Herederos de Dios y Coherederos con Cristo (Romanos 8:16-17)
HEREDEROS DE DIOS EN CRISTO
"El Espíritu mismo da testimonio a nuestro
espíritu, de que somos hijos de Dios.
Y si hijos, también herederos; herederos de
Dios y coherederos con Cristo" (Ro.8:16-17)
SOBREABUNDANTE GRACIA EN CRISTO
"en quien tenemos redención por su sangre,
el perdón de pecados según las riquezas de
su gracia, que hizo sobreabundar para con
nosotros en toda sabiduría e inteligencia" (Ef.1:7-8)
QUE LA GRACIA REINE Y NO EL PECADO
"la ley se introdujo para que el pecado
abundase; mas cuando el pecado
abundó, sobreabundó la gracia; para que...
la gracia reine ...mediante Jesucristo" (Rom.5:20-21)


 
23 de abril de 2025

 
ESTORBO A LA ORACIÓN
 
Josué 7:10-11 Y Jehová dijo a Josué: Levántate; ¿por qué te postras así sobre tu rostro? Israel ha pecado, y aun han quebrantado mi pacto que yo les mandé; y también han tomado del anatema, y hasta han hurtado, han mentido, y aun lo han guardado entre sus enseres.
 
 
Las consecuencias del pecado no solo deben tratarse con una oración humilde, también se necesita una confesión plena, voluntaria y arrepentida por el pecado; porque de lo contrario estaríamos desagradando al Señor.
 
Un solo hombre de Israel desobedeció la orden de no tomar nada del pueblo que derrotaron en batalla; y, por esa sola falla, en la siguiente confrontación fueron derrotados. Josué, desconociendo la falla, manifestó a Dios su dolor por la derrota; pero el Señor en vez de simplemente consolarlo, pasando por alto el pecado, le llamó la atención para que corrigiera públicamente al ofensor; ya que este no solo se había visto afectado personalmente, sino que también había afectado a toda la nación.
 
Esto nos enseña a pensar en conjunto; sin desconocer que lo que le hace crecer espiritualmente a cada uno, también le ayuda los que le rodean. Pero, de igual forma, hay que reconocer que la desobediencia de uno solo, trae malas consecuencias sobre los que andan con él. No existe tal cosa como “es mi vida, yo no le hago daño a nadie con mi pecado”; porque siempre terminaremos por afectar a los que nos rodean.
 
Como creyentes debemos orar al ver que sufrimos derrotas; pero, al mismo tiempo, debemos examinar nuestras vidas, para saber si Dios solamente nos está dejando sufrir las consecuencias de nuestros pecados no confesados, o si es que alguno de nuestros más cercanos nos está afectando con sus desobediencias.
 
¡Aprovechemos los fracasos para corregirnos y para ayudar a que otros se corrijan; y así el Señor nos bendecirá abundantemente en Cristo! Nuestro Salvador no vino solo para darnos acceso a la vida eterna, también vino para rescatarnos del pecado y de sus consecuencias.
 

 
 
22 de abril de 2025

 
FE PROCLAMADA
 
Josué 6:20 Entonces el pueblo gritó, y los sacerdotes tocaron las bocinas; y aconteció que cuando el pueblo hubo oído el sonido de la bocina, gritó con gran vocerío, y el muro se derrumbó. El pueblo subió luego a la ciudad, cada uno derecho hacia adelante, y la tomaron.
 
 
Cuando el creyente proclama lo que Dios le manda, no solo demuestra su fe en el Señor, su proclamación sirve para que Dios use esa fe para Su gloria.
 
Dar una vuelta alrededor de los muros de Jericó durante seis días; y dar siete vueltas el séptimo día, gritando en la vuelta final; esa fue la forma en que Dios les entregó esta ciudad fortificada a los israelitas. Ninguna estratega militar de esos días, ni de la actualidad, hubiera mandado algo así; porque el mundo no entiende el poder de un pueblo que proclama a gran voz lo que Dios les ha dado a creer.
 
