Herederos de Dios y Coherederos con Cristo (Romanos 8:16-17)
HEREDEROS DE DIOS EN CRISTO
"El Espíritu mismo da testimonio a nuestro
espíritu, de que somos hijos de Dios.
Y si hijos, también herederos; herederos de
Dios y coherederos con Cristo" (Ro.8:16-17)
SOBREABUNDANTE GRACIA EN CRISTO
"en quien tenemos redención por su sangre,
el perdón de pecados según las riquezas de
su gracia, que hizo sobreabundar para con
nosotros en toda sabiduría e inteligencia" (Ef.1:7-8)
QUE LA GRACIA REINE Y NO EL PECADO
"la ley se introdujo para que el pecado
abundase; mas cuando el pecado
abundó, sobreabundó la gracia; para que...
la gracia reine ...mediante Jesucristo" (Rom.5:20-21)


 
30 de julio de 2025

 
CUANDO EL CUERPO FALLA
 
1 Reyes 1:1, 5 Cuando el rey David era viejo y avanzado en días, le cubrían de ropas, pero no se calentaba. Entonces Adonías hijo de Haguit se rebeló, diciendo: Yo reinaré.
 
 
A pesar de la imposibilidad física que trae consigo la vejez, un verdadero cristiano puede confiar en que Dios lo guardará, guiará y sustentará en medio de la maldad de quienes lo rodean.
 
Es claro que la Biblia registra que David nunca pudo “conocer” a la joven virgen que dispusieron para que lo abrigara (1 Reyes 1:4); y esto quiere decir que, a pesar de dormir a su lado, él no pudo tener relaciones íntimas con ella. Queda claro el grado de incapacidad física de David; porque esta acción se había llevado a cabo debido a su hipotermia, ya que “le cubrían de ropas, pero no se calentaba” (1 Reyes 1:1). Pero lo más terrible del asunto es que, viendo la cercanía de la muerte de David, su hijo Adonías, en alianza con Joab, el general del ejército, ya estaba planeando su reinado sin ni siquiera consultar a su padre.
 
En medio de toda esta rebeldía, Dios le dio suficiente vida a David para hacer proclamar como su sucesor a Salomón, el hijo que tuvo con Betsabé; y el mismo Adonías, quien se rebeló contra su padre, terminó por buscar clemencia ante aquel que su padre puso como rey (1 Reyes 1:50-51). Hasta sus últimos días las fuerzas de David no dependieron de su habilidad humana, sino del respaldo de Dios sobre su vida.
 
Pablo, inspirado por el Espíritu Santo, describió claramente que “aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día” (2 Corintios 4:16). Esta es la maravillosa obra de la gracia de Dios, actuando en el cristiano verdadero hasta el final de sus días en esta tierra.
 
Los cristianos no deberíamos afligirnos, como el resto de la humanidad, ante el paso de los años; porque a pesar de la debilidad de la vejez, y de la inminencia de la muerte, la obra del Espíritu Santo debe habernos rejuvenecido y fortalecido interiormente.
 
En vez de temer la debilidad física que viene con los años, debemos profundizar nuestra comunión con Dios; para que Su poder fluya a través de nuestra vida hasta el último día.
 

 
 
29 de julio de 2025

 
AFRONTANDO LA CORRECCIÓN
 
2 Samuel 24:10, 17, 25 Después que David hubo censado al pueblo, le pesó en su corazón; y dijo David a Jehová: Yo he pecado gravemente por haber hecho esto…Y David dijo a Jehová, cuando vio al ángel que destruía al pueblo: Yo pequé, yo hice la maldad; ¿qué hicieron estas ovejas? Te ruego que tu mano se vuelva contra mí, y contra la casa de mi padre. Y edificó allí David un altar a Jehová, y sacrificó holocaustos y ofrendas de paz; y Jehová oyó las súplicas de la tierra, y cesó la plaga en Israel.
 
 
Aceptar la culpa no es suficiente para ser restaurado, también se debe aceptar la corrección sin huir de las consecuencias, para no afectar a los demás y verdaderamente restablecer la relación con el Señor.
 
El censo que David ordenó, para investigar el tamaño del pueblo que gobernaba, desagradó a Dios. En 2 Samuel 24:1 dice que Dios mismo “incitó a David” para hacer este censo, porque “Volvió a encenderse la ira de Jehová contra Israel”; y en 1 Crónicas 21:1 dice que Satanás “incitó a David a que hiciese censo de Israel”. La explicación es muy sencilla: Mientras el diablo alentaba a David en esta actitud orgullosa, Dios usaba su desobediencia para castigar la maldad del pueblo.
 
Dios le dio a escoger a David entre varios castigos, y este prefirió dejar que el pueblo sufriera en vez de sufrir él; lo cual ya tenía previsto de antemano el Señor. Pero, al ver el sufrimiento de los Israelitas, David entró en verdadera conciencia y asumió realmente la responsabilidad de sus actos; por lo cual el Señor le ordenó levantar un altar para adorarlo en el mismo lugar donde Dios había frenado la mortandad (2Sam.24:16,18).
 
Lamentablemente la mayoría solo busca que Dios restaure su vida y la de los suyos, más no quieren permitir que se les corrija; pero el verdadero discípulo de Cristo debe estar listo para afrontar las consecuencias de sus actos, para no afectar más a los que le rodean y para tener la bendición de ser llamado por Dios a adorarle con total libertad.
 
Claro, el evangelio trae consigo el perdón de todos los pecados por medio de Jesucristo; pero también trae la paternidad correctiva de Dios sobre el creyente. Aunque un cristiano no invalide la obra de Cristo cuando peca, si afecta su crecimiento espiritual, su habilidad para relacionarse con Dios y hasta termina por perjudicar a los que ama.
 
Es por ello que debemos mantenernos dóciles, para realmente aprovechar el privilegio de ser corregidos por el Señor; y para que ninguno de nosotros deje de disfrutar la nueva vida que ha recibido en Cristo.
 

 
 
28 de julio de 2025

 
DULZURA DEL CANTO
 
2 Samuel 23:1-2 Estas son las palabras postreras de David. Dijo David hijo de Isaí, Dijo aquel varón que fue levantado en alto, El ungido del Dios de Jacob, El dulce cantor de Israel: El Espíritu de Jehová ha hablado por mí, Y su palabra ha estado en mi lengua.
 
 
La hermosura del canto no radica simplemente en la calidad vocal, la experiencia emocional, o la calidad de la letra; sino en que sea producto de un corazón usado por el Espíritu Santo para anunciar las virtudes del Dios que lo ha salvado por medio de Jesucristo.
 
David afirmó: “El Espíritu de Jehová ha hablado por mí” y su pueblo lo conoció a él como “El dulce cantor de Israel; y nosotros usamos hoy en día sus cantos, los salmos, para dirigirnos al Señor, porque entendemos que fueron inspirados por el mismo Espíritu de Dios.
 
Es cierto que ya no se agrega a la Biblia lo que un creyente verdadero cante como adoración al Señor; pero el principio de dulzura que poseía el canto de David sigue vigente. Así que ¡Busquemos que lo que cantemos sea el producto de la obra del Espíritu Santo!
 
Para esto, debemos cerciorarnos de haber sido transformados por el Espíritu Santo, naciendo de nuevo, muriendo al pecado y viviendo para agradar al que nos salvó en la cruz; y, además, debemos llenarnos de Su presencia, profundizando en nuestra relación con Dios, conociendo Su voluntad a través de la Biblia y manteniendo una ferviente vida de oración y de comunión con los otros creyentes en la Iglesia.
 
¿Qué tan dulce es su canto? La respuesta está en que tanto se deleita su corazón en el Dios de la Biblia. Él envió a Su Hijo a morir por nosotros y nos dejó a Su Santo Espíritu para convencernos y transformarnos.
 

 
 
27 de julio de 2025

 
MOTIVO DEL CANTO
 
2 Samuel 22:1-3 Habló David a Jehová las palabras de este cántico, el día que Jehová le había librado de la mano de todos sus enemigos, y de la mano de Saúl. Dijo: Jehová es mi roca y mi fortaleza, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y el fuerte de mi salvación, mi alto refugio; Salvador mío; de violencia me libraste.
 
 
Si al cantar se expresa lo que hay en lo profundo del corazón, cada creyente en Cristo debería cantarle continuamente al Señor, motivado por el agradecimiento de haber sido salvado de los enemigos de su alma para darle vida eterna.
 
Tanto en medio de la persecución, como luego de ser librado de ella, David derramaba su corazón ante Dios por medio del canto; y, como es lógico, estando de edad avanzada y recordando todo lo que había pasado en su vida, David, con un corazón realmente agradecido, se desbordó en exaltaciones para con el Dios que le había llamado, sustentado, protegido y preservado.
 
Esta misma lógica debería verse aplicada por cada creyente en Cristo; ya que los grandes enemigos de su alma: Satanás, el pecado, la muerte y el mundo con sus deseos, fueron vencidos por el Señor de su alma, al morir Él en la cruz y resucitar victorioso. El cristiano verdadero no debería buscar más motivos para llenar su alma al punto de hacerle cantar; porque de esta gran victoria que Cristo conquistó para él se desprende toda bendición en su vida práctica: Provisión, guía, consuelo, paz, seguridad, gozo, etc.
 
Cada victoria en medio de las circunstancias adversas de esta vida debería producir un gozo que lleve al creyente a cantarle a su Señor; pero, lamentablemente, muchos caen en la angustia y desesperación que solo deberían experimentar quienes no tienen la seguridad de la vida eterna en Dios; o, peor aún, llenan su boca del canto deprimente y lujurioso de este mundo, acudiendo a un consuelo ficticio para su alma.
 
Solo con lo que Cristo conquistó para nosotros en la eternidad, y más aún si se le suma lo que nos da en esta vida, tenemos suficiente motivación para nunca parar de cantar gozosos y agradecidos con nuestro Salvador. Cante siempre al Señor, si quiere que el mundo no le contagie del falso gozo de sus cantos.
 

 
 
26 de julio de 2025

 
NATURALEZA DE PARTE DE DIOS
 
2 Samuel 21:1 Hubo hambre en los días de David por tres años consecutivos. Y David consultó a Jehová, y Jehová le dijo: Es por causa de Saúl, y por aquella casa de sangre, por cuanto mató a los gabaonitas.
 
 
Por más que la humanidad lo quiera negar, Dios controla todo el universo; y Él puede usar la naturaleza como mecanismo de corrección y contención de la maldad. Aunque esto no sea suficiente para salvar el alma, al menos debería ponerla en alerta sobre su condición.
 
Hay varias teorías sobre la manera en que el rey Saúl masacró a los Gabaonitas; y como no hay un registro bíblico específico del caso, también se especula sobre lo que lo motivó a violar el pacto que Josué hizo con ellos de no hacerles daño y de dedicarlos a ser leñadores y aguadores (Josué 9). Lo que sí quedó registrado en la Biblia fue el hambre que se vivió en tiempos de David a causa de la desobediencia de Saúl.
 
Así de clara es la Palabra de Dios, aunque asegura que el pecado no tiene nada que ver con Dios, nunca separa el propósito de Dios de los acontecimientos que resultan del pecad. Es más, como en este caso, muchas veces la Biblia afirma que la naturaleza es usada por Dios para juzgar a la humanidad; como el diluvio sobre todos los que vivían en pecado durante el tiempo de Noé y el mar rojo sobre el ejército del faraón que persiguió a Moisés y a su pueblo, que fueron demostraciones claras del juicio de Dios por medio de la naturaleza.
 
A pesar de que todos los humanos merecen el exterminio y la condena eterna, cuando Dios determina que la maldad de cierto grupo ha rebosado cierto límite que Él mismo estableció, Dios puede enviar algún evento natural catastrófico como castigo. Pero esto no solo lo hace Dios con quienes se le oponen directamente; porque, en el ejercicio de su paternidad sobre aquellos que vivimos bajo la fe en Jesucristo, también puede usar las calamidades para corregirnos, “para que no seamos condenados con el mundo” (1 Corintios 11:32).
 
Esto no solo debe desalentar nuestro deseo de pecar, cuando somos tentados a violar sus mandamientos, también debe alegrarnos; porque nos hace reflexionar sobre nuestros actos y nos libra de toda ansiedad, al saber que no vivimos en un mundo sin control; entendiendo que aún los peores acontecimientos o circunstancias pueden ser usadas por Dios para nuestro bien (Romanos 8:28).
 

 
 
25 de julio de 2025

 
PESCA EN RIO REVUELTO
 
2 Samuel 20:1-2 Aconteció que se hallaba allí un hombre perverso que se llamaba Seba hijo de Bicri, hombre de Benjamín, el cual tocó la trompeta, y dijo: No tenemos nosotros parte en David, ni heredad con el hijo de Isaí. ¡Cada uno a su tienda, Israel! Así todos los hombres de Israel abandonaron a David, siguiendo a Seba hijo de Bicri; más los de Judá siguieron a su rey desde el Jordán hasta Jerusalén.
 
 
Cada vez que una situación se torna confusa y conflictiva, debemos prepararnos para que alguien mal intencionado trate de aprovecharla; por ello es mejor evitar confusiones y discusiones entre los nuestros, especialmente entre cristianos.
 
Los ánimos quedaron alterados, luego de la actitud desalentadora con que David afrontó el sacrificio que muchos hicieron para devolverle el trono; pues él estuvo llorando por Absalón a pesar de que su hijo le había hecho la guerra. Los seguidores de David entraron en conflicto porque los de la tribu de Judá sentían mayor derecho sobre el rey, por ser sus familiares más directos; y, en medio de esta discordia, un Benjamita, Seba, aprovechó para impulsar una nueva rebelión contra el rey.
 
Seba simplemente vio la oportunidad y quiso ganar ventaja; tanto así que, luego de que David enviara a Amasa para reunir a la tribu de Judá, y al ver que pasaba el tiempo y este no se reportaba, David concluyó lo peor: “y dijo David a Abisai: Seba hijo de Bicri nos hará ahora más daño que Absalón; toma, pues, tú los siervos de tu señor, y vé tras él, no sea que halle para sí ciudades fortificadas, y nos cause dificultad” (2 Samuel 20:6)
 
Cuan fácilmente se nos puede hacer daño cuando hay confusión y división en medio de los nuestros; es por ello que, a través de la Escritura, recurriendo a la base misma del evangelio, se nos insta continuamente a perdonarnos y reconciliarnos con prontitud; “para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones” (2 Corintios 2:11).
 
Perdonar, pedir perdón y buscar la reconciliación y la armonía, son las armas más poderosas para impedir que se nos haga daño; por ello, como verdadero discípulo de Cristo, “anda, reconcíliate primero con tu hermano” (Mateo 5:24).
 

 
 
24 de julio de 2025

 
ACTITUDES QUE IMPACTAN
 
2 Samuel 19:5-6 Entonces Joab vino al rey en la casa, y dijo: Hoy has avergonzado el rostro de todos tus siervos, …amando a los que te aborrecen, y aborreciendo a los que te aman; porque hoy has declarado que nada te importan tus príncipes y siervos; pues hoy me has hecho ver claramente que si Absalón viviera, aunque todos nosotros estuviéramos muertos, entonces estarías contento.
 
 
La forma en que reaccionamos ante lo sucedido a una persona demuestra nuestro afecto hacia ella; pero siempre debemos procurar que esto no afecte a quienes verdaderamente nos han apoyado en lo que Dios nos mandó a realizar.
 
Absalón, aún después de muerto, logró que todo Israel se entristeciera; porque al ver el sufrimiento del rey David, todo el pueblo se olvidó de la alegría de haberle devuelto el reino y se afligió con él. Joab vio en la tristeza del pueblo algo más que una simple expresión de condolencia; él vio la posibilidad de una desilusión generalizada, al saber que a David no le importaban tanto los miles de personas que arriesgaban su vida por él.
 
