Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle.
 
 
Cristo vino al mundo humildemente en su tiempo y en su cultura, pero para ser el gran rey y salvador de personas de toda nación y condición.
 
Es curioso que el gobernante de esa época en Israel, teniendo un equipo de intérpretes del Antiguo Testamento que indagaba sobre la venida del Mesías, del Salvador (Mateo 2:3-6), no hubiera conocido del nacimiento de Jesús (Mateo 2:7-8).
 
Pero un grupo de magos del oriente, de una cultura distinta a la judía, que iban siendo dirigidos milagrosamente por una estrella, si pudieron encontrar al salvador (Mateo 2:9-11). Ellos también necesitaban al Mesías; así como hoy todo tipo de persona necesita a Cristo como salvador de su vida.
 
La respuesta del poder político judío, mezclado con el religioso, no pudo ser más abominable: Derramaron la sangre de niños inocentes (Mateo 2:16-18) solo por no perder las posesiones y privilegios que, según creían ellos, estaban amenazados por el Mesías. Pero la gloria de Dios se manifestó, conforme a la Escritura, previniendo a los magos y guiando a José, para librar la vida de Jesús de sus enemigos (Mateo 2:12-15, 19-23).
 
Ya ningún gobernante puede perseguir a Cristo para matarlo, porque Jesús ya no es más un recién nacido, sino que ahora es el varón glorioso sentado a la diestra divina. Pero quienes no quieren perder el poder político y religioso siguen persiguiendo la correcta enseñanza del evangelio, queriéndose hacer ver como fieles adoradores del salvador.
 
El llamado para usted es buscar incesantemente al salvador del mundo, a pesar de la oposición y por medio de lo revelado en su Palabra; y habiéndolo hallado, rinda su vida, sus bienes y todo su ser ante Él, y viva en adoración ante el único rey celestial (Mat.2:11).
 
 
 
 
26 de Enero de 2024

 
EMBARAZO DIVINO
 
Mateo 1:20 Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es.
 
 
Solo por obra del Espíritu Santo podría ser concebido el Salvador; y solo por obra del Espíritu Santo puede entregarle su vida a Cristo el pecador.
 
Si alguna vez algún hombre tuvo el derecho de dudar sobre la paternidad del niño que venía en el vientre de su futura esposa, ese fue José; porque estando él y María en un estado más serio que el del compromiso matrimonial actual, llamado desposorio, se encontró con que María estaba embarazada (Mateo 1:18).
 
Para José debió haber sido un golpe muy duro, una desilusión muy grande, el encontrar que los planes que se trazó con María no se llevarían a cabo; y que María, la mujer que amaba, podría ser ejecutada según las leyes del Antiguo Testamento, porque parecía como si hubiera caído en adulterio. Es por ello que José quiso dejarla en secreto (Mateo 1:19).
 
Pero así como cuando un creyente recibe una responsabilidad del Señor, y al ver que no concuerda con sus expectativas y planes debe ser reconvenido por Dios; así también José tuvo que ser advertido con respecto al origen divino del hijo de María (Mateo 1:20), para que se cumpliera, no solo la promesa hecha con respecto al nacimiento virginal del salvador (Mateo 1:21-25), sino también que el Mesías sería descendiente de David; lo cual se cumplió por medio de José, “hijo de David” o descendiente de David (Mateo 1:1-17).
 
Como José, nosotros también necesitamos ser convencidos por el Señor para creer verdaderamente en la naturaleza divina que Cristo tuvo desde antes de ser concebido, a pesar de ser un ser humano completo, pero sin pecado. Solo Cristo, quien no recibió el pecado de Adán y posee todos los atributos divinos, puede salvarnos eternamente (Mt1:21).
 
Como Dios embarazó por medio del Espíritu Santo a María, así también necesitó José que se le implantara la fe en el salvador; y así también usted requiere del milagro de la fe salvadora en su vida, para que pueda concebir a Cristo como su Señor y pueda servir confiadamente a Dios, a pesar de la incredulidad y el temor que asedian al corazón humano.
 

 
 
 

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