Aunque los israelitas no entendían la forma en que Dios iba a actuar, obedecieron fielmente las órdenes del Señor; no sabían que efecto tendría lo que Dios les mandaba a gritar, pero aun así lo hicieron confiadamente. Así mismo, pero mejor aún, debería ser la proclamación victoriosa del evangelio en este mundo amurallado por el pecado; porque solo así caerán las barreras de la humanidad, al escuchar el evangelio de personas convencidas y apasionadas por Jesús.
 
Sabemos más de lo que supieron los israelitas que tomaron Jericó y entendemos más que ellos; por ello debemos estar más agradecidos y ser más obedientes. Por medio de la fe, a través de la Biblia, se nos ha dado a conocer a Jesús; a través de la obra del Espíritu Santo en nuestros corazones se nos ha dado la gracia para arrepentirnos de nuestra tendencia pecaminosa y para confiar plenamente en la obra redentora del salvador; pero nos falta proclamarlo más apasionadamente, con más constancia y mayor entrega; así como gritaron los israelitas en Jericó.
 
¡Que el fervor de nuestro corazón por conquistar el mundo para Cristo sea más grande que el de los israelitas que derribaron las murallas de Jericó con sus voces por el poder de Dios!
 

 
 
21 de abril de 2025

 
CESE DEL MANÁ
 
Josué 5:12 Y el maná cesó el día siguiente, desde que comenzaron a comer del fruto de la tierra; y los hijos de Israel nunca más tuvieron maná, sino que comieron de los frutos de la tierra de Canaán aquel año.
 
 
Cuando la misericordia de Dios ya no nos provee como antes, no es porque Él se olvide de sus hijos, sino que lo hace para mostrarnos que ya estamos listos para luchar en Su nombre; y de esta manera nos impulsa.
 
Es muy irónico ver como el pueblo, que prácticamente renegó por el maná, terminó por acostumbrarse a ser sostenido por él; aunque hay que aclarar que la generación que había salido de Egipto, cuarenta años atrás, ya había fallecido; y esta nueva generación se había levantado comiendo el maná que Dios proveía de forma milagrosa y misericordiosa.
 
Pero también hay que resaltar que, a esta generación, a la que comandaba Josué, no le costó cambiar el modo de vida tranquilo que tenían, en el que la comida caía del cielo, por una vida de batalla, donde había que luchar para obtener el alimento; pues así al final no se llegaran a guerras contra algún pueblo de Canaán, de todas formas, debían trabajar la tierra, cuidarla y hacerla producir, si querían tener algo para comer; porque el maná había cesado.
 
Nada de lo que Dios nos envía en esta vida permanece para siempre; porque, aunque Su amor y gracia en Jesucristo son eternos, Su proceso de santificación en nuestras vidas es continuo y requiere que obre en cada tiempo según nuestra necesidad. Si queremos que Dios nos bendiga en muchas áreas, debemos estar dispuestos a que continuamente nos cambie las circunstancias en las cuales vivimos, para ser moldeados en todos los aspectos.
 
Algunos se quejan y hasta le reclaman al Señor cuando pierden su trabajo, o cuando deben mudarse, o si sus amistades los abandonan, o cuando sencillamente las cosas dejan de pasar como venían sucediendo en sus vidas; pero muy posiblemente Dios los está moviendo de su comodidad, les está impulsando a cambiar; y seguramente los está promoviendo a algo mejor, solo que ahora deben luchar en Su nombre y no simplemente esperar a que las cosas les lleguen por si solas.
 
¡El cristiano verdadero no reniega por lo que dejó de recibir, sino que lucha en el nombre de Jesús por lo que Dios le tiene preparado! “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó” (Romanos 8:37).
 

 
 
20 de abril de 2025

 
RECORDAR EL MILAGRO
 
Josué 4:20-22 Y Josué erigió en Gilgal las doce piedras que habían traído del Jordán. Y habló a los hijos de Israel, diciendo: Cuando mañana preguntaren vuestros hijos a sus padres, y dijeren: ¿Qué significan estas piedras? declararéis a vuestros hijos, diciendo: Israel pasó en seco por este Jordán.
 
 
Es bueno recordar las maravillas que Dios ha hecho en nuestras vidas, para que nuestras familias sean edificadas en la fe y para que nunca olvidemos que Dios es poderoso para salvarnos.
 