La verdad es que las palabras de Joab fueron una represión humana, pero no divina. Dios no desaprueba que nos compadezcamos de nuestros enemigos, mucho menos si estos son de nuestra propia sangre; por el contrario, el Señor Jesús nos mandó a amar a nuestros enemigos (Mateo 5:44). Pero, también es cierto que el Señor ha mandado a quienes son ejemplo público de fe a ser prudentes (Tito 2:2, 5, 6); porque nuestras actitudes pueden edificar o desalentar a otros.
 
Lo correcto hubiera sido que David, aun en su dolor y sin negarlo, agradeciera públicamente a todos los que lucharon por devolverle el trono de Israel. Así mismo, todo cristiano, especialmente los que ejercen liderazgo, aún en las situaciones más dolorosas debemos agradecer a los que nos acompañan; ya que esto refleja el mismo carácter de Cristo, quien aún durante su crucifixión se preocupó por los suyos, como cuando hizo que su madre quedara bajo el cuidado de un discípulo (Jn.19:26-27).
 
Por dura que sea nuestra situación, nunca debemos olvidar que todo lo que hagamos debe servir para edificar a los demás; que todo debe ser hecho prudentemente en Cristo.
 

 
 
23 de julio de 2025

 
DESTINO DEL TRAIDOR
 
2 Samuel 18:12,14 El hombre dijo a Joab: Aunque me pesaras mil siclos de plata, no extendería yo mi mano contra el hijo del rey; porque nosotros oímos cuando el rey te mandó a ti y a Abisai y a Itai, diciendo: Mirad que ninguno toque al joven Absalón. Y respondió Joab: No malgastaré mí tiempo contigo. Y tomando tres dardos en su mano, los clavó en el corazón de Absalón, quien estaba aún vivo en medio de la encina
 
 
El irrespeto por la autoridad que Dios le ha dado a quienes nos dirigen, especialmente en la familia y la iglesia, siempre genera terribles consecuencias.
 
En medio de la batalla, Absalón, el hijo que se rebeló contra el reinado de David, quedó engarzado por su cabello en las ramas de un árbol; y, a pesar de que el mismo rey rogó a su ejército que no atentaran contra la vida de su hijo, Joab terminó matándolo cuando estaba colgando.
 
La noticia conmocionó demasiado al rey David, al punto de llevarlo a clamar mientras lloraba: “¡Hijo mío Absalón, hijo mío, hijo mío Absalón! ¡Quién me diera que muriera yo en lugar de ti, Absalón, hijo mío, hijo mío!” (2 Samuel 18:33). No fue suficiente lo que David hizo para proteger a su hijo rebelde; pues, al final, las consecuencias de su rebeldía lo alcanzaron.
 
El mandamiento es claro: “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da” (Éxodo 20:12); y Jesús, al citar este mandamiento, también añadió lo que Ex.21:17 y Lv.20:9 dicen sobre este tema, al decir: “Porque Dios mandó diciendo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente” (Mateo 15:4). Por lo cual, es claro que la rebeldía en contra de la autoridad, especialmente la familiar, solo puede terminar en una vida trágica.
 
Cuidémonos de no irrespetar a nuestros padres, sino más bien honrémoslos y ayudémosles en todo cuanto podamos; pero sobre todo renunciemos a toda traición que nace de la rebeldía a la autoridad. Que se diga de nosotros, como verdaderos discípulos de Cristo, que somos fieles e idóneos para enseñar también a otros (2 Timoteo 2:2).
 

 
 
22 de julio de 2025

 
DIOS POR SOBRE LOS CONSEJEROS
 
2 Samuel 17:14 Entonces Absalón y todos los de Israel dijeron: El consejo de Husai arquita es mejor que el consejo de Ahitofel. Porque Jehová había ordenado que el acertado consejo de Ahitofel se frustrara, para que Jehová hiciese venir el mal sobre Absalón.
 
 
Lo realmente importante no es saber la manera más efectiva de alcanzar una meta, sino saber si el objetivo y la forma de alcanzarlo son conforme a la voluntad de Dios; porque de lo contrario, por buena que sea la estrategia, tendremos al Señor en nuestra contra.
 
Es muy disiente la forma en que la Biblia presenta este caso, mostrando a Dios en contra de un “acertado consejo” y haciéndole creer a todos que el consejo incorrecto era el mejor, para así frustrar el “acertado”.
 
Dios estaba de parte de David y había determinado el fracaso de Absalón, hijo de David, en su intento por matar a su propio padre. Ahitofel aconsejó un ataque sorpresa, encabezado por el mismo Ahitofel y directamente encaminado al asesinato de David; pero a todos, incluyendo al mismo Absalón, les atrajo más lo aconsejado por Husai. Este último había recomendado un ataque fulminante con todo el poder militar sobre los hombres de David.
 
Husai justificó sus razonamientos por la habilidad militar de David y de los suyos; y por la posibilidad de que el desánimo se apoderara de los seguidores de Absalón, si veían que los enviados por él morían al intentar asesinar a David. Pero Husai realmente dijo todo esto para truncar los planes de Absalón y así beneficiar al rey David dándole a conocer, por medio de un mensajero secreto, todo lo que Absalón pretendía en su contra.
 
Todo esto nos debería alentar y corregir a los creyentes en Cristo; porque hoy en día en las iglesias cristianas se ha popularizado la creencia de que la solución a los problemas viene de los consejos exitosos según el mundo, olvidando que, por agradable, acertado, experimentado, profesional, o sicológicamente adecuado que pueda ser un consejo, solo se llevará a feliz término lo que Dios determine.
 
Debemos consultar al Señor, en estudio bíblico, oración y consejo bíblico de cristianos maduros, más de lo que consultamos a amigos consentidores, a sicólogos familiares, a motivadores empresariales y a especialistas en cada tema. Primeramente, porque Dios es quien determina todo para nuestras vidas; y, seguidamente, porque, así como Cristo, los cristianos no buscamos el éxito en el mundo, sino el hacer la voluntad de nuestro Dios.
 

 
 
21 de julio de 2025

 
ENTREGANDO LA AFLICCIÓN A DIOS
 
2 Samuel 16:11-13 Y dijo David a Abisai y a todos sus siervos: He aquí, mi hijo que ha salido de mis entrañas, acecha mi vida; ¿cuánto más ahora un hijo de Benjamín? Dejadle que maldiga, pues Jehová se lo ha dicho. Quizá mirará Jehová mi aflicción, y me dará Jehová bien por sus maldiciones de hoy. Y mientras David y los suyos iban por el camino, Simei iba por el lado del monte delante de él, andando y maldiciendo, y arrojando piedras delante de él, y esparciendo polvo.
 
 
Al recibir acusaciones infundadas de alguien nuestro corazón debe permanecer sereno, confiando en que nada se sale del control de Dios; y que el mismo Señor lo está permitiendo con un buen propósito para nuestra vida.
 
Las palabras ofensivas y la actitud grosera y atrevida de Simei, descendiente de Saúl, no lograron alterar al rey David; y esto a pesar de que Abisai exclamó “¿Por qué maldice este perro muerto a mi señor el rey? Te ruego que me dejes pasar, y le quitaré la cabeza” (2 Samuel 16:9). Aun así, David supo ver a Dios detrás de su aflicción y entregársela obedientemente al Señor.
 
Luego de este episodio David sufrió una vergüenza mayor: Su hijo Absalón, por consejo de Ahitofel, estuvo sexualmente con las concubinas de su padre sobre una tienda puesta en el terrado, a vista del pueblo. Allí se cumplió la sentencia que dio Dios a través del profeta Natán, cuando David adulteró con Betsabé a escondidas: “He aquí yo haré levantar el mal sobre ti de tu misma casa, y tomaré tus mujeres delante de tus ojos, y las daré a tu prójimo, el cual yacerá con tus mujeres a la vista del sol” (2 Samuel 12:11).
 
Nunca debemos responder a la ligera frente a los ataques de otros; por el contrario, los verdaderos discípulos de Cristo aprovechamos la situación para reflexionar sobre nuestros propios pecados, entendiendo que el Señor debe disciplinarnos para no condenarnos con el mundo (1 Corintios 11:32). Pero, además, como cristianos, en medio de la aflicción tenemos la oportunidad de aprender a dejar todo en manos de nuestro Dios (Romanos 12:19) y a desarrollar verdadera confianza en Él (Juan 16:33).
 
Examinémonos, confiemos en Dios y sigamos el ejemplo de nuestro Salvador en medio de la aflicción; pues así la gloria será para Él y Su bendición estará sobre nuestras vidas.
 

 
 
20 de julio de 2025

 
SUFRIENDO LA TRAICIÓN
 
2 Samuel 15:30-31 Y David subió la cuesta de los Olivos; y la subió llorando, llevando la cabeza cubierta y los pies descalzos. También todo el pueblo que tenía consigo cubrió cada uno su cabeza, e iban llorando mientras subían. Y dieron aviso a David, diciendo: Ahitofel está entre los que conspiraron con Absalón. Entonces dijo David: Entorpece ahora, oh Jehová, el consejo de Ahitofel.
 
 
A pesar del dolor, al ser traicionados por quienes no quisimos confrontar a tiempo, los cristianos podemos apelar al Señor para que nos guarde de las maquinaciones de quienes nos persiguen sin causa.
 
¡Traicionado por el hijo que no quiso reprender! Ese debería ser el título de este pasaje bíblico donde se narra cómo Absalón, poco a poco, fue arrebatando de forma engañosa el cariño que el pueblo de Israel le tenía a David. Finalmente terminó por darle un golpe de estado a su padre, desde la ciudad de Hebrón.
 
Al ver la gravedad del asunto, David no dudó en huir de su palacio para evitar que lo asesinaran; pero, en el camino, el sufrimiento se adueñó de él y lloró. Seguramente recordó cómo fue perseguido durante años por el rey Saúl; y que ahora su propio hijo, al que no había querido condenar a muerte por asesinar a su hermano, lo quería matar.
 
Al ver como gente de su entera confianza se confabuló con Absalón, David apeló al Señor; porque sabía que era el único que, teniendo misericordia por su vida y teniendo el poder para contener la maldad, podía socorrerlo en esa situación.
 
Así mismo, a pesar de que por nuestros errores se generen oportunidades para que nos traicionen, siempre podemos apelar a nuestro Dios en medio de la aflicción. Es cierto que debemos vivir pendientes de no dejar conflictos sin resolver, errores sin corregir o personas sin confrontar, cuando la situación lo amerite, especialmente a los más cercanos; pero también es cierto que, luego de haber sido negligentes y ahora estar recogiendo las tormentas que sembramos como simples vientos de indiferencia, aún podemos apelar al que nos salvó; ya que Él es el único que “levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza” (Marcos 4:39).
 
Aprendamos a actuar a tiempo para evitar conflictos futuros; pero no dejemos de clamar al Cristo que nos salvó, aun cuando estemos sufriendo a causa de nuestros errores.
 

 
 
19 de julio de 2025

 
INDECISIÓN EXPONE A MANIPULACIÓN
 
2 Samuel 14:1-3 Conociendo Joab hijo de Sarvia que el corazón del rey se inclinaba por Absalón, envió Joab a Tecoa, y tomó de allá una mujer astuta, y le dijo: Yo te ruego que finjas estar de duelo, y te vistas ropas de luto, y no te unjas con óleo, sino preséntate como una mujer que desde mucho tiempo está de duelo por algún muerto; y entrarás al rey, y le hablarás de esta manera. Y puso Joab las palabras en su boca.
 
 
Al no tomar decisiones claras y oportunas sobre situaciones conflictivas, por no querer confrontarnos con seres queridos, quedamos expuestos a que otros traten de manipularnos en la dirección que creen correcta.
 
Después de todo el conflicto que se dio en medio de los hijos de David, Absalón terminó escondiéndose en una ciudad de refugio para evitar que fuera condenado a muerte por asesinar a su hermano. Ante el dolor de David, por saber a su hijo lejos, y al ver su falta de acción sobre este asunto, Joab envió una mujer para que le presentara una situación falsa y lo condujera a recapacitar y a decidir si hacía volver a Absalón.
 
Todo esto se hubiera evitado si desde un principio David lo hubiera perdonado y recibido, o lo hubiera condenado y ejecutado; pero, por dejar la decisión para después, terminó accediendo a la persuasión oculta de Joab, aunque al final descubrió que venía de él. El rey David decidió hacer volver a Absalón; pero lo hizo sin hablarle para perdonarlo, porque no lo hizo bajo su propia convicción sino como resultado de una manipulación.
 
Al ver todo esto, y seguramente lleno de orgullo por su belleza física (2 Samuel 14:25-26), Absalón siguió cobrando fuerzas para alimentar su rebeldía; decidió quemar los campos de Joab para que este le hiciera caso en su solicitud de intervenir por él ante el rey, manipulando perversamente al que había manipulado con buena intención al rey- Y finalmente, no por decisión propia y sabia, sino por presión de otros y de su propio hijo, David perdonó a Absalón, abrazándolo y besándolo.
 
Cuando dejamos de confrontar a otros, por medio de la Palabra de Dios, como le pasó a David con sus hijos, no podremos esperar otra cosa, sino que el problema aumente, al dejar que el corazón rebelde se llene de soberbia.
 
Terminemos rápidamente con las situaciones conflictivas de los nuestros, para no vernos arrastrados por las circunstancias a cosas peores.
 

 
 
18 de julio de 2025

 
PECADOS EN LA FAMILIA
 
2 Samuel 13:32 Pero Jonadab, hijo de Simea hermano de David, habló y dijo: No diga mi señor que han dado muerte a todos los jóvenes hijos del rey, pues sólo Amnón ha sido muerto; porque por mandato de Absalón esto había sido determinado desde el día en que Amnón forzó a Tamar su hermana.
 
 
A pesar de la innegable responsabilidad de cada uno ante Dios, la mayoría de los desvíos del ser humano se apoyan en los pecados predominantes en su grupo social, especialmente en su familia; y esto solo se rompe cuando la relación Dios, por medio de la fe en Jesucristo, es mayor que la unión con cualquier otro ser.
 
Lascivia, violación, incesto, fratricidio y destierro; todo esto fue lo que aconteció en medio de los hijos del rey David; y claro, aunque es muy fácil dilucidar que todo sucedió como una consecuencia lógica de los pecados de su padre, no es tan sencillo de explicar cómo solo unos cuantos de sus hijos fueron los que no solo continuaron, sino que aumentaron estas conductas pecaminosas.
 
La respuesta latente en toda la Biblia es que el ser humano no tiende a mejorar; sino que, por su naturaleza pecaminosa, así lo niegue, tiende a repetir y profundizar los malos ejemplos recibidos desde su núcleo familiar.
 
Es cierto que David cayó en adulterio con Betsabé y que fue el autor intelectual de la muerte de su esposo Urías; pero David nunca intentó abusar sexualmente de ninguna mujer de su familia, ni mucho menos arremetió violentamente contra sus hermanos. Y, posiblemente, al ver lo que pasaba entre sus hijos, David debió haber reconocido que sus malos ejemplos pudieron ser tomados como excusa por sus descendientes.
 
Al final, “El alma que pecare, esa morirá; el hijo no llevará el pecado del padre, ni el padre llevará el pecado del hijo; la justicia del justo será sobre él, y la impiedad del impío será sobre él” (Ezequiel 18:20). Pero, al mismo tiempo, cuando la naturaleza pecaminosa siga su curso a través de los descendientes, Dios dice: “visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen” (Éxodo 20:5).
 
El pecado que pasa a otras generaciones no es una maldición que dependa de la influencia demoníaca, como algunos la quieren hacer ver, sino que brota a través del corazón humano desobediente; por lo que necesita de una confrontación total del corazón ante el Dios que lo juzga, que es el mismo Dios que ha provisto su liberación por medio de la fe en Jesucristo.
 
No solo debemos ser buenos ejemplos para nuestra familia; debemos orar por ellos y predicarles el evangelio de Jesucristo, si queremos romper con todo pecado familiar.
 