Las doce piedras que el Señor le mandó a recoger a Josué debían ser del mismo lugar donde se quedaron parados los sacerdotes, con el arca, en el lecho del río; dichas piedras eran un testimonio real de como se había detenido su cauce, dejando pasar en seco al pueblo de Israel, y de cómo el Señor controla cada aspecto de Su creación en favor de aquellos que le sirven obedientemente; porque confían en que Él los salva.
 
De igual modo, tener recuerdos físicos de situaciones adversas en las cuales Dios ha mostrado Su mano poderosa para salvarnos es algo que alimenta la fe. Pero esto no se trata de tener un fetiche o un ídolo, sino de mantener fresco el recuerdo de victorias pasadas, para mantenernos en batallas presentes y proyectarnos a luchas futuras.
 
Y como la mayor hazaña que Dios hace en un individuo es transformar su corazón para que le ame, le crea y le sirva conforme al evangelio de Jesucristo, el recordatorio más adecuado es aquel que nos mantenga esto vivo en la memoria. Es por ello que los cristianos se llenan de canciones que proclaman el evangelio, obras de artes que ilustran el evangelio, libros que profundizan en el evangelio y películas que presentan el evangelio; no porque desconfíen de lo que Dios hizo, sino por no dejar de retomar fuerzas del poder milagroso del Señor.
 
Y es por ello que no se puede concebir a un cristiano verdadero que no posea una Biblia; porque así la hubiera memorizado por completo, le sirve de recordatorio para él y le es útil como herramienta para enseñar a su familia.
 
¿Mantiene usted vivo el milagro de la salvación en Cristo acudiendo a diario a la “roca” que nos lo presenta y recuerda, a la Biblia?
 

 
 
19 de abril de 2025

 
DIOS AL FRENTE HACE MARAVILLAS
 
Josué 3:5, 11 Y Josué dijo al pueblo: Santificaos, porque Jehová hará mañana maravillas entre vosotros. He aquí, el arca del pacto del Señor de toda la tierra pasará delante de vosotros en medio del Jordán.
 
 
Siempre que le rindamos adoración al Señor, apartando para Él nuestras vidas, Él mismo se pondrá al frente para abrirnos paso de forma milagrosa.
 
Moisés fue usado para abrir el mar rojo y Josué para abrir el río Jordán; pero a este último Dios le mandó a usar el arca del pacto, ya que esta era el objeto del tabernáculo más usado para manifestar Su presencia. La presencia del Señor al frente abrió camino para que el pueblo pasara a conquistar la tierra que Él prometió.
 
Es así como observamos que frente a los obstáculos que se ven tan grandes como un mar, o como un río crecido, se debe profundizar la relación con Dios; porque al adorarlo con pasión y servirle con entrega, le veremos actuar de forma milagrosa en nuestra vida.
 
No es bueno que actuemos como el mundo actúa al encontrarse con grandes barreras para el éxito, tratando solo de cumplir metas humanas; por el contrario, debemos evitar que nuestras metas se roben el lugar que solo el Señor debe tener en nuestra vida; y para ello debemos darlo a conocer a través de nuestro testimonio verbal de Cristo y reflejarlo con una vida santa; pues es así como Dios despliega realmente Su poderío en el ser humano.
 
Decida si dejará a Dios cruzar primero, para que sea Él quien le abra camino en medio de la dificultad; o si prefiere desenfocarse de la adoración al Señor Jesucristo, para permitir que los obstáculos le impidan atravesar cada circunstancia.
 

 
 
18 de abril de 2025

 
TEMOR DE DIOS
 
Josué 2:11-12 Oyendo esto, ha desmayado nuestro corazón…porque Jehová vuestro Dios es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra. Os ruego pues, ahora, que me juréis por Jehová, que como he hecho misericordia con vosotros, así la haréis vosotros con la casa de mi padre
 
 
La gran ventaja de temer realmente a Dios es que se le puede servir reverentemente; porque se entiende que, así como es de terrible Su juicio, es grande Su misericordia para quien se humilla en arrepentimiento ante Él.
 
Rahab, una ramera de Jericó, no se quedó solo con el temor que Dios mismo le infundió a su pueblo, al saber de los milagros poderosos con que eran respaldados los israelitas; sino que fue más allá y se atrevió a recibir a los dos espías enviados por Josué. Ella logró salvarlos de la muerte. El temor al juicio de Dios fue más grande para ella que el temor al juicio del rey de su pueblo.
 
Gran cantidad de personas se equivocan al decir que a Dios no se le debe temer. Sobre esto, el mismo Señor Jesús enseñó: “no temáis a los que matan el cuerpo, más el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno” (Mateo 10:28). Dios es digno de temer porque tiene nuestra eternidad en Sus manos.
 
Pareciera como si Rahab, habiendo vivido en el tiempo de Josué, hubiera escuchado al Señor Jesús; porque lo que hizo solo sucede cuando el temor a Dios es tan real que nos lleva a desestimar lo que nos puedan hacer los hombres, y nos impulsa a servirle y a obedecerle reverentemente a Dios. Fue así como Rahab logró ser contada como uno de los héroes de la fe (Hebreos 11:31); porque creyó que el mismo Dios al cual ella le temía, y ante el cual ella se rendía arrepentida, era el que la podía salvar.
 
Hoy también debemos temer a Dios, si queremos que Él nos salve eternamente; porque no solo se debe entender la forma en que Cristo llevó nuestro pecado, también debemos aborrecer nuestra propia vida pecaminosa. Esto solo se logra si tememos realmente a Dios; ya no porque pueda destruir nuestra familia cuando destruya nuestra ciudad, como pasó con Rahab, sino porque puede destruir nuestra alma al condenarnos por la eternidad en el infierno, como lo dejó muy claro el mismo Señor Jesús.
 
Temer a Dios es valorarlo a Él más que a cualquier otro ser, es arrepentirse por deshonrarlo y confiar en Su misericordiosa salvación a través de Jesús.
 

 
 
17 de abril de 2025

 
PROSPERIDAD BÍBLICA
 
Josué 1:8 Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.
 
 
La verdadera prosperidad nace de un corazón transformado por la Palabra de Dios; un corazón que, antes de buscar beneficios temporales, busca agradar a Dios en todo para que Él sea glorificado.
 
Esta orden de no apartarse del libro de la ley fue dada directamente por Dios a Josué, ya que, si iba a reemplazar a Moisés y a dirigir al pueblo en la conquista, debía vencer todo temor y batallar de la manera correcta; porque la única forma de alcanzar realmente la victoria es siguiendo la voluntad de Dios.
 
Para Dios no todo vale, sino solamente aquello que es conforme a Su Palabra; porque eso es lo que realmente Él prospera. En la actualidad muchos se afanan por prosperar para que todos sus planes les salgan bien sin importar la forma en que los llevan a cabo; pues, lamentablemente, para muchos, el fin justifica los medios; pero para Dios tanto los medios como el fin deben sujetarse a Su voluntad.
 
Los que profesamos haber creído en Cristo como Señor y Salvador debemos estar alerta frente a lo que se nos ofrece como prosperidad, porque no todo lo que brilla como éxito se sujeta a la Palabra de Dios. Si los mandamientos o los principios bíblicos deben olvidarse o distorsionarse para alcanzar alguna meta, dicha meta no es conforme a la voluntad de Dios; y, por más beneficios que obtengamos, no sería verdadera prosperidad.
 
Nuestra misión no es hacer todo lo que se nos muestre como próspero o exitoso, nuestra misión consiste en escudriñar las Escrituras para conocer la voluntad de Dios por la fe en Jesucristo; y así realmente prosperaremos, prosperando primeramente en nuestra alma.
 
Si escudriñamos la Biblia, meditándola, viviéndola y proclamándola todos los días, nuestras metas se amoldarán más fácilmente a la voluntad del Señor; y así tendremos Su respaldo garantizado para prosperarnos nuestro camino, y todo nos saldrá bien.
 

 
 
16 de abril de 2024

 
DIOS CUMPLE
 
Deuteronomio 34:4 Y le dijo Jehová: Esta es la tierra que juré a Abraham, a Isaac y a Jacob, diciendo: A tu descendencia la daré. Te he permitido verla con tus ojos, mas no pasarás allá.
 
 
A pesar de nuestras debilidades, cuando Dios se propone bendecirnos en Cristo, lo hace de una u otra forma; así como hizo con Moisés dejándole ver de lejos la tierra prometida.
 