 
 
17 de julio de 2025

 
CONSECUENCIAS DEL PECADO
 
2 Samuel 12:13-14 Entonces dijo David a Natán: Pequé contra Jehová. Y Natán dijo a David: También Jehová ha remitido tu pecado; no morirás. Mas por cuanto con este asunto hiciste blasfemar a los enemigos de Jehová, el hijo que te ha nacido ciertamente morirá.
 
 
A pesar del arrepentimiento sincero del creyente, cuando él peca debe asumir las consecuencias sobre su vida como parte de la disciplina de Dios para corregirlo.
 
En medio de un relato simbólico y sentimental, Natán reprendió a David por sus terribles pecados; Dios usó de esta forma al profeta para que David asumiera su culpa y cayera en profundo arrepentimiento. Y aunque la represión cumplió su cometido, en medio de la misma el Señor proclamó que la violencia no se apartaría de la descendencia de David y que el pecado sexual, por lo cometido en privado, se le devolvería en público.
 
Como si fuera poco, luego de certificar por medio del profeta que David no perdería su vida debido a su arrepentimiento sincero, también se le declaró que su hijo con Betsabé moriría como parte del castigo divino. Esto desató en David una entrega sincera en oración mientras el niño estaba enfermo; pero luego que el niño murió, David se levantó, comió y siguió su vida normal; porque como el mismo confesó: “Viviendo aún el niño, yo ayunaba y lloraba, diciendo: ¿Quién sabe si Dios tendrá compasión de mí, y vivirá el niño? Más ahora que ha muerto, ¿para qué he de ayunar? ¿Podré yo hacerle volver? Yo voy a él, mas él no volverá a mí” (2 Samuel 12:22-23).
 
Al final de todo este drama desatado por su pecado, David vio una vez más la misericordia de Dios al restaurarlo y darle como consuelo otro hijo con Betsabé. ¡Qué forma tan personal en la que Dios se toma el trabajo de reprender, castigar, corregir, restaurar y consolar a un hijo Suyo cuando cae en pecado!
 
Sin dejar de creer que Dios es misericordioso para restaurarnos por medio de la fe en Cristo, los creyentes verdaderos mantenemos un sano entendimiento de como el mismo Señor nos disciplina por medio de las consecuencias de nuestro pecado, para no llegar a vivir como si no hubiéramos sido redimidos por la sangre de Jesús.
 

 
 
16 de julio de 2025

 
FALTA DE COMPROMISO Y PECADO
 
2 Samuel 11:1-2 Aconteció al año siguiente, en el tiempo que salen los reyes a la guerra, que David envió a Joab, y con él a sus siervos y a todo Israel…pero David se quedó en Jerusalén. Y sucedió un día, al caer la tarde, que se levantó David de su lecho y se paseaba sobre el terrado de la casa real; y vio desde el terrado a una mujer que se estaba bañando, la cual era muy hermosa.
 
 
Hasta el cristiano más maduro, cuando descuida sus labores, se expone a ser tentado fuertemente a pecar; porque, al abandonar lo que Dios le ha mandado a hacer, no cuenta plenamente con Su guía y fortaleza para resistir la tentación.
 
David podía delegar a otros para ir a la batalla, pero el texto bíblico deja bien claro que lo hizo “en el tiempo que salen los reyes a la guerra”; lo cual deja en evidencia una disminución de su compromiso en el ejercicio de su labor como rey. Esto fue suficiente para darle a David tiempo, oportunidad y aliento para contemplar a Betsabé, la mujer de Urías, y caer en adulterio con ella.
 
La historia del adulterio de David se puso cada vez peor; porque, al saber que Betsabé había quedado embarazada de él, David se atrevió a planear y ejecutar un plan para que el marido de ella, Urías, pensara que el hijo era suyo; y no solo esto, al ver que este plan no funcionó ideó otro, disponiendo la muerte de Urías de la forma más sutil posible: Mandándolo a poner al frente de sus ejércitos en lo más recio de la batalla. ¡Hasta dónde puede llegar a pecar alguien que busca ocultar su pecado!
 
Como David, cualquiera que descuida su labor, por falta de compromiso, abre sus puertas para que la tentación entre y lo zarandee. Es sencillo de explicar: Bajamos la guardia. Porque cuando perseveramos haciendo lo que Dios nos manda, Él mismo nos guarda para no caer en tentación; pero cuando no es así, nuestro corazón se va endureciendo, al punto de no captar la voz de alerta del Señor en nuestro interior.
 
Esto es especialmente aplicable a nuestra responsabilidad espiritual personal. Si no oramos, no estudiamos diligentemente la Biblia, no nos congregamos y no hacemos todo para la gloria del Señor, nuestro corazón estará a merced del tentador.
 

 
 
15 de julio 2025

 
MOTIVO DE LA LUCHA
 
2 Samuel 10:12 Esfuérzate, y esforcémonos por nuestro pueblo, y por las ciudades de nuestro Dios; y haga Jehová lo que bien le pareciere.
 
 
Antes de librar cada lucha, en esta vida, el cristiano debe asegurarse de que ella beneficie realmente al pueblo de Dios; y que se lleve a cabo dependiendo enteramente del Señor.
 
Las palabras que Joab dirigió a su hermano Abisai, luego de dividir su ejército para que cada uno comandara un grupo en frentes diferentes, revelan la necesidad de motivos correctos para la lucha. Esta batalla se generó como consecuencia de la respuesta vergonzosa del nuevo rey de Amón a los ofrecimientos de ayuda que David le envió en agradecimiento hacia su recién fallecido padre. Este nuevo rey de Amón, siendo mal aconsejado, rapó la mitad de la barba y recortó el largor de los vestidos de los mensajeros de David, algo realmente muy vergonzoso para los judíos de esa época.
 
La venganza no es un motivo para dirigir al creyente; pero el deseo de restaurar la honra y el bien al pueblo de Dios si debería permanecer como su impulso en cada batalla. Cuando así se hace, el cristiano primeramente se cuida en mantener un buen testimonio en todo lugar y circunstancia; porque entiende que así promueve la honra de los cristianos, al glorificar a Dios con su vida; pero, además, busca unirse a sus hermanos en la fe para todo lo que realmente sirva al reino de los cielos, ya que solo este tipo de luchas edifican a los hijos de Dios y aseguran la intervención del Señor en favor de los suyos.
 
En cada meta que nos trazamos está escondida una batalla; pero nuestra labor no es comprar batallas ajenas a nuestro bien espiritual, sino discernir en Dios si lo que nos proponemos realmente glorifica al Señor; porque solo así realmente bendecimos al pueblo de Dios.
 
Si desea que Dios respalde sus luchas, no solo se las encomiende a Él en oración; también verifique que su motivación sea la gloria de Dios y el bien de los creyentes en Cristo.
 

 
 
14 de julio de 2025

 
MISERICORDIA CON EL ENEMIGO
 
2 Samuel 9:3 El rey le dijo: ¿No ha quedado nadie de la casa de Saúl, a quien haga yo misericordia de Dios? Y Siba respondió al rey: Aún ha quedado un hijo de Jonatán, lisiado de los pies.
 
 
Aun cuando Dios se encargue de librarnos de quienes procuran nuestro mal, los cristianos debemos buscar la manera de expresar el amor misericordioso de Dios hacia ellos.
 
David no tenía necesidad de ayudar a la familia de Saúl; es más, a los ojos de los de su tiempo, él debería estar agradecido por la muerte de quien lo persiguió durante años para matarlo. Simplemente debía reconocer el exterminio de la descendencia de Saúl como un justo juicio de Dios; pero David insistió en encontrar a alguno de ellos para ayudarlo.
 
Curiosamente, el descendiente vivo de Saúl era un nieto suyo, un hijo de Jonatán, que quedó cojo a los 5 años, cuando se le cayó a su nodriza mientras huía, luego de que ella corriera al escuchar la noticia de la muerte en batalla del abuelo y del padre del niño (2 Samuel 4:4). Esto debió haber alimentado en David aún más el deseo de ayudarlo.
 
Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos?” (Mateo 5:44-46)
 
Estas palabras del Señor Jesús en el sermón del monte no necesitan de mucha explicación: Quien ama como Dios, expresa misericordia sincera a quienes le han hecho daño.
 
¿Ama usted solo a quien lo ama? ¿O es un verdadero discípulo de Cristo que busca amar a quien lo aborrece? Esta diferencia deja ver si su amor viene del amor de Dios.
 

 
 
13 de julio de 2025

 
ADMINISTRANDO LA VICTORIA
 
2 Samuel 8:14b-15Y Jehová dio la victoria a David por dondequiera que fue. Y reinó David sobre todo Israel; y David administraba justicia y equidad a todo su pueblo.
 
 
El compromiso para con Dios, cuando se recibe Su ayuda para vencer en medio de las luchas, es saber administrar lo conquistado con sabiduría y para la gloria del Señor.
 
Este capítulo octavo del segundo libro de Samuel narra una serie de victorias alcanzadas por el pueblo de Israel sobre sus enemigos; y todas ellas fueron encabezadas por el propio rey David. Donde quiera que el rey desplazaba sus tropas salía victorioso, sometiendo a los pueblos enemigos y logrando que hasta algunos reyes se le adelantaran a convenir la paz, para no sufrir la derrota. Todo esto sucedió porque “Jehová dio la victoria a David por dondequiera que fue” (2 Samuel 8:6).
 
Pero la tarea no terminaba con conquistar o salir victoriosos; porque se debían elaborar mecanismos de administración de los pueblos conquistados, decidiendo si se apelaba a ellos mismos para que pusieran administradores y fueran tributarios, pagando impuestos a Israel, o si se debían delegar israelitas que administraran por completo los pueblos conquistados.
 
En últimas, se debía evitar que todo esto fuera en detrimento de la administración correcta del pueblo de Israel; ya que, por administrar lo conquistado, no se podía descuidar lo ya establecido como propio. Es por ello que la Biblia resalta a los jefes que David delegó en las funciones más importantes en Israel: Joab como general; Josafat como cronista; Sadoc y Ahimelec como sacerdotes; Seraías como escriba; Benaía como jefe de los cereteos y peleteos; y los hijos de David como príncipes (2 Samuel 8:16-18).
 
Es así como aprendemos que nuestra labor en este mundo no es solo aprovechar el llamado, la provisión y la dirección del Señor para vencer en Su nombre toda dificultad; sino que, además, si realmente queremos glorificarlo, debemos apelar a Él para administrar sabiamente lo que nos entrega, de tal forma que esto redunde verdaderamente para la extensión de Su reino y no del nuestro.
 
Extender el reino de Dios por medio el evangelio de Jesucristo y saber administrarlo a través de Su Palabra; ese el objetivo real por el cual libramos todas nuestras luchas y la razón por la cual el Señor nos da la victoria.
 

 
 
12 de julio de 2025

 
BUSCAR EL REINO DE DIOS TRAE BENDICIÓN
 
2 Samuel 7:5, 16 Ve y di a mi siervo David: Así ha dicho Jehová: ¿Tú me has de edificar casa en que yo more? …será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro, y tú trono será estable eternamente.
 
 
A quien busca agradar a Dios, y promover Su reino por medio del evangelio de Jesucristo, nunca le faltará el favor del Señor sobre su vida; así como le pasó a David, cuando quiso construir un lugar especial para Dios en medio de Su pueblo.
 
David dijo al profeta Natán: “Mira ahora, yo habito en casa de cedro, y el arca de Dios está entre cortinas” (2 Samuel 7:2); lo cual demostraba que él no podía concebir que a su persona y a su labor se le diera más honra que a Dios mismo. Esto es loable; y por ello Natán, sin consultar aún al Señor, le estimuló a que siguiera el buen impulso de su corazón; pero, luego, Dios mismo corrigió al profeta y le mandó a decir a David que él no le construiría casa, sino uno de sus descendientes.
 
David no se sintió desmotivado, a pesar de la forma tan fuerte en que el Señor lo detuvo de su propósito con expresiones como: “¿Tú me has de edificar casa en que yo more?” (2 Samuel 7:5). Por el contrario, David entendió que el Señor simplemente le estaba recordando que debía permanecer humilde ante Él; y que Su misericordia para con los Suyos siempre supera con creces a la disposición sincera de ellos para adorarlo. Dios no dejó que David le construyera “casa”, pero si prometió bendecir la “casa” o descendencia de David; y del linaje de David, en lo humano, vino Cristo, nuestro Rey y Salvador.
 
Así mismo debería suceder con el corazón de todo cristiano, al cual debería contenérsele, para enseñársele sabiamente, en lugar de necesitar que se le impulse a agradar a Dios; debería ser su impulso natural promover el evangelio de Jesucristo, en lugar de tener que ser obligado a hacerlo; y debería ser conducido como una oveja por la voz del Buen Pastor Jesucristo, en vez de tener que empujársele con voz de mando como al ganado vacuno.
 
Si el cristiano busca agradar a Dios, aunque no se le prometa aprobarle todo lo que desee, Dios se compromete a bendecirlo con Su favor especial a él y a los suyos; porque querer la “casa” de Dios, más que la propia, trae la bendición del Altísimo sobre el hogar. Así que “buscad primeramente el reino de Dios y su justicia” (Mateo 6:33).
 

 
 
11 de julio de 2025

 
PRESENCIA DE DIOS Y VERDADERO GOZO
 
2 Samuel 6:15 Así David y toda la casa de Israel conducían el arca de Jehová con júbilo y sonido de trompeta.
 
 
La alegría permanente de tener a Dios habitando en nuestro interior, satisfaciendo la verdadera necesidad de nuestra alma, es algo que no puede compararse con ninguno de los placeres de este mundo; porque es netamente espiritual y solo se da por confiar genuinamente en Cristo, arrepintiéndonos de nuestros pecados.
 
David realmente se gozó al traer de nuevo el arca de Dios a Su pueblo, a pesar de la muerte de su amigo; aunque esto último fue lamentando mucho por él, por no cerciorarse de las exigencias divinas para transportar el arca (2 Samuel 6:7-9). Sin embargo, en medio de todo esto, el gozo de David no sucumbió; ni siquiera ante el menosprecio y los celos de la que había sido su primera pareja, de Mical, la hija de Saúl.
 
Frente al cuestionamiento por la forma en que expresó su alegría, “David respondió a Mical: Fue delante de Jehová, quien me eligió en preferencia a tu padre y a toda tu casa, para constituirme por príncipe sobre el pueblo de Jehová, sobre Israel. Por tanto, danzaré delante de Jehová” (2 Samuel 6:21)
 
Así como a David, al siervo del Señor lo que realmente le interesa es agradar al Dios que lo ha bendecido como ningún ser humano podría hacerlo; porque todo creyente en Cristo es consciente de sus pecados y de las consecuencias eternas del mismo, pero a la vez está gloriosamente convencido del favor de Dios sobre su vida a través de su Salvador; y cuando, en su diaria comunión o en su vida cotidiana, se percata de la obra de Dios sobre él, no desea más que estallar en agradecimiento por tanta gracia inmerecida.
 
Hay que recordar que, así como el dolor y la angustia a causa del pecado se transmiten, el gozo eterno de un cristiano logra impactar positivamente las vidas de quienes están a su alrededor; especialmente si ejerce un cargo de liderazgo en su trabajo, familia o sociedad.
 
Es imposible que un creyente verdadero viva sumergido en la amargura; porque la causa real de la amargura, que es el pecado, ya fue vencida por su Señor; y porque, al mismo tiempo, el gozo del Espíritu Santo llena su corazón.
 

 
 
10 de julio de 2025

 
EL LÍDER ESTABLECIDO POR DIOS
 
2 Samuel 5:1-2 Vinieron todas las tribus de Israel a David en Hebrón y hablaron, diciendo: Henos aquí, hueso tuyo y carne tuya somos. Y aun antes de ahora, cuando Saúl reinaba sobre nosotros, eras tú quien sacabas a Israel a la guerra, y lo volvías a traer. Además Jehová te ha dicho: Tú apacentarás a mi pueblo Israel, y tú serás príncipe sobre Israel.
 
 
El llamado del verdadero líder se confirma cuando los demás se identifican con él, reconociendo la efectividad de su labor y la autoridad de Dios sobre su vida.
 
Muchos años atrás, a través del profeta Samuel, Dios había ungido a David para ser rey; y aun cuando eso no se había cumplido a cabalidad, el pueblo lo recordó y lo relacionó con la forma en que David dirigía a sus ejércitos hacia la victoria. Todo esto se sumó al hecho de que el pueblo se identificaba con él, tal vez por su sufrimiento y persecución, o por su benevolencia para con la familia del rey Saúl; y así se consolidó el reinado de David conforme al propósito de Dios.
 
El llamado de Dios, confirmado por la efectividad de la labor y el aprecio de los demás, es lo que hace que la gente termine por aceptar a alguien como líder; especialmente en el ámbito cristiano. En los demás círculos sociales, donde no creen en que Dios da la vocación, prefieren entenderlo como un talento natural que se ratifica en la práctica y que genera empatía; pero, aunque se vea así, Dios sigue siendo quien está detrás de todo.
 
David poseía muchos defectos como persona, al igual que cualquier otro líder; pero, con el tiempo y a través de su obediencia a Dios, sus características de liderazgo llegaron a ser reconocidas por los demás, cuando las circunstancias eran propicias para su reinado; y detrás de todo esto estaba Dios.
 
Liderar no consiste en ser perfecto, se trata de saber cuándo se conjugan el llamado, la efectividad, la aceptación y las circunstancias; porque entonces, muy probablemente, Dios mismo nos estará promoviendo para servir a otros como su guía.
 
Si cada uno influye sobre alguien, entonces estemos atentos para ejercer nuestro liderazgo como verdaderos hijos de Dios que buscan glorificarlo por medio de la fe en Jesucristo.
 

 
 
09 de julio de 2025

 
¿CON QUIÉN ANDAS?
 
2 Samuel 4:2, 7 Y el hijo de Saúl tenía dos hombres, capitanes de bandas de merodeadores; el nombre de uno era Baana, y el del otro, Recab… Cuando entraron en la casa, Is-boset dormía sobre su lecho en su cámara; y lo hirieron y lo mataron, y le cortaron la cabeza
 
 
A pesar de no tener responsabilidad en los actos los demás, los verdaderos hijos de Dios deben saber rodearse de amigos y formar un equipo de trabajo con personas que tengan un corazón transformado por el Señor, para así prevenir traiciones inminentes.
 
No sabemos mucho de la vida de Is-boset, solo lo que revela la Biblia; que era hijo de Saúl, que fue puesto como rey por Abner (líder militar de Saúl) y que se debilitó al saber que el mismo Abner le había retirado su apoyo y que había hecho alianza con David. Pero, además, Is-boset se rodeó de personas no confiables, como Baana y Recab; los cuales lo traicionaron, matándolo para llevar su cabeza como un trofeo ante David.
 
Antes de mandarlos a decapitar, David les respondió a Baana y a Recab: “Ahora, pues, ¿no he de demandar yo su sangre de vuestras manos, y quitaros de la tierra?” (2 Samuel 4:11b). Aunque esto era lo que merecían, por matar a traición a un hombre, lo sucedido reveló la necesidad de rodearse de gente de confianza, que tenga el temor de Dios en su corazón.
 
Es insólito saber que, para negocios importantes, amistades íntimas y asociaciones personales, muchos cristianos buscan personas que no han rendido su vida a Cristo; y no es que simplemente debamos aliarnos con alguien que se autoproclame cristiano, sino que, más bien, debemos asociarnos con personas que manifiesten el carácter verdadero de un discípulo de Cristo en su vida personal, familiar, laboral y eclesiástica.
 
Siendo sensatos, debemos mirar los corazones de los que nos rodean para conocer nuestro posible futuro; el cual puede ser estable, en medio de cualquier circunstancia, al estar rodeados de hombres y mujeres de Dios; o inestable y peligroso, al andar en medio de personas que no buscan la voluntad de Dios como el objetivo principal de sus vidas.
 
¿Con quién anda usted?
 

 
 
08 de julio de 2025

 
LA LUCHA POR EL PODER
 
2 Samuel 3:1 Hubo larga guerra entre la casa de Saúl y la casa de David; pero David se iba fortaleciendo, y la casa de Saúl se iba debilitando.
 
 
Quienes son verdaderos seguidores de Cristo deben entender que, por lo general, todo privilegio sobre los demás les debe ser dado por Dios a través de un proceso.
 
Fue muy conflictivo el periodo de transición entre el reinado de Saúl y el de David; y, sin desconocer la violencia que el mismo David alentó en sus tropas, debemos recordar que él esperaba no tener que entrar en una guerra contra los descendientes y los militares del rey Saúl. Pero lamentablemente no fue así; sus guerreros y los de Saúl entraron en guerra; y esta guerra solo terminó cuando Abner, el antiguo general de los ejércitos de Saúl, decidió retirar su respaldo al descendiente de su antiguo jefe y comenzó a respaldar a David.
 
En medio de estas luchas, Abner había matado a uno de los hijos de Sarvia (guerreros principales de David); por ello, cuando Abner vino e hizo un pacto pacífico con David, Joab lo engañó para matarlo, como venganza por la muerte de su hermano. Esto fue lamentado por David, a tal punto que parecía como si hubiera muerto el general de su propio ejército; lo cual conmovió al pueblo de Israel, “pues todo lo que el rey hacía agradaba a todo el pueblo” (2 Samuel 3:36).
 
Todo esto es una demostración muy clara de lo que los seres humanos hacen por el poder; y de cómo hasta el mejor intencionado deja de pensar en el bien común, por dar rienda suelta a sus caprichos, satisfacciones y venganzas personales. Lamentablemente, esto también se ve en los gobiernos humanos de hoy; y, peor aún, también se ve en medio de denominaciones religiosas que ostentan el cristianismo como bandera.
 
El que nos salvó lo dejó muy claro: “el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos” (Mateo 20:26-28).
 
Si algo nos enseña lo ocurrido con David, es a no alimentar las rencillas en medio de los nuestros; y a desarrollar un afecto entrañable por nuestros enemigos, si es que realmente queremos que el amor de Dios se manifieste entre nosotros.
 

 
 
07 de julio de 2025

 
DESEOS PUESTOS EN ORACIÓN
 
2 Samuel 2:1 Después de esto aconteció que David consultó a Jehová, diciendo: ¿Subiré a alguna de las ciudades de Judá? Y Jehová le respondió: Sube. David volvió a decir: ¿A dónde subiré? Y él le dijo: A Hebrón.
 
 
Todo anhelo, y toda decisión importante, deben pasar por el “colador” de la oración; ya que, por claras que sean las circunstancias y por puros que sean los deseos, solo el Señor debe dirigir nuestras vidas.
 
Saúl había muerto, el profeta Samuel antes de ello había ungido a David como su sucesor y los de la tribu de Judá respetaban a David por ser parte de ellos; por ello, lo más lógico era que David pensara en irse posesionando como el rey, al menos de su propia tribu, saliendo así de la vida errante que llevó mientras Saúl lo persiguió para matarlo. Pero, a pesar de tener este impulso lleno de sabiduría, David no obró sin primero consultar al Señor.
 
Unos erramos al deponer nuestra responsabilidad de decidir bajo la excusa de depender de Dios, aludiendo que aún no nos es clara Su voluntad; pero otros erramos al decidir basados en nuestra experiencia y sabiduría, sin consultar a Dios en oración. Evitar esto último es muy importante; ya que nos libra de obrar en nuestras fuerzas o confiando solo en nuestros medios, sin ver nuestras debilidades. Al orar ponemos a Dios al frente, le entregamos las riendas de nuestro actuar y confiamos en que nos responda según Su voluntad.
 
David llegó a estar seguro de que el Señor aprobaba su movimiento estratégico hacia la ciudad de Hebrón; y esto le permitió estar firme frente a las dificultades que vinieron como consecuencia de esta decisión, pues tuvo que ver como sus hombres se enfrentaban contra los de Abner, el general del ejército del fallecido Saúl. Abner fue quien puso como rey sobre el resto de la nación de Israel a un hijo de Saúl, a Is-boset.
 
De esta forma vemos como la oración no nos libra de las dificultades que vienen como consecuencia de nuestras decisiones; pero si nos fortalece para afrontarlas, sustentados por la paz del Señor, sabiendo que andamos bajo Su voluntad.
 
Que nuestros deseos más importantes, por puros, bíblicos y bien intencionados que sean, siempre estén ante Dios en oración; para que así podamos vivir en fe, como nuestro Salvador vivió en Su humanidad, fortalecidos por Dios en nuestras vidas.
 

 
 
06 de julio de 2025

 
RESPETO PARA CON LOS LLAMADOS POR DIOS
 
2 Samuel 1:16 Y David le dijo: Tu sangre sea sobre tu cabeza, pues tu misma boca atestiguó contra ti, diciendo: Yo maté al ungido de Jehová.
 
 
La obra especial del Espíritu santo para llamar y capacitar a alguien al servicio de Dios, la cual era simbolizada por la unción con aceite en el Antiguo Testamento, nunca debe ser menospreciada, a pesar de los errores de quien ha sido llamado.
 
Al parecer, Saúl realmente no alcanzó a suicidarse; porque según el relato que un amalecita le hizo a David, este lo encontró agonizando luego de intentar matarse; y, por petición del mismo Saúl, lo remató. Pero, a pesar de decir que lo había matado “porque sabía que no podía vivir después de su caída” (2 Samuel 1:10), este hombre fue hallado culpable por David, quien le dijo: “¿Cómo no tuviste temor de extender tu mano para matar al ungido de Jehová?” (2 Samuel 1:12). Luego David le aplicó la pena de muerte.
 
Es fácil subestimar el llamado de Dios de quien ejerce un cargo ministerial cuando este no muestra frutos de un verdadero siervo del Señor; pero, como David, debemos entender que es de Dios el llamado a juzgar definitivamente a sus siervos; y, sin olvidar que si podemos apelar a la disciplina establecida en la Biblia para tratar de corregir y restaurar a los siervos de Dios (1 Timoteo 5:19-20), en últimas debe ser el Señor mismo quien los confronte directamente, para que el juicio sea realmente limpio y el castigo sea decididamente justo.
 
No podemos ir del extremo mal sano de no confrontar el pecado, con la excusa de “no tocar el ungido de Jehová”, al otro extremo igualmente nocivo de realizar una cacería despiadada que elimina sin compasión a los ministros de Dios. Debemos recordar que, aunque en principio todo creyente en Cristo está ungido por el Espíritu Santo, no todos están llamados a ejercer un ministerio público dentro de la Iglesia del Señor; y que, por ello, no debemos arremeter a la ligera contra un ministro cristiano caído.
 
Pablo dijo: “Contra un anciano no admitas acusación sino con dos o tres testigos” (1 Ti. 5:19), porque sabía del daño que se hace a la Iglesia cuando, sin compasión, se pone en duda el testimonio de un líder cristiano.
 
Sin excusar el pecado de los siervos de Dios, busquemos restaurarlos bíblicamente, en vez de rematarlos cuando caen; pues Cristo vino por los pecadores.
 

 
 
05 de julio de 2025

 
ACTITUD DE HUÍDA
 
1 Samuel 31:4 Entonces dijo Saúl a su escudero: Saca tu espada, y traspásame con ella, para que no vengan estos incircuncisos y me traspasen, y me escarnezcan. Mas su escudero no quería, porque tenía gran temor. Entonces tomó Saúl su propia espada y se echó sobre ella.
 
 
Quien se suicida lleva al límite su huida de las circunstancias adversas y de la voluntad de Dios; pero, por el contrario, el cristiano debe asumir una actitud responsable, valiente y sufrida, como la que su Salvador tuvo en la cruz para salvarlo, glorificando así al Señor.
 
Saúl vivió poniendo excusas para escapar de las demandas de Dios sobre su vida; y, al final, al tratar de escapar del juicio divino a través de las manos de sus enemigos, decidió suicidarse con su propia espada. Ni en su último día de vida Saúl dejó de huir de sus responsabilidades ante Dios.
 
Renunciar a los retos, abandonar la familia, separarse de la pareja, buscar dinero fácil e ilícito, buscar satisfacción en una adicción, dejar de servir a Dios en medio de la prueba y hasta quejarse continuamente y vivir desanimado; todas estas son acciones que se realizan bajo el mismo principio del suicidio: Huir de la realidad y de la voluntad de Dios.
 
Un verdadero creyente podría llegar a desalentarse, y hasta podría llegar a abandonar alguna labor que Dios le haya encomendado, pero nunca podrá mantener este comportamiento de forma continua; pues por el ejemplo de Cristo, quien murió por él en la cruz, y por el impulso del Espíritu Santo, a través de la oración y del estudio bíblico, no llegará a rehusarse a asumir responsablemente la voluntad de Dios sobre su vida.
 
Es claro, por la Palabra de Dios, que un cristiano, aunque pase por gran angustia, no debería apelar al suicidio como salida. Esto queda ilustrado en el contraste entre el suicidio de Judas (el hijo de perdición) y el arrepentimiento de Pedro (quien negó tres veces al Señor).
 
Si por su mente han pasado mecanismos de huida de la realidad, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y siga al Señor Jesucristo (Mt.16:24; Mr.8:34; Lc.9:23); para que Él llene su corazón de paz en medio de cada circunstancia y le asegure esperanza eterna en Dios.
 

 
 
04 de julio de 2025

 
FORTALEZA PARA ACTUAR
 
1 Samuel 30:6 Y David se angustió mucho, porque el pueblo hablaba de apedrearlo, pues todo el pueblo estaba en amargura de alma, cada uno por sus hijos y por sus hijas; mas David se fortaleció en Jehová su Dios.
 
 
Aún los más fuertes pueden flaquear en circunstancias dolorosas; pero solo aquellos que se apoyan en Dios, por medio de la fe en Jesucristo, encuentran verdadera fuerza para soportar y ser guiados en medio de la dificultad.
 
Al regresar a donde moraba, David encontró la ciudad destruida y las mujeres y niños secuestrados; “Entonces David y la gente que con él estaba alzaron su voz y lloraron, hasta que les faltaron las fuerzas para llorar” (1 Samuel 30:4). En ese momento el dolor de la pérdida de su familia, y la presión del pueblo hacia él, hizo que David flaqueara; pero, sabiamente, él se fortaleció en el Señor.
 
David consultó al Señor para saber si debía perseguir a los secuestradores y Dios lo dirigió, autorizándole la batalla, alentando su corazón y permitiéndole encontrar en el camino a un egipcio, siervo de lo amalecitas, que le orientara sobre como atacar. David puso su dolor y su desorientación en las manos de Dios; y al final pudo retornar con las mujeres y los niños de su pueblo.
 
Cristo mismo, antes de pagar en la cruz por nuestros pecados, ante tan abrumadora experiencia que nadie nunca podrá igualar, recurrió en oración al Padre celestial para recibir fuerzas, guía y aliento en medio de la prueba. Al final nuestro Salvador pudo vencer a la misma muerte, pero fortalecido por el Espíritu de Dios.
 
En medio de situaciones repentinas y dolorosamente impactantes, debemos recordar que el Señor es poderoso para consolarnos, alentarnos, dirigirnos y fortalecernos para actuar sabiamente. Dios mismo es la fortaleza del que está en Cristo.
 

 
 
03 de julio de 2025

 
SENTIDO COMÚN
 
1 Samuel 29:4 Entonces los príncipes de los filisteos se enojaron contra él, y le dijeron: Despide a este hombre, para que se vuelva al lugar que le señalaste, y no venga con nosotros a la batalla, no sea que en la batalla se nos vuelva enemigo; porque ¿con qué cosa volvería mejor a la gracia de su señor que con las cabezas de estos hombres?
 
 
El pensar de forma lógica es necesario para no actuar de forma necia; y los creyentes deberíamos adelantar a los demás en este aspecto, porque nuestro entendimiento ha sido transformado y limpiado por el Espíritu Santo.
 