Solo una falla de carácter, con la cual Moisés no glorificó al Señor, sirvió para que Dios le prohibiera la entrada a la tierra prometida; porque al que mucho se le da, mucho se le demanda. Pero de igual forma Dios honró Su promesa, mostrándole a Moisés de lejos la tierra prometida; y permitiéndole, cientos de años después de su muerte, que su alma acompañara al Señor Jesucristo en el monte donde se transfiguró (Mateo 17:1-3).
 
Algo parecido le sucedió muchos años después al rey David, quien por su carácter violento no pudo ver construido el templo que anhelaba para el Señor; pero Dios le cumplió su anhelo a través de la vida de su hijo Salomón (1 Crónicas 22:6-11).
 
Todos estos casos nos demuestran que el Señor cumple todo lo que se propone; pero que, al mismo tiempo, nuestras debilidades y desobediencias, por pequeñas que sean, obstaculizan nuestras posibilidades de ver y disfrutar de los propósitos de Dios en nosotros.
 
Nuestra labor consiste en disponer nuestras vidas para que sean moldeadas a la imagen de nuestro Salvador; pero esto no debe llevarnos a dudar del cumplimiento de lo que Él se ha propuesto a hacer en nosotros, o a través de nosotros; porque Dios es fiel, a pesar de nuestra infidelidad.
 
¡Sin ninguna duda podemos proclamar con el salmista: “Jehová cumplirá su propósito en mí”! Ya sea en nuestro tiempo, o en el de nuestros hijos, la obra de Dios se cumplirá.
 

 
 
15 de abril de 2025

 
AMOR DE DIOS A SU PUEBLO
 
Deuteronomio 33:3 Aun amó a su pueblo; Todos los consagrados a él estaban en su mano; Por tanto, ellos siguieron en tus pasos, Recibieron dirección de ti,
 
 
La simple concesión de nuestras peticiones no exhibe todo el amor del Señor; lo que realmente muestra el amor de Dios para con Sus siervos es que Él los consagre, apartándolos del mundo para hacerlos seguir Sus pasos.
 
Al inicio de esta proclamación de bendiciones sobre todas las tribus de Israel, Moisés, en el final de su vida, proclama la consagración a Dios como la prueba irrefutable de Su amor hacia ellos.
 
Aunque cada bendición profética para cada tribu era de gran importancia, la base de dichas bendiciones de Dios se encontraba en la seguridad de “estar en su mano”, para poder “andar en sus pasos”, siguiendo su “dirección”; lo cual demuestra que Dios no solo busca bendecirnos, Él busca que seamos Su bendición en esta tierra.
 
En Su amor, el Señor separa a Sus siervos por medio del evangelio de Jesucristo; y su sola consagración es la mayor bendición que ellos pueden experimentar; y es una prueba irrefutable del amor del Señor sobre sus vidas.
 
No sufriríamos tanto esperando las diferentes bendiciones que deben manifestarse sobre nuestras vidas si entendiéramos que ya estamos bendecidos en Cristo Jesús (Efesios 1:3).
 
¡Gocémonos con el hecho de ser dirigidos por Dios a través de la fe en Cristo! Porque esta es la mayor manifestación del amor del Señor que podemos tener en la vida.
 

 
 
14 de abril de 2025

 
ALABANZA APASIONADA
 
Deuteronomio 32:1-3 Escuchad, cielos, y hablaré; y oiga la tierra los dichos de mi boca. Goteará como la lluvia mi enseñanza; destilará como el rocío mi razonamiento; como la llovizna sobre la grama, y como las gotas sobre la hierba; Porque el nombre de Jehová proclamaré. Engrandeced a nuestro Dios.
 
 
El corazón de quien ama realmente a Dios siempre encuentra razones para alabarlo y proclamar Su bondad en cualquier circunstancia, especialmente por Su obra salvadora.
 
Moisés levantó este maravilloso cántico por inspiración del Espíritu de Dios y derramó por entero su alma exaltando las virtudes de Dios, a pesar de que se le había dicho que moriría sin ver la tierra prometida.
 