Los demás líderes de los filisteos no fueron tan ingenuos como Aquis, quien juraba que David le servía fielmente y que no se le rebelaría para ayudar al pueblo de Israel; por el contrario, ellos sabiamente concluyeron que, si David lograba infiltrarse en la batalla en medio de los filisteos, podría causarles un gran daño desde dentro para congraciarse con el pueblo de Israel y con el rey Saúl.
 
Esta lógica sencilla impidió que David tuviera que batallar, al menos inicialmente, como parte del ejército filisteo; pero mostró claramente que los afectos personales pueden llegar a menguar el sentido común.
 
El vivir por fe no significa vivir ingenuamente, ni mucho menos renunciar al uso del intelecto y la lógica; por el contrario, es poseer esas mismas facultades humanas, pero santificadas y dirigidas por Dios mismo.
 
Por todo esto, un buen creyente debe cultivar el intelecto, no solo a través de un estudio formal, sino también a través de la lectura e investigación personal; debe contemplar de forma lógica las distintas opciones que se le presentan en cada circunstancia y decidir de acuerdo a las prioridades claramente definidas como mandatos o principios en la Palabra de Dios; y en caso de estar desorientado, además de estar llevándolo todo a Dios en oración, puede buscar ayuda de alguien maduro en la fe que sepa orientarle de forma coherente.
 
Esto anula la pereza espiritual que alimentan quienes esperan ser supuestamente dirigidos por el “Espíritu de Dios”, pero sin tener que disponer su mente para ello; y, además, arroja por el piso la dependencia mal sana en los demás, la cual muchas personas usan para no tener que decidir por sí mismos y no tener que ser responsables ante Dios.
 
No dejemos de usar nuestro sentido común, sino más bien busquemos estar siempre bien “ejercitados en el discernimiento del bien y del mal” (Heb.5:14) por la fe en Cristo.
 

 
 
02 de julio de 2025

 
SILENCIO DE DIOS POR DESOBEDIENCIA HUMANA
 
1 Samuel 28:5-6 Y cuando vio Saúl el campamento de los filisteos, tuvo miedo, y se turbó su corazón en gran manera. Y consultó Saúl a Jehová; pero Jehová no le respondió ni por sueños, ni por Urim, ni por profetas.
 
 
Cada ser humano debería recordar que sus actos en contra de la voluntad de Dios son un obstáculo para oír la voz de Dios en los momentos más difíciles de la vida; porque así procuraríamos agradarlo siempre y no añadiremos más pecado a nuestras vidas cuando Él no nos conteste.
 
El profeta Samuel había muerto, David se había comprometido a luchar en favor de los enemigos de Israel y el enorme ejército filisteo estaba en Sunem junto a la tierra de los judíos. ¡De razón el rey Saúl tuvo miedo en ese momento! Y como todo hombre que reconoce sus debilidades, Saúl buscó consejo; pero Dios, el único que podía aconsejarlo con certeza, lo había dejado a un lado y no le contestó, ni personalmente (en sueños), ni por intermedio de Sus siervos los sacerdotes (por Urim), ni por profetas.
 
Lamentablemente, al buscar orientación, Saúl recurrió a una de las adivinas que, por orden de Dios, el mismo Saúl había combatido durante su reino; y llegó a ver la práctica ocultista, que persiguió oficialmente, como su salida personal a los problemas ¡Que bajo cayó Saúl!
 
En la actualidad la actitud de la humanidad no es muy diferente: Creen en Dios mientras este les muestre salidas prácticas a sus problemas personales; pero, tan pronto como el Señor guarda silencio ante sus peticiones, echan mano de lo primero que les sirva, así sea totalmente opuesto a lo que antes profesaban como voluntad del Señor para ellos.
 
El cristiano sabe que en muchas ocasiones no se percibe la guía divina a causa de la desobediencia. Es por ello que Pedro escribe: “Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo” (1 Pedro 3:7).
 
Es muy lógico que el Señor no preste atención a quienes voluntariamente le desobedecen; porque así el cristiano verdadero se compunge, arrepintiéndose de su pecado y pidiendo perdón para restablecer la relación con su Señor; mientras que el ser humano rebelde se endurece en su rebeldía, acarreando el justo castigo sobre sí mismo.
 
En cualquier caso, Dios es glorificado, castigando al pecador con las consecuencias de su pecado o perdonándolo a través de Jesucristo para restablecer su relación con él. La gran pregunta es: ¿Qué actitud tomamos cuando Dios parece no respondernos?
 

 
 
01 de julio de 2025

 
VIVIENDO CON EL ENEMIGO
 
1 Samuel 27:4, 12 Y vino a Saúl la nueva de que David había huido a Gat, y no lo buscó más. Y Aquis creía a David, y decía: Él se ha hecho abominable a su pueblo de Israel, y será siempre mi siervo.
 
 
El creyente debe vivir con sabiduría en un mundo que le es hostil, donde hasta muchos que se dicen cristianos atacan la base misma del cristianismo; y donde los que arremeten abiertamente contra la fe son muchas veces los únicos que respetan su creencia.
 
David se cansó de huir de Saúl en su propio país y decidió pasar junto con sus hombres y sus familias a vivir con Aquis, el rey de la ciudad filistea de Gat; y allí estuvo viviendo con el enemigo del pueblo de Dios. Lo asombroso de esta circunstancia es que David aparentó ser un filisteo más; pero, cuando salía a la guerra, enfocaba su ataque contra otras ciudades filisteas. Durante más de un año David vivió una doble vida.
 
Ciertamente la religiosidad, el legalismo y las falsas interpretaciones bíblicas son el pan de cada día en muchas iglesias cristianas; y a veces ahuyentan a los cristianos genuinos. Pero esto no es justificación para no volver a la iglesia, que es la “ciudad de Dios”; porque quien se refugia en el mundo, encontrando consuelo en los amigos y en las actividades de la sociedad, corre el riesgo de caer en una doble vida.
 
Es cierto que Daniel vivió como creyente en medio del gobierno Babilonio de su época y que Nehemías pasó, en santidad, por una situación semejante; pero ellos se negaron abiertamente a darle la espalda a su fe y a su pueblo; y por ello estuvieron en peligro sus propias vidas.
 
También es cierto que en la parábola del mayordomo infiel Jesús dijo: “Ganad amigos por medio de las riquezas injustas, para que cuando éstas falten, os reciban en las moradas eternas” (Lucas 16:9). Pero esto no se refiere a caer en la idolatría que el mundo tiene hacia las riquezas, sino a saber administrarlas para que los del mundo nos presten atención, cuando les mostremos las verdaderas riquezas escondidas en el evangelio de Jesucristo.
 
Al final, si nos sentimos más respetados en medio de los inconversos que entre los mismos creyentes, debemos recordar que los no creyentes se mueven por conveniencia y no por obediencia a Dios; y por más difícil que sean algunas personas que se llaman cristianas, nuestra obediencia a Dios nos debe afirmar en medio de la Iglesia de Cristo.
 
¡Recuerde que ni el más terrible trato sobre Jesús y sobre sus discípulos les impidió a ellos permanecer junto a los que invocan el nombre del Señor! ¿Podemos seguir su ejemplo?
 

 
 
30 junio de 2025

 
LA VENGANZA ES DEL SEÑOR
 
1 Samuel 26:10-11 Dijo además David: Vive Jehová, que si Jehová no lo hiriere, o su día llegue para que muera, o descendiendo en batalla perezca, guárdeme Jehová de extender mi mano contra el ungido de Jehová.
 
 
El creyente sabe que la mejor manera para que alguien reciba lo que merece es que Dios mismo se encargue de su vida; porque solo así se hará verdadera justicia y Dios librará de la amargura del rencor a los suyos.
 
David por segunda vez tuvo en sus manos la vida del rey Saúl, el cual era su terrible perseguidor; pero en esta ocasión lo encontró durmiendo junto a sus oficiales más cercanos, “porque un profundo sueño enviado de Jehová había caído sobre ellos” (1 Samuel 26:12); y en vez de matarlo con la lanza que Saúl tenía junto a su cabecera, como se lo propuso Abisai, David decidió quitársela junto con una vasija de agua, para luego gritarle desde lejos y demostrarle como le había perdonado la vida a pesar de que el rey quería matarlo.
 
La explicación que David le dio a Abisai, sobre la forma en que debía morir su enemigo, demostró la convicción profunda que tenía de que Dios mismo se encargaría de hacerle justicia, sin que el mismo David se tuviera que manchar sus manos. Es más, David entendía que por haber tenido misericordia para con su enemigo, Dios le recompensaría a él en todo; y lo sabemos porque dijo: “Y he aquí, como tu vida ha sido estimada preciosa hoy a mis ojos, así sea mi vida a los ojos de Jehová, y me libre de toda aflicción” (1 Samuel 26:24).
 
Por más poderosas, despiadadas, injustas y martirizantes que sean la personas que nos persiguen sin causa, siempre debemos recordar la orden Bíblica: “No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor” (Romanos 12:19).
 
El cristiano verdadero espera con paciencia a que su Señor actúe, no por el solo hecho de verlo ejercer Su juicio, sino también para no dejar que su corazón se llene de rencor; y por ser capaz, como su Salvador, de perdonar a quienes más daño le han hecho.
 

 
 
29 de junio de 2025

 
LA PRUDENCIA ES VERDADERA INTELIGENCIA
 
1 Samuel 25:32-33 Y dijo David a Abigail: Bendito sea Jehová Dios de Israel, que te envió para que hoy me encontrases. Y bendito sea tu razonamiento, y bendita tú, que me has estorbado hoy de ir a derramar sangre, y a vengarme por mi propia mano.
 
 
En medio de una discordia, no gana el que primero hace daño, sino el que primero busca de forma prudente la reconciliación.
 
En medio de su vida de fugitivo, David había acumulado suficientes hombres y suficiente fama de guerrero como para ser temido por los demás; pero, además, seguramente ya se había divulgado que él había sido ungido por Samuel para ser rey de Israel; lo cual debe haberse recordado durante la muerte de este profeta. Todo esto debió retumbar en la mente de Abigail cuando supo que su esposo, Nabal, le había contestado de forma grosera a los siervos que David le había enviado con una petición de ayuda para ellos.
 
La misma Abigail dijo de su esposo: “Él se llama Nabal, y la insensatez está con él”. Pero ella, con sus presentes, con sus palabras llenas de sabiduría, con sus ruegos y con su reconocimiento del llamado que tenía David para ser rey, lo contuvo para que tampoco actuara de forma insensata y para que no se vengara de forma sanguinaria por la actitud desagradecida de su marido, el cual se había beneficiado de la protección que los hombres de David le dieron a su rebaño. Esta mujer, tanto al que se sabía que era insensato como al que debía ser sabio, les enseñó verdadera sabiduría y temor de Dios.
 
Dios quiera que cada uno de los creyentes en Cristo andemos pendientes de actuar de forma sabia, evitando el conflicto y esquivando todo impulso humano por vengarnos. Dios quiera que quienes nos llamemos cristianos recordemos que nuestro objetivo en medio de los conflictos no es ganarle al otro, sino ganar al otro para Cristo por medio de la reconciliación y el perdón.
 

 
 
28 de junio de 2025

 
VENCIENDO EL MAL CON EL BIEN
 
1 Samuel 24:15-18 Jehová, pues, será juez, y él juzgará entre tú y yo. El vea y sustente mi causa, y me defienda de tu mano. Y aconteció que cuando David acabó de decir estas palabras a Saúl, Saúl dijo: ¿No es esta la voz tuya, hijo mío David? Y alzó Saúl su voz y lloró, y dijo a David: Más justo eres tú que yo, que me has pagado con bien, habiéndote yo pagado con mal…pues no me has dado muerte, habiéndome entregado Jehová en tu mano.
 
 
Esperar a que Dios sea quien juzgue a quien nos hace daño, sin hacerle ningún tipo de mal, es vencer como Cristo: Derrotando el mal con el bien.
 
En esta ocasión, en medio de la encarnizada persecución que el rey Saúl tenía en contra de David, al tener que hacer sus necesidades fisiológicas en una cueva, Saúl quedó vulnerable ante quien él perseguía; pero David se contuvo y solo le cortó parte del manto, para luego gritarle de lejos a su perseguidor: “ve que no hay mal ni traición en mi mano, ni he pecado contra ti; sin embargo, tú andas a caza de mi vida para quitármela” (1Sam24:11).
 
Esto conmovió al despiadado Saúl, y hasta lloró; seguramente se sintió confrontado porque sabía que él no habría hecho lo mismo. Sabía que él, en el lugar de David, no habría desperdiciado la oportunidad de acabar con su enemigo. Gracias a que el corazón de David reverenciaba la autoridad que Dios le dio a Saúl, no quiso pagarle mal por mal; y con ello logró que Saúl dejara de perseguirlo, al menos por un tiempo.
 
Así debe suceder con cada cristiano, su reacción ante los ataques de las personas debe ser totalmente contraria a lo que cualquiera haría; y si tiene la oportunidad de vengarse, es cuando más decidido debe estar el creyente en Cristo a pagar el mal con bien.
 
Debemos seguir el ejemplo de nuestro Salvador, quien fue capaz de orar: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34), mientras sus verdugos se repartían sus vestidos. Fue así como Cristo venció el pecado; no solo sufriendo el castigo que merecíamos por ser pecadores, sino también amándonos a pesar de estar enemistados con Él a causa de nuestra desobediencia.
 
Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza” (Romanos 12:20).
 

 
 
27 de junio de 2025

 
DIOS CUIDA A LOS SUYOS
 
1 Samuel 23:14 Y David se quedó en el desierto en lugares fuertes, y habitaba en un monte en el desierto de Zif; y lo buscaba Saúl todos los días, pero Dios no lo entregó en sus manos.
 
 
Aún en medio de la más fiera persecución, Dios guarda a los suyos en Cristo; y lo hace para que sirvan de ejemplo con su carácter valiente, sencillo y lleno de fe en el Salvador.
 
En medio de su huida David supo de la toma de los Filisteos a la ciudad de Keyla; y, a pesar que fuera peligroso, consultó a Dios para saber si podía ir con sus hombres a librar la ciudad. Efectivamente, Dios lo envió y le dio la victoria. Pero, una vez allí, tuvo que volver a consultar al Señor a través del sacerdote Abiatar; porque supo que Saúl iba de camino a la ciudad con sus ejércitos a matarlo; y Dios le guio a irse, porque los mismos habitantes de la ciudad lo iban a entregar. Luego, en medio de sus escondrijos del desierto, los habitantes de Zif lo delataron con Saúl; y, aunque ya casi lo había alcanzado en una montaña, Saúl tuvo que desistir de su persecución, porque supo que los filisteos habían vuelto a atacar al país.
 
Perseguido a muerte por el rey a quien bien servía, traicionado por el pueblo a quien protegía y hasta salvado por medio del ataque de los enemigos de su pueblo; así fue la vida de David durante años; y así Dios lo protegió de forma providencial y poderosa de la mano de quienes lo perseguían.
 
Cristo dijo: “Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos” (Mt 5:10). La persecución se da como una gran oportunidad para que el creyente ejercite la fe en su Salvador, al ser continuamente guiado por medio de la comunión con Él en oración y permaneciendo fiel a lo que se le manda en la Biblia; para que así el carácter del mismo Cristo se revele a través del cristiano que sufre.
 
En medio de la persecución más sangrienta e injusta en su contra, los verdaderos cristianos proclaman: ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? ...Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó” (Ro.8:35-37).
 

 
 
26 de junio de 2025

 
EQUIPO EN FORMACIÓN
 
1 Samuel 22:1-2 Yéndose luego David de allí, huyó a la cueva de Adulam… y se juntaron con él todos los afligidos, y todo el que estaba endeudado, y todos los que se hallaban en amargura de espíritu, y fue hecho jefe de ellos; y tuvo consigo como cuatrocientos hombres.
 
 
Aunque parezca increíble, un grupo de gente que se sabe en dificultades y en necesidad de ayuda es más susceptible de ser enseñado y transformado en un equipo victorioso por la gracia de Dios en Cristo.
 
David recibió un puñado de gente derrotada y los transformó en los muy recordados “valientes de David”; pero para ello tuvo que andar con ellos bajo la persecución del rey Saúl durante años.
 
Tan pronto como formó este pequeño ejército personal, David recibió la noticia de que Saúl había hecho matar a los sacerdotes de Nob por haberle dado alimento y por entregarle la espada de Goliat; y por ello David le dijo al único sobreviviente en Nob, a Abiatar: Quédate conmigo, no temas; quien buscare mi vida, buscará también la tuya; pues conmigo estarás a salvo” (1 Samuel 22:23).
 
Esa obra de formación de valientes en medio de la persecución, a pesar de que fueran personas frustradas y afligidas, es la que Cristo hace con quienes se entregan a Él por completo. Del equipo escogido por Dios para ser salvo a través de Cristo, la Biblia dice: “lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia.” (1 Corintios 1:27-29)
 
Un equipo de valientes debe ser formado con los años, en medio de la persecución del mundo; así como lo hizo David con su ejército personal. Por ello debemos estar dispuestos a unirnos a otros creyentes; y, estando juntos, debemos dejarnos moldear, reconociendo nuestras debilidades y no negando nuestra aflicción de espíritu; para que el Señor, a través de los años, por medio de Su amor y disciplina, nos exhiba como Sus valientes.
 
Recuerde, no hay que ser perfectos para ser parte del equipo de Cristo; pues Él es quien es el Perfecto, “a fin de que nadie se jacte en su presencia” (1 Corintios 1:29).
 

 
 
25 de junio de 2025

 
ÁNIMO DE VICTORIAS PASADAS
 
1 Samuel 21:9 Y el sacerdote respondió: La espada de Goliat el filisteo, al que tú venciste en el valle de Ela, está aquí envuelta en un velo detrás del efod; si quieres tomarla, tómala; porque aquí no hay otra sino esa. Y dijo David: Ninguna como ella; dámela.
 
 
En medio de cualquier adversidad, así parezca imposible la salida, Dios nos permite recordar Su ayuda eficaz en situaciones anteriores; de tal forma que nuestra fe en Él, por medio de Jesucristo, se vea fortalecida para no desfallecer.
 
David Realmente estaba mal; llegó donde el Sacerdote Ahimelec con mentiras, buscando alimento y algún arma para defenderse; y, en Su misericordia, Dios permitió que se le alimentara con los panes que eran exclusivos de los sacerdotes y que se le volviera a dar la espada de Goliat.
 
Aunque luego tuvo que llegar a simular que estaba demente, para que no le hiciera daño el rey de Gat, David debió sentirse reanimado al recibir la espada de Goliat; porque ella le recordaba la victoria que Dios le dio sobre aquel gigante y le mostraba que el Señor lo podía proteger de cualquier situación que tuviera que enfrentar.
 
Así mismo, cada creyente debe echar mano de las victorias que el Señor le ha entregado en luchas anteriores, para fortalecer su fe en las dificultades presentes. Especialmente debemos tener presente como Cristo venció en la cruz a la muerte, a Satanás y al pecado por nosotros, dándonos vida nueva por medio del Espíritu Santo para que creyéramos en Él y para que recibiéramos los beneficios de Su sacrifico. Al mismo tiempo debemos meditar en que, si se nos dio esa grande victoria de la salvación en Él, ¿Cómo no nos va a sostener en medio de cualquier dificultad?
 
La obra de Cristo para salvarnos debe ser nuestra “espada de Goliat”, porque allí Cristo venció a la muerte por medio de Su propia muerte; ya que, si Dios no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?” (Romanos 8:32).
 

 
 
24 de junio de 2025

 
AYUDA EN LA PERSECUCIÓN
 
1 Samuel 20:1 Después David huyó de Naiot en Ramá, y vino delante de Jonatán, y dijo: ¿Qué he hecho yo? ¿Cuál es mi maldad, o cuál mi pecado contra tu padre, para que busque mi vida?
 
 
Nunca Dios permitirá que alguien escogido por Él deje de ser ayudado mientras sufre injustamente.
 
David halló gracia en los ojos de Jonatán, el hijo de su perseguidor Saúl. Luego de irse de forma repentina del palacio real, David volvió en secreto para hablar con Jonatán y para preguntarle la razón por la cual Saúl lo perseguía sin causa. De esta conversación surgió un ingenioso plan para averiguar las intenciones del rey contra David y para darle aviso a este último de forma discreta y efectiva sobre su situación ante el rey.
 
Al final de toda esta estratégica movida, confirmaron que Saúl ardía de envidia en contra de David y que lo estaba buscando para matarlo; pero en medio de toda esta historia quedó resaltada la amistad incondicional de Jonatán hacia David.
 
Esas personas que Dios pone a nuestro lado para acompañarnos en medio de las terribles pruebas y que son capaces de estar con nosotros a pesar de nuestras debilidades de carácter; ellas son la clara demostración de cómo el Señor no deja de enviarnos ayuda en medio de la aflicción.
 
Aún el Salvador, nuestro Señor Jesucristo, experimentó compañía en medio de su aflicción humana para salvarnos; pues algunos discípulos le acompañaron a orar antes de fuera capturado para ser llevado a la cruz (Mateo 26:37-38). Aunque estos se quedaron dormidos, “se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle” (Lucas 22:43). Y hasta en la cruz, cuando todos parecían haberle abandonado, el Señor aún tenía a su lado al “discípulo amado”; al cual pudo encargarle el cuidado de su madre (Juan 19:26-27).
 
Esto no significa que Jesús dependía de la ayuda humana para salvarnos; pero sí que no debemos desfallecer solos en nuestra aflicción. En la aflicción debemos confiar solo en Cristo; pero no solo porque nos Él nos salvó, sino porque también Él nos ayuda a través de las personas que pone a nuestro lado.
 

 
 
23 de junio de 2025

 
LO ILÓGICO DEL PECADO
 
1 Samuel 19:4-5 Y Jonatán habló bien de David a Saúl su padre, y le dijo: No peque el rey contra su siervo David, porque ninguna cosa ha cometido contra ti, y porque sus obras han sido muy buenas para contigo; pues él tomó su vida en su mano, y mató al filisteo, y Jehová dio gran salvación a todo Israel. Tú lo viste, y te alegraste; ¿por qué, pues, pecarás contra la sangre inocente, matando a David sin causa?
 
 
A pesar de que todos siempre encontramos razones para pecar, si somos confrontados correctamente debemos ver lo ilógico de nuestra actitud para con Dios y con los demás.
 
Después de la intercesión de Jonatán en favor de David, la Biblia registra: “Y escuchó Saúl la voz de Jonatán, y juró Saúl: Vive Jehová, que no morirá” (1 Samuel 19:6). Pero, luego, también quedó registrado como Saúl intentó matar a David con una lanza mientras tocaba un instrumento; todo porque David había vuelto a salir a la guerra y había llega victorioso.  Incluso, después, Saúl envió a sus guerreros para que mataran a David en su casa; pero su esposa Mical, la misma hija de Saúl, lo salvó de morir.
 
Al final, Saúl llegó a olvidar el respeto que merecía el profeta Samuel, quien lo ungió como rey; porque envió varias compañías de soldados a donde el profeta vivía, para matar a David; y hasta él mismo Saúl fue. Pero Dios defendió a David y a Samuel, tomando en una especie de trance profético a todos los que los buscaban e impidiéndoles llevar a cabo su macabro objetivo. Saúl había entendido que era ilógico matar a David; pero su corazón lleno de pecado no se dejó guiar por los razonamientos de su hijo, ni por el evidente poder de Dios a favor de aquel a quien quería dañar.
 
Así es el corazón pecador; puede recibir explicaciones claras que le muestren lo incorrecto de su actitud y hasta logra entenderlo, pero se niega a cambiar su comportamiento. El adulterio destruye la familia, las adicciones destruyen la salud, los rencores y resentimientos destruyen el alma, la mentira destruye la confianza; todo esto puede ser entendido por los adúlteros, los adictos, los amargados y los mentirosos; y, aun así, no dejarán la práctica de su pecado.
 
El creyente en Cristo sabe que no es suficiente con los argumentos lógicos en contra del pecado; porque entiende que él mismo tuvo que ser transformado milagrosamente por el Espíritu Santo, para poder aborrecer su vida de pecado y liberarse de la esclavitud al pecado. Es por ello que apela a la comunión diaria con Dios, para no caer en tentación.
 
No basta con saber que se hace mal, hay que tener el poder para aborrecer el mal y dejarlo; y ese poder solo está en el corazón que se ha rendido a Jesús ¡Ríndase hoy al Señor!
 

  
22 de junio de 2025

 
EL FAVOR DE DIOS PRODUCE ENVIDIA
 
1 Samuel 18:7-9 Y cantaban las mujeres que danzaban, y decían: Saúl hirió a sus miles, Y David a sus diez miles. Y se enojó Saúl en gran manera, y le desagradó este dicho, y dijo: A David dieron diez miles, y a mí miles; no le falta más que el reino. Y desde aquel día Saúl no miró con buenos ojos a David.
 
 
Un cristiano auténtico sabe que el favor de Dios en su vida, por medio de la fe en Jesucristo, genera oposición en quienes no están realmente en Cristo; porque entiende que él es “de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno” (1 Juan 5:19).
 
Nada hizo David en contra del rey Saúl; por el contrario, lo sacó del apuro al matar al gigante que ni él ni sus soldados se atrevieron a enfrentar. Entonces, ¿Por qué llegó a mirarlo con malos ojos y a sentir envidia de él? Saúl tenía el reino, tenía los ejércitos, y David le servía a él; pero no podía controlar el hecho de que Dios respaldara lo que David hacía.
 
Si mandaba a David a la guerra, para ver si lo mataban los filisteos, volvía victorioso de ella; si le pedía que le tocara el arpa, lo hacía con sumisión; y si le encargaba alguna otra labor, la realizaba con prudencia y honestidad. Sencillamente, David tenía lo que Saúl había perdido: El favor de Dios.
 
Como David, el creyente en Cristo, por medio de su fe obediente, siempre despertará el enojo de los corazones que carecen del favor inmerecido de Dios. Así tenga menos recursos económicos, menos capacidades físicas y menos influencia en la sociedad llena de pecado, el verdadero cristiano posee lo que nadie puede comprar con dinero, ni conseguir con capacidades o méritos humanos: La gracia salvadora de Dios.
 
Un corazón temeroso de Dios, que ha reconocido a cabalidad su pecado y que solo confía en la obra de Cristo para acceder al Señor, es algo que nadie puede producir con su mero intelecto o con el sentimentalismo de su alma pecadora; es algo que solo se recibe como regalo de Dios y que despierta, sin ninguna justificación, la envidia de quienes no lo tienen.
 
En vez de desalentarse por ser perseguido a causa de su fe, el cristiano debería alegrarse al recordar las palabras de su Señor: “Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros” (Mateo 5:11-12).
 

 
 
21 de junio de 2025

 
LA VICTORIA VERDADERA ES DE DIOS
 
1 Samuel 17:37 Añadió David: Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo. Y dijo Saúl a David: Ve, y Jehová esté contigo.
 
 
En cualquier circunstancia, en todo tipo de lucha, la victoria irá de la mano de aquel que ande con Dios y que vaya conforme a Su voluntad.
 
David solo iba a llevar alimento a sus hermanos mayores en el campo de batalla; pero su atención quedó cautivada cuando escuchó al gigante Goliat desafiando a los ejércitos de Israel. David no se conformó con las explicaciones y regaños de sus hermanos, sino que él siguió preguntando: “¿Qué harán al hombre que venciere a este filisteo, y quitare el oprobio de Israel? Porque ¿quién es este filisteo incircunciso, para que provoque a los escuadrones del Dios viviente?” (1Samuel 17:26).
 
Fue tal la insistencia de David en el tema que esto llegó a los oídos del Rey Saúl, el cual lo entrevistó y le recibió su solicitud para pelear contra Goliat. Todo el argumento de seguridad de David, a pesar de su juventud e inexperiencia en la guerra, se basó en el poder de Dios para librarlo. Si Dios lo había librado del oso y el león, al proteger las ovejas, mucho más ahora lo libraría del gigante, por salir en defensa del pueblo de Dios.
 
El propósito de la lucha, y el poder para la misma, deben venir de Dios; si es que queremos ser respaldados por Él. Dios no da victorias por exaltar a individuos; Él exalta individuos por medio de Sus victorias, pero cuando las batallas son conforme a Su voluntad.
 
No importa las circunstancias adversas, el ámbito de las mismas, o la fortaleza de quienes se oponen a la voluntad de Dios; si como David buscamos el bien de otros, nos apoyamos en el favor de Dios y nos aseguramos de obrar conforme a Su voluntad, veremos la victoria, así no seamos los más calificados para la lucha.
 
Recuerde que David fue un personaje real cuya vida prefiguraba a Cristo; ya que el Señor Jesús sería el verdadero vencedor, a través de su vida, muerte y resurrección, para salvar verdadera y eternamente al pueblo de Dios.
 
Por ello es que los que estamos en Cristo, para la gloria de Dios, fuimos escogidos y somos usados bajo el mismo patrón de elección divino usado con David: “lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia” (1Cor.1:28-29).
 

 
 
20 de junio de 2025

 
LA DIFERENCIA LA HACE EL ESPÍRITU DE DIOS
 
1 Samuel 16:13-14 Y Samuel tomó el cuerno del aceite, y lo ungió en medio de sus hermanos; y desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David. Se levantó luego Samuel, y se volvió a Ramá. El Espíritu de Jehová se apartó de Saúl, y le atormentaba un espíritu malo de parte de Jehová.
 
 
Sea cual fuere el oficio o la labor de alguien, lo único que marcará la diferencia en su vida es que haya sido transformado, capacitado y dirigido por el Espíritu Santo; porque solo así podrá hacer todo en el nombre de Jesús y para la gloria de Dios Padre.
 
En estos versículos es claro el contraste entre el estado espiritual de David, quien aún no ejercía el reinado sobre Israel, y Saúl, que lo estaba ejerciendo. A pesar de ser el menor, y de la confusión que tuvo Samuel al impresionarse con la apariencia de su hermano mayor, David fue llamado desde su labor de pastor, a su tierna edad, para ser ungido como el próximo rey de Israel; lo cual fue la expresión externa de lo que sucedió en su alma; pues “desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David”.
 
David tenía al Espíritu de Dios, mientras que de Saúl se había apartado. David tocaba su arpa y Dios le daba alivio a Saúl; mientras que Saúl, por más que buscara alivio por sí mismo, solo hallaba un espíritu malo que lo atormentaba. David no estaba en el trono de Israel, pero tenía el Espíritu de Dios que lo capacitaba para reinar; mientras que Saúl estaba reinando, pero con su mera capacidad humana y con tormento espiritual. Que cuadro tan paradójico y al mismo tiempo tan ilustrativo de la diferencia entre un individuo espiritual y uno carnal ejerciendo una labor.
 
La gran diferencia no radica realmente en los resultados inmediatos de las labores, porque podría darse que quien no cree en Dios tenga mejores resultados según el mundo; la diferencia radica en la motivación interior, la orientación que se tiene para una labor y el efecto real de ella en la vida. Porque quien ha rendido su vida a Cristo, por la comunión con el Espíritu Santo, será motivado por el amor de Dios, será orientado a darle la gloria a Él y no terminará subyugado o amargado en su corazón a causa de lo que hace.
 
Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!” (Rom.8:14-15).
 

 
 
19 de junio de 2025

 
DIOS SE COMPLACE EN LA OBEDIENCIA
 
1 Samuel 15:22-23 Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros. Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación.
 
 
Para agradar a Dios debemos servirle obedientemente y así ofrecerle una verdadera adoración; porque a Dios se le adora con toda la vida.
 