Moisés no dejó de alabar a Dios porque este le hubiera impedido entrar a la tierra que durante tantos años esperó poder habitar; por el contrario, Moisés sabía que no merecía entrar en ella a causa de su desobediencia, así su desobediencia hubiera sido mucho menor que la del resto del pueblo. Y por ello Moisés se contentó con que Dios le mostrara de lejos la tierra; y alabó genuinamente al Señor, tomando como base Su misericordia y Su justicia.
 
Así mismo, hoy solo se pueden escuchar alabanzas genuinas y apasionadas al Señor cuando se contempla de forma profunda la obra salvadora de Cristo en la cruz, proclamando verdaderamente los atributos de Dios.
 
Es fácil confundir la pasión por Cristo con las emociones que despiertan las notas musicales; pero, solo al pasar por adversidades y ver de lejos aquello que pensábamos obtener, es cuando realmente tenemos la oportunidad de alabar a Dios por lo que Él es y por lo que nos dio en Cristo; porque entendemos que esto es más grande que cualquier cosa que estemos anhelando en este mundo.
 
¡Sin importar sus circunstancias, alabe a Dios! Él es digno de ser alabado y proclamado con todas las fuerzas, por lo que nos ha dado en Cristo.
 

 
 
13 de abril de 2025

 
ÁNIMO DIVINO
 
Deuteronomio 31:6 Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos, porque Jehová tu Dios es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará.
 
 
Saber que Dios esta con uno, al confiar plenamente en Cristo, llena de valentía el corazón humano hasta el punto de darle fuerzas para enfrentar todo lo que antes temía.
 
Josué debía ser lo suficientemente valiente para dirigir al pueblo de Israel en la conquista, y al mismo tiempo el pueblo debía recordar que Dios estaba de su lado para luchar sin temor; porque solo la presencia de Dios vence el miedo que impide que hagamos Su voluntad.
 
Es fácil entender que nadie pierde el temor sino hasta cuando llega a sentirse seguro; pero es imposible sentirse seguro en Dios si no se cree realmente en Él. Decir que confiamos en el Señor es una cosa y actuar por medio de la fe en Él es otra; esta última es la que ratifica que Dios va con nosotros, porque así vamos venciendo todo temor en Su nombre.
 
Así como los adversarios del pueblo de Israel eran atemorizantes, las circunstancias adversas, los conflictos interpersonales, las necesidades físicas y hasta las personas que nos rodean pueden llegar a paralizarnos del miedo; pero solo nuestra confianza en Dios nos permitirá vencer en cada batalla.
 
Al creer que Cristo venció nuestros principales enemigos, el pecado, la muerte y el diablo, nuestro corazón cobra ánimo para enfrentar cualquier tipo de batalla. La razón es sencilla, llegamos a entender que el que está en nosotros es mayor que cualquier adversidad.
 
¡Animémonos en Dios, confiemos en Él, venzamos el temor!
 

 
 
12 de abril de 2025

 
CAMBIO EN EL CORAZÓN
 
Deuteronomio 30:6 Y circuncidará Jehová tu Dios tu corazón, y el corazón de tu descendencia, para que ames a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas.
 
 
Servir a Dios fielmente requiere más que un simple cambio externo, requiere la transformación completa del corazón, sin la cual solo se tendría una vida religiosa carente de amor a Dios, sin vida en el alma.
 
En medio de las indicaciones sobre como regresar a Dios luego de haber sufrido por desobedecerle, Moisés declara enfáticamente que el Señor mismo debe cambiar de forma extrema el corazón humano, con lo cual se evita el engañó de un mero cambio externo.
 
Es más, el responder de forma práctica, en obediencia al Señor, solo será verdaderamente aceptado por Dios cuando brote de un corazón que Él mismo acondicionó para vivir para Su gloria.
 
El problema de hoy realmente no es que la gente no quiera mostrar cambios de conducta luego de haber sufrido las consecuencias de su pecado; el problema radica en que esto solo se hace real y aceptable ante Dios cuando el corazón ha sido transformado por el Espíritu Santo.
 
De lo anterior se puede concluir que lo que realmente quería Moisés no era que se dejaran de circuncidar los prepucios, sino que se llevara a cabo un cambio interior completo, una circuncisión del corazón.
 
Si queremos vida verdadera, y anhelamos con todo nuestro ser a Dios y a Su palabra, debemos clamar por un verdadero cambio de corazón por la fe en Cristo y rechazar el mero ritualismo religioso.
 