Es sorprendente la manera en que Saúl se negó a reconocer delante de Samuel que había desobedecido la orden de Dios. Es cierto que había cumplido yendo a la guerra contra los amalecitas, pero la orden era exterminarlos totalmente junto con sus animales y bienes. Pero en vez de hacer esto, y presionado por el pueblo, preservó lo mejor de los animales y bienes dizque para ofrecer al Señor un sacrificio.
 
En varias ocasiones Samuel le dijo que había desobedecido; pero Saúl insistía en haber cumplido el mandato de Dios. No le bastaron las explicaciones, solo reconoció su falta cuando Samuel lo hizo reflexionar sobre lo que Dios quiere: ¿Obediencia o sacrificio? La respuesta era obvia: Obediencia.
 
A veces olvidamos esto y nos enfrascamos en un mundo de costumbres, ceremonias y ritos que son tan vacíos como el sacrifico que Saúl quería ofrecer; olvidando que la verdadera fe se da como un mecanismo para mantenernos sujetos a la voluntad de Dios; y que la verdadera adoración consiste en una vida de obediencia al Señor.
 
Entonces, la meta del cristiano consiste en profundizar cada día más en la voluntad de Dios, por medio de la meditación de la Biblia y de la oración ferviente; no quedándose solo con lo que se hace ceremonialmente en la iglesia, o con una adoración solo de cultos públicos.
 
Examinémonos y no excusemos nuestra desobediencia detrás de ceremonias; recordemos que toda obediencia a medias es desobediencia. Cristo se dio por entero para salvarnos, para que le adoremos sirviéndole con todo nuestro ser.
 

 
 
18 de junio de 2025

 
PELIGRO DE HABLAR APRESURADAMENTE
 
1 Samuel 14:24 Pero los hombres de Israel fueron puestos en apuro aquel día; porque Saúl había juramentado al pueblo, diciendo: Cualquiera que coma pan antes de caer la noche, antes que haya tomado venganza de mis enemigos, sea maldito. Y todo el pueblo no había probado pan.
 
 
Un creyente en Cristo sabe que debe poner freno a su boca, para no hablar imprudentemente; porque de esa manera evita situaciones adversas para él y los suyos.
 
Durante los sucesos descritos en el capítulo 14, en el primer libro de Samuel, el único de los israelitas que se había atrevido a pasar a guerrear contra los filisteos era Jonatán, el hijo del rey Saúl; pero este se vio envuelto en un peligro mayor, en medio de su propio pueblo, a causa del juramento que su padre le obligó a hacer a los israelitas de no comer hasta acabar a los filisteos. Jonatán no lo oyó y comió miel, porque desfallecía de hambre; y por poco le cuesta la vida, de no ser porque el mismo pueblo impidió que se le ejecutara.
 
En ese momento Saúl tenía una actitud necia y apresurada; y ni siquiera dejó que los sacerdotes terminaran su oficio (1 Samuel 14:19); sino que más bien se apresuró a mirar que pasaba en medio de los filisteos, cuando estos se estaban matando a causa de la confusión que les causó el ataque de Jonatán. Luego de lo hecho por Jonathan, tal vez se hubiera dado una victoria más contundente; pero el pueblo se había desalentado porque casi muere Jonatán de forma injusta. Todo porque Saúl se apresuró a hablar a la ligera.
 
Nuestras palabras nos comprometen y afectan a los que nos rodean. Una opinión apresurada puede llegar a impedir que desarrollemos algo importante, simplemente por no recordar que “por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado” (Mateo 12:37). Es por ello que debemos recordar el mandato bíblico: “Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno” (Colosenses 4:6).
 
No hablar por hablar, sino para edificar; eso debería caracterizar al creyente en Cristo.
 

 
 
17 de junio de 2025

 
LA OBEDIENCIA DA ESTABILIDAD
 
1 Samuel 13:13-14 Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tú Dios que él te había ordenado; pues ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre. Mas ahora tu reino no será duradero.
 
 
En medio de un mundo donde cada uno obra apresuradamente según su criterio, el cristiano auténtico busca obrar pacientemente en obediencia a la voluntad de Dios; porque esta es lo único que le da verdadera estabilidad y permanencia a su obra.
 
Aunque al final el reinado de Saúl duró aproximadamente los mismos años que el de David, no se le confirmó a su descendencia para siempre, como si se hizo con la descendencia del rey David. El apresuramiento de Saúl por ofrecer sacrificios a Dios sin esperar a Samuel, solo porque vio que el pueblo se le desertaba del lugar convocado para la guerra, le trajo como consecuencia que su reino no fuera confirmado por Dios a sus descendientes.
 
Esta visión del momento, sin pensar en las consecuencias a largo plazo, es lo que caracteriza a la presente generación. Pero, además, a ello se le suma el pensamiento relativista, que tiende a distorsionar lo que Dios establece; por lo cual cada uno tiende a interpretar todo como desea, o como le interesa; y así hace como Saúl, quien actuó según su forma de pensar, dejándose llevar por la presión del momento y desobedeciendo a Dios.
 
Si queremos que nuestros actos tengan resultados permanentes, debemos dirigirlos según lo que Dios manda. Esto es especialmente importante al hablar de la vida eterna; ya que muchos piensan, equivocadamente, que deben ser llevados al cielo porque fueron sinceros en su comportamiento, o en su vida religiosa; así ello no concuerde con la exigencia bíblica de arrepentimiento y fe en Jesucristo.
 
No, Dios no recibe algo fuera de lo que Él mismo manda; porque el desobedecerlo, así como se lo dijo Samuel a Saúl, Dios lo ve cómo actuar locamente. La familia, el trabajo, los negocios, el ministerio y todo lo demás debemos desarrollarlo conforme a la voluntad de Dios, no locamente, sino por la fe en Cristo; si queremos que de fruto para vida eterna.
 

 
 
16 de junio de 2025

 
VIDA EJEMPLAR
 
1 Samuel 12:23-24 Así que, lejos sea de mí que peque yo contra Jehová cesando de rogar por vosotros; antes os instruiré en el camino bueno y recto. Solamente temed a Jehová y servidle de verdad con todo vuestro corazón
 
 
Así los demás tengan actitudes que no concuerdan con la voluntad de Dios, no debemos dejar de orar por ellos, ni dejar de darles ejemplo de rectitud conforme a la Palabra de Dios.
 
La actitud rebelde de los Israelitas, renunciando a dejarse guiar exclusivamente por Dios, para pedir un rey como los de las demás naciones, no fue excusa para que Samuel dejara de orar por ellos.
 
Es más, Samuel los siguió confrontando hasta su muerte con su vida ejemplar, mostrándoles lo que sucede cuando alguien se somete enteramente al dominio de Dios; y, en este pasaje, en una especie de discurso de despedida, luego de haber sido profeta, sacerdote y juez por años, los retó a que le dijeran si tenían algo que reprochar de su comportamiento; y de forma respetuosa ellos “dijeron: Nunca nos has calumniado ni agraviado, ni has tomado algo de mano de ningún hombre” (1 Samuel 12:4).
 
¡Qué tremendo resultado se puede ver cuando alguien se rinde por entero al Señor! Porque no solo les dio ejemplo de santidad sino también de misericordia, al seguir orando por ellos a pesar de saber que ellos quisieron zafarse del reinado directo de Dios sobre sus vidas.
 
No basta con hacer el bien, hay que tratar de influir en los demás para que también se sometan al señorío de Cristo. Pero si, por el contrario, los demás deciden vivir bajo su propia opinión, desechando lo revelado por Dios en su Palabra; aun así, debemos seguir orando por ellos, para que algún día el Señor les muestre lo que hay detrás de su actitud.
 
Ante la necedad de las personas del mundo, al negarse a servir a Dios, respondamos con oración continua por ellos y con una vida piadosa que los oriente hacia Cristo.
 

 
 
15 de junio de 2025

 
INDIGNACIÓN ESPIRITUAL
 
1 Samuel 11:5-6 Y he aquí Saúl que venía del campo, tras los bueyes; y dijo Saúl: ¿Qué tiene el pueblo, que llora? Y le contaron las palabras de los hombres de Jabes. Al oír Saúl estas palabras, el Espíritu de Dios vino sobre él con poder; y él se encendió en ira en gran manera.
 
 
Al saber del sufrimiento injusto de otros, y teniendo la autoridad espiritual para confrontar la maldad, el siervo de Dios puede llenarse de indignación; pero solo si esto sirve para obrar justamente en el Señor.
 
Sin que Saúl hubiese empezado a ejercer sus funciones como rey, estando ocupado con el ganado, supo de las amenazas de los amonitas a los habitantes de la ciudad de Jabes. Se enteró de cómo les pidieron que cada uno se sacara el ojo derecho, para no exterminarlos y someterlos bajo su dominio; y esto, según la Biblia, sirvió como circunstancia ideal para que Saúl fuera lleno del Espíritu de Dios en batalla, llevándole a una ira santa que lo impulsara a salir en defensa del pueblo de Dios.
 
Sin lugar a dudas el pueblo de Dios de hoy, los creyentes en Cristo Jesús, no están llamados a luchar físicamente contra ninguna persona; pero, aun así, están capacitados por el mismo Espíritu de Dios para indignarse ante las injusticias que hacen daño a otros seres humanos y que afrentan la santidad de Dios.
 
Difícilmente una persona al llenarse de ira lo hace de forma santa, porque para ello debe hacerlo por el motivo correcto, de la forma correcta, en la intensidad correcta, con la duración correcta y contra la persona correcta; y esto solo lo hace Dios con su ira santa. Pero, cuando la Escritura dice que el mismo Espíritu Santo llenó de ira a un siervo de Dios, proclama que esta indignación poseía la justa medida divina.
 
Si nos cuesta indignarnos por el pecado nuestro, por la maldad de la humanidad y por la injusta rebeldía del ser humano ante Dios, tal vez no estemos llenos del Espíritu Santo; porque Su santidad nos lleva a aborrecer el pecado, tal como Él lo aborrece.
 
De cada cristiano debería decirse, así como se escribió de Cristo: “El celo de tu casa me consume” (Juan 2:17).
 

 
 
14 de junio de 2025

 
NECESIDAD DEL PODER DE DIOS
 
1 Samuel 10:6-7 Entonces el Espíritu de Jehová vendrá sobre ti con poder, y profetizarás con ellos, y serás mudado en otro hombre. Y cuando te hayan sucedido estas señales, haz lo que te viniere a la mano, porque Dios está contigo.
 
 
La capacidad especial que Dios da a quienes llama a servirles es indispensable para que puedan cumplir su misión, porque de lo contrario se desviarían del propósito y escasearían sus recursos.
 
Saúl, aquel hombre al cual Dios le dijo a Samuel que ungiera, cumplía con las expectativas humanas del pueblo; ya que “Samuel dijo a todo el pueblo: ¿Habéis visto al que ha elegido Jehová, que no hay semejante a él en todo el pueblo? Entonces el pueblo clamó con alegría, diciendo: ¡Viva el rey!” (1 Samuel 10:24). Pero esto no era suficiente para gobernar.
 
Además de parecer el ideal, Saúl debía ser capacitado por Dios; y por ello Samuel no solo lo ungió con aceite, como símbolo de su llamado a ser rey, sino que también le anunció su encuentro con el Espíritu de Dios, para resaltarle su necesidad de Él. Así, bajo la guía y el poder sobrenatural del Señor, Saúl podría hacer “lo que le viniere a la mano”; porque Dios estaba con él.
 
Hoy sabemos que al final Saúl terminó obrando bajo su criterio y no por la guía del Espíritu Santo; pero ese evento especial, en el que fue marcado por capacidades especiales de Dios, nos debe recordar que estas son solo para hacer la voluntad del Señor y no para nuestro propio beneficio.
 
Lo acontecido sobre Saúl nos debe impulsar a depender enteramente del poder de Dios por medio de su Espíritu; porque los talentos, capacidades, dones y destrezas humanas no son suficientes para agradar a Dios con nuestra vida; pues todo ello debe ser tomado, dirigido y usado poderosamente por el Espíritu de Dios a través de la sujeción obediente a Su Palabra.
 
Recuerde que Cristo lo ratificó enfáticamente: “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer” (Juan 15:5).
 

 
 
13 de juno de 2025

 
DIOS ESCOGE Y RESPONDE POR MISERICORDIA
 
1 Samuel 9:16-17 Mañana a esta misma hora yo enviaré a ti un varón de la tierra de Benjamín, al cual ungirás por príncipe sobre mi pueblo Israel, y salvará a mi pueblo de mano de los filisteos; porque yo he mirado a mi pueblo, por cuanto su clamor ha llegado hasta mí. Y luego que Samuel vio a Saúl, Jehová le dijo: He aquí éste es el varón del cual te hablé; éste gobernará a mi pueblo.
 
 
Para el cristiano auténtico las soluciones a los problemas siempre vienen como consecuencia de la misericordia de Dios; porque por esa misma razón es que el Señor lo escogió para que le conociera y le sirviera por medio de Jesucristo.
 
Cuando Samuel recibió a Saúl y le pidió que no se afanara más, en la búsqueda de las asnas que se le habían perdido a su padre, le insinuó que Dios tenía grandes cosas para él y para su familia; y esto lo hizo porque anticipadamente el Señor le había ordenado que ungiera a Saúl como rey. Ante esto Saúl respondió: “¿No soy yo hijo de Benjamín, de la más pequeña de las tribus de Israel? y mi familia ¿no es la más pequeña de todas las familias de la tribu de Benjamín? ¿Por qué, pues, me has dicho cosa semejante?” (1 Samuel 9:21).
 
Saúl no se consideraba digno de ser rey; y aun así Dios lo escogió. Lo más impactante es que Dios lo escogió para librar de los filisteos al pueblo de Israel, a pesar de que los israelitas habían menospreciado el señorío y la protección de Dios cuando pidieron un rey. De esta forma se revela que el Señor actuó por pura misericordia.
 
Hoy sigue siendo igual; por misericordia especial, denominada gracia salvadora, Dios escoge del mundo a hombres y mujeres para que le sigan por medio de la fe en Jesucristo; y, al mismo tiempo, siendo conscientes del favor divino, los individuos llamados por el Señor se mueven en la gracia de Dios y por la gracia de Dios, apelando a Su misericordia para que les sea concedido lo que necesitan.
 
Ciertamente, debemos actuar para conseguir; pero aún nuestro actuar voluntario, cuando estamos en Cristo, es dirigido por la gracia divina, para concedernos de forma misericordiosa lo que necesitamos; así como Saúl fue llevado por Dios ante Samuel por medio de su búsqueda diligente de las asnas de su padre.
 
Si usted reconoce que Dios lo escogió por misericordia, entonces apelará a ella con fe para orar conforme lo mandó el Señor Jesús: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá” (Mateo 7:7).
 

 
 
12 de junio de 2025

 
CAMBIANDO A DIOS POR LOS HOMBRES
 
1 Samuel 8:7-9 Y dijo Jehová a Samuel: Oye la voz del pueblo en todo lo que te digan; porque no te han desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos. Conforme a todas las obras que han hecho desde el día que los saqué de Egipto hasta hoy, dejándome a mí y sirviendo a dioses ajenos, así hacen también contigo. Ahora, pues, oye su voz; mas protesta solemnemente contra ellos, y muéstrales cómo les tratará el rey que reinará sobre ellos.
 
 
Por más ordenado, productivo, humanitario y bien enfocado que sea un gobierno, siempre será imperfecto y revelará como la humanidad prefiere la opresión del hombre en lugar del gobierno de Dios.
 
Samuel, cuando recibió la orden de Dios de darles rey, usó las palabras más adecuadas para describirles a los israelitas las opresiones a las que los sometería un rey; pero, aun así, el pueblo le dijo: “No, sino que habrá rey sobre nosotros; y nosotros seremos también como todas las naciones, y nuestro rey nos gobernará, y saldrá delante de nosotros, y hará nuestras guerras (1Samuel 8:19-20). El deseo de ellos era ser como los demás, olvidando el favor especial de Dios sobre ellos.
 
Claro, el pueblo usó como excusa el hecho de que los hijos de Samuel no fueron como su padre, sino que ellos “se volvieron tras la avaricia, dejándose sobornar y pervirtiendo el derecho” (1Samuel 8:3). Seguramente se quejaron de que otra vez no habría alguien que los ordenara y se olvidaron que Dios mismo les había dado un orden a través de Su ley.
 
Hoy no existe la monarquía; y donde se ostenta, por lo general, es más como un ejercicio diplomático, pues no se da al estilo imperial antiguo. Pero, aún hoy, con la democracia establecida en la mayoría de los países, y a pesar de las ventajas de ella sobre los otros tipos de gobierno, se sigue prefiriendo a los hombres antes que a Dios.
 
Hoy es normal escuchar que un líder sea políticamente correcto, aunque su vida sea moralmente un desastre; hoy la mayoría enseña que en la política no hay moral, que no hay bueno ni malo, solo lo conveniente o lo inconveniente. Pero, como la ley moral de Dios es para todo ser humano, hoy el Señor también puede decir: “a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos”.
 
¿Confía usted en la dirección de una persona más que en la de Dios a través de Su Palabra? Recuerde que Jesucristo es el verdadero Señor y Rey que debe gobernar nuestras vidas.
 

 
 
11 de junio de 2025

 
ARREPENTIRSE Y VOLVER A DIOS
 
1 Samuel 7:3 Habló Samuel a toda la casa de Israel, diciendo: Si de todo vuestro corazón os volvéis a Jehová, quitad los dioses ajenos y a Astarot de entre vosotros, y preparad vuestro corazón a Jehová, y sólo a él servid, y os librará de la mano de los filisteos.
 
 
El creyente en Cristo sabe que su arrepentimiento no es una simple expresión verbal, o un mero sentimiento de tristeza en su alma, ni mucho menos la sola lamentación de la consecuencia del pecado en su vida; el cristiano sabe que arrepentirse consiste en abandonar todo lo que Dios aborrece, para así correr con todo su ser hacia el Señor.
 
El pueblo de Israel había sufrido mucho a manos de los filisteos y seguramente se lamentaban por saber que esto era a causa de su infidelidad para con el Señor; pero cuando Samuel, un verdadero siervo de Dios, se levantó a juzgar en medio de ellos, él no les mostró expresiones de lastima o conmiseración, sino que fue directamente a la raíz de su mal diciéndoles: “Si de todo vuestro corazón os volvéis a Jehová”.
 
Volverse a Jehová, entonces, significa: Darle todo el corazón a Él, quitar todo ídolo que compita con Él en nuestro corazón y vivir para servirle al Señor; solo así seremos realmente librados por el Señor, así como los israelitas fueron librados de los filisteos.
 
¿Que hay en nuestro corazón?, ¿Quién o qué gobierna nuestra alma?, ¿Para quién o para qué trabajamos en esta vida? Si nos hacemos estas preguntas con sinceridad, teniendo en cuenta la variedad de respuestas que deberíamos identificar, encontraremos que la mayoría de las personas viven esclavizadas a cosas y personas que nunca les podrán dar la libertad espiritual que solo Cristo puede dar a quién le sirve. Es por ello que la mayoría viven afligidos, así como los israelitas vivían bajo afligidos por los filisteos.
 
Jesús dejó fue claro sobre lo que sucede en una vida sin verdadero arrepentimiento, al decir: “De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado” (Juan 8:34). Al mismo tiempo, el Señor mostró que la solución es confiar de todo corazón en Él, al decir: “Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres” (Juan 8:36).
 

 
 
10 de junio de 2025

 
DIOS DOBLEGA CORAZONES ENDURECIDOS
 
1 Samuel 6:6 ¿Por qué endurecéis vuestro corazón, como los egipcios y Faraón endurecieron su corazón? Después que los había tratado así, ¿no los dejaron ir, y se fueron?
 
 
Dios mismo dirige, por medio de las circunstancias adversas, a quien no desea hacer Su voluntad; aún sin transformarlo internamente. Por ello de nada sirve endurecerse ante el Señor, pues eso solo hace que se acumule Su justa ira para el día del juicio.
 
Los filisteos aún recordaban las plagas con las que Dios doblegó al Faraón para sacar a los israelitas de Egipto; y esto les sirvió de referente para entender sus circunstancias adversas. Ellos, a pesar de su rebeldía contra Dios y de sus prácticas religiosas paganas, pudieron identificar el castigo divino sobre sus vidas por haber robado el arca del pacto a los judíos.
 
En la actualidad muchos de los que profesan conocer al Dios de la Biblia se oponen al concepto bíblico del castigo divino para someter a la humanidad en rebeldía; alegan que un Dios bueno no puede determinar circunstancias de este tipo para Sus criaturas. Pero la Biblia muestra que un Dios verdaderamente bueno debe mantener el control sobre Su creación, impidiendo que la maldad se desborde.
 
La mayoría de las veces, los más alejados del cristianismo, no se llegan a cuestionar esta realidad del control divino sobre los acontecimientos catastróficos como juicio por el pecado; y, paradójicamente, confirman así el cumplimiento del objetivo por el cual Dios somete a juicio al corazón rebelde a través de Su poder sobre toda la tierra (Rom.9:17).
 
Recuerde que Dios es glorificado en el corazón arrepentido, porque es Él mismo quien lo transforma para que se entregue a Cristo; pero también Dios se glorifica al someter a juicio a aquel que se endurece y no se arrepiente, “para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre” (Fil.2:10-11).
 

 
 
09 de junio de 2025

 
LA PRESENCIA DE DIOS PARA JUZGAR
 
1 Samuel 5:11 Y enviaron y reunieron a todos los príncipes de los filisteos, diciendo: Enviad el arca del Dios de Israel, y vuélvase a su lugar, y no nos mate a nosotros ni a nuestro pueblo; porque había consternación de muerte en toda la ciudad, y la mano de Dios se había agravado allí.
 
 
El cristiano bíblico sabe que el mismo Señor que lo salvó a través de Jesucristo, es también quien juzgará el mundo por medio de Él; por ello se goza en saber que la misma presencia de Dios que lo debía fulminar por su pecado, ahora lo sustenta en arrepentimiento y fe.
 
¡Filisteos en caos y destrucción!, eso fue lo que se produjo cuando ellos se robaron el arca del pacto que servía de mecanismo para que Dios morara en medio de Su pueblo. Era la misma arca desde la que Dios se comunicaba milagrosamente a favor de Israel; pero ahora, de forma prodigiosa, no comunicaba salvación sino juicio; trajo enfermedades en medio de los filisteos y hasta decapitó e hizo que se postrara la estatua de un “dios” pagano llamado Dagón. (1 Samuel 5:4).
 
Estos hechos históricos fueron demasiado prodigiosos para atribuírselos a la mentalidad supersticiosa de los filisteos; es más, pasaron el arca de lugar en lugar para encontrar donde conservarla sin tener que devolverla, pero Dios estaba en medio de ellos para juzgarlos.
 
Un predicador resumió su mensaje así: “La buena noticia, es que Dios está en medio de nosotros; y la mala noticia, es que Dios está en medio de nosotros; depende de qué lado estás”. Esto fue, ha sido y será siempre así; ya que el cielo es cielo porque los que sean salvados podrán disfrutar por la eternidad del favor especial de Dios; pero también, el infierno es infierno porque los que sean condenados sufrirán eternamente la Ira del justo juicio del Señor.
 
Los salvos en el cielo y los condenados en el infierno, ambos pecaron, ambos sintieron el llamado de su conciencia, ambos tuvieron las evidencias del creador a través de la creación y ambos, de una u otra forma, alcanzaron a escuchar el mensaje del evangelio de Jesucristo; pero solo los que se negaron a sí mismos, arrepintiéndose de su maldad y corriendo hacia Dios en obediencia, verán como bendición la eternidad con el Señor.
 
¿De qué lado está usted? Si en vida solo puede sentirse seguro en Cristo, rechazando todo argumento humano para justificarse a sí mismo, entonces será salvo cuando Cristo vuelva para juzgar el mundo.
 

 
 
08 de junio de 2025

 
DIOS ES LA GLORIA DE SU PUEBLO
 
1 Samuel 4:21-22 Y llamó al niño Icabod, diciendo: ¡Traspasada es la gloria de Israel! por haber sido tomada el arca de Dios, y por la muerte de su suegro y de su marido. Dijo, pues: Traspasada es la gloria de Israel; porque ha sido tomada el arca de Dios.
 
 
El verdadero pueblo de Dios lucha más por deleitarse en su Señor y obedecerlo, que por cualquier otra cosa; porque sabe que confundir la gloria de la presencia de Dios con las bendiciones que ella otorga, hace que Dios esté fuera de la vida real de quienes lo invocan.
 
Prácticamente al mismo tiempo murieron Ofni y Finess (los sacerdotes hijos de Elí), Elí y la mujer de Finess. Los dos primeros en batalla, el segundo al recibir la noticia de la muerte de sus hijos y la mujer mientras daba luz a Icabod, pero también al recibir la noticia.
 
Se cumplió la sentencia divina que pendía sobre la familia sacerdotal que estaba profanando con su pecado el servicio a Dios; pero al mismo tiempo también se castigó la desobediencia del pueblo de Dios con el destierro del arca del pacto, a través de la cual Dios moraba en medio de ellos. Es por ello que la mujer de Finess llamó Icabod a su hijo, porque su nombre significa: La gloria ha partido, siendo traspasada o desterrada.
 
La gloria de Dios en medio de Su pueblo no consiste en que este esté lleno de victorias humanas; consiste en que el Señor habite en medio de él. Israel confundió las bendiciones con el bendito; y hoy en día muchos de los que se llaman cristianos hacen lo mismo.
 
No importando las circunstancias adversas, el cristiano sabe que lo realmente importa es su relación con Dios por medio de la fe en Jesucristo; porque entiende que el sacrifico de Cristo le dio libre acceso al Padre y ve gloriosa la presencia de Dios a través del Espíritu Santo en su vida, luchando todos los días por deleitarse en ella más que en el mundo.
 
Ahora, la pregunta para usted es: ¿Dios realmente es su gloria?
 

 
 
07 de junio de 2025

 
OÍR A DIOS COMO UN NIÑO OBEDIENTE
 
1 Samuel 3:10-12 Y vino Jehová y se paró, y llamó como las otras veces: ¡Samuel, Samuel! Entonces Samuel dijo: Habla, porque tu siervo oye.  Y Jehová dijo a Samuel: He aquí haré yo una cosa en Israel, que a quien la oyere, le retiñirán ambos oídos. Aquel día yo cumpliré contra Elí todas las cosas que he dicho sobre su casa, desde el principio hasta el fin.
 
 
Cuando el corazón se despoja de toda jactancia humana, y simplemente desea oír y obedecer lo que Dios habla en su Palabra, la gloria del Señor resplandece y el pecado del hombre queda al descubierto.
 
Sorprendentemente, Elí no detuvo la maldad de sus hijos, quienes ejercían el sacerdocio de forma corrupta (1 Samuel 2:12-17, 22); y cuando les habló, “ellos no oyeron la voz de su Padre” (1 Samuel 2:25) que hacía eco del juicio de Dios sobre sus vidas. Pero el pequeño Samuel, no solo oyó la voz de Dios, a pesar de no reconocerla las tres primeras veces; sino que además, siguiendo la orientación de Elí para la última ocasión, pudo conocer y obedecer al Señor.
 
Que paradójico, los que tenían la edad y le debían obediencia plena a Elí, sus hijos, no se quisieron someter al Señor; pero el que no parecía tener edad y no era pariente de sangre de Elí, Samuel, si se sometió por completo al Señor; a pesar de lo difícil del mensaje que se le dio.
 
¡Cuántos hoy dicen oír a Dios! Pero muy pocos realmente lo están escuchando con el corazón sumiso y entregado que el Señor le dio a Samuel. Muchos escuchan su propio corazón lleno de pecado, o sus argumentos humanos, o lo que el mundo les ha enseñado sobre Dios y su voluntad; y creen que realmente han oído al verdadero Dios.
 
Solo quien viene arrepentido por su pecado, a oír obedientemente la voluntad del Señor, es quien tiene un corazón transformado para Cristo; sobre él se ratifica lo que Jesús enseñó, al ver que los niños se le acercaban: “el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él” (Marcos 10:15).
 

 
 
06 de junio de 2025

 
DIOS ES QUIEN MÁS DA
 
1 Samuel 2:20-21 Y Elí bendijo a Elcana y a su mujer, diciendo: Jehová te dé hijos de esta mujer en lugar del que pidió a Jehová. Y se volvieron a su casa. Y visitó Jehová a Ana, y ella concibió, y dio a luz tres hijos y dos hijas. Y el joven Samuel crecía delante de Jehová.
 
 
Cuando le damos algo al Señor, por el solo hecho de honrarle y glorificarle, Él se desborda en bendición sobre nosotros. Sea con lo mismo, o con abundancia espiritual, Él nunca se dejará ganar en generosidad; porque Su naturaleza es dar abundantemente.
 
Ana entregó a su hijo Samuel recién destetado, conforme lo había prometido al Señor; y su actitud gozosa sobresale en la oración que quedó registrada en 1 Samuel 2:1-10. Ella no se desprendió de Samuel con tristeza, así fuera su único hijo, recibido como resultado de la respuesta de Dios a su oración; ella sabía que debía honrar al Señor y por ello Dios la “visitó” dándole cinco hijos más.
 
Ese es el Dios de la Biblia, del cual, al hablar sobre pedirle sabiduría, se escribió que Él “da a todos abundantemente y sin reproche” (Santiago 1:5). Es el mismo Dios “que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros”; por lo cual se deduce: ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?” (Romanos 8:32).
 
¿Cómo negarnos a entregarle algo de nuestra vida a un Dios tan generoso? ¿Cómo negarnos a entregarle toda nuestra vida a un Dios que sacrificó a Su propio Hijo por salvarnos? ¿Cómo dudar de Su buen propósito de bendecirnos cuando nos demanda que renunciamos a algo, o a alguien? No olvidemos que Él le dio cinco hijos más a Ana, luego de que ella le consagrara a Samuel.
 
No debemos olvidar que Dios es rico en generosidad, para que “No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos” (Gálatas 6:9).
 

 
 
05 de junio de 2025

 
ORAR PARA DAR A DIOS
 
1 Samuel 1:26-28 Y ella dijo: ¡Oh, señor mío! Vive tu alma, señor mío, yo soy aquella mujer que estuvo aquí junto a ti orando a Jehová. Por este niño oraba, y Jehová me dio lo que le pedí. Yo, pues, lo dedico también a Jehová; todos los días que viva, será de Jehová. Y adoró allí a Jehová.
 
 
Cuando se ora realmente, no se pide solo para satisfacer los deseos; se pide para agradar y glorificar a Dios. Es por ello que el cristiano solo debe pedir lo que es conforme a la voluntad de Dios, para que pueda dedicárselo a Él.
 
Ana oró y lloró delante de Dios al pedir que le diera un hijo; pero junto con su petición, ella prometió: “Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza” (1 Samuel 1:11).
 
Como Ana, todos tenemos peticiones para hacer delante de Dios; y todos debemos sentir la necesidad de lo que pedimos, para poder clamar con fervor delante del Señor. Pero, al mismo tiempo, debemos estar dispuestos a dedicar al Señor lo que recibimos de Él; porque de lo contrario no sería para la gloria de Dios, sino para la nuestra.
 
Ya sean hijos, pareja, trabajo, salud, logros o bienes; siempre debemos estar dispuestos a entregárselos al Señor, cuando los recibamos como respuesta a nuestra oración. Nuestra petición debe llevar incluido el compromiso de consagrar a Dios lo que recibimos.
 
Reflexionemos ¿Realmente glorificamos al Señor con lo que Él nos da? Si es así, como Ana podremos decir: “Jehová me dio lo que le pedí.  Yo, pues, lo dedico también a Jehová; todos los días que viva, será de Jehová”.
 

 
 
 

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