 
 
11 de abril de 2025

 
REVELACIÓN Y RESPONSABILIDAD
 
Deuteronomio 29:29 Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; más las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley.
 
 
Lo que Dios nos ha dado a entender por medio de Su Palabra servirá de testimonio de nuestra rebelión contra Él o de nuestra sumisión a Su voluntad por medio de Cristo.
 
Aunque muchos citen fuera de contexto a Deuteronomio 29:29 para demostrar que poseen cierto conocimiento de Dios, solo están ratificando que su responsabilidad ante Él es mayor; pues si entienden las cosas reveladas, deben cumplirlas a cabalidad.
 
El contexto de este capítulo gira en torno a la ratificación del pacto entre Dios y los israelitas, los cuales disfrutaron de sostenimiento y protección en el desierto como cumplimiento del pacto por parte del Señor; pero ellos también, al mismo tiempo, debían cumplir con todas las instrucciones y mandamientos que Dios les había revelado de forma especial a través de Su pacto. Por ello podemos concluir que la revelación de Dios es sinónimo de responsabilidad ante Él.
 
Cristo mismo lo aclaró al finalizar la parábola del siervo infiel, cuando dijo: “Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes. Más el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará, y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá” (Lucas 12:47-48)
 
Entre más entiendo la voluntad de Dios revelada en Su Palabra, más me alegro; pero, al mismo tiempo, más debo aferrarme a Él por medio de la fe en Cristo, porque es mayor es mi responsabilidad.
 

 
 
10 de abril de 2025

 
PERSEGUIDOS POR LAS BENDICIONES
 
Deuteronomio 28:2 Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios.
 
 
A quien verdaderamente oye a Dios por medio de Su Palabra, poniéndola por obra, las bendiciones lo persiguen; porque entiende que necesita al Dios bendito antes que a Sus bendiciones.
 
Todos queremos disfrutar de todas las bendiciones que Dios tiene para nosotros; es más, por medio de la fe en la obra de Jesús sabemos que Él ganó para nosotros todas las bendiciones espirituales. Pero, ¿realmente debemos buscarlas? o ¿ellas deben alcanzarnos? La respuesta bíblica es que deben alcanzarnos por oír y obedecer a Dios.
 
Se trata de buscar el rostro de Dios, para conocerle y servirle; y que entonces Su mano se extienda para bendecirnos. Porque de lo contrario haríamos lo mismo que hace cualquiera de los que realmente no aman a Dios, buscando la provisión de Su mano sin querer contemplar Su rostro.
 
A ningún ser humano le gusta que lo “quieran” por interés, o que lo busquen por lo que puede dar y no por lo que es como persona; así mismo Dios no ofrece sus bendiciones como un mecanismo para mantener a Su lado a personas que finalmente le aborrecen, sino como un premio para aquellas que verdaderamente le aman y le sirven.
 
¡Querer oír y obedecer al Señor es querer Sus bendiciones en nuestra vida! Pero querer Sus bendiciones no necesariamente significa que lo queramos a Él. Debemos recordar que Él mismo es nuestra mayor bendición, todo lo demás es añadidura.
 
“Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33)
 

 
 
09 de abril de 2025

 
SOLIDEZ DE LA ADORACIÓN
 
Deuteronomio 27:6-8 De piedras enteras edificarás el altar de Jehová tú Dios, y ofrecerás sobre él holocausto a Jehová tú Dios; y sacrificarás ofrendas de paz, y comerás allí, y te alegrarás delante de Jehová tu Dios. Y escribirás muy claramente en las piedras todas las palabras de esta ley.
 
 
Tan firme como un altar de piedras, así debe ser la vida de adoración de cada creyente para que pueda sacrificarse como ofrenda al Señor, conforme a lo establecido en Su Palabra; haciéndolo con alegría, por estar agradando a su Dios.
 
La solidez de la adoración determina la madurez de cada creyente; porque solo la vida que se sacrifica o se entrega del todo a Él, realmente le adora; porque solo así se moldea el corazón a la voluntad de Dios, pues en la comunión constante con Él, por la fe en Cristo, se hace viva Su palabra en nuestros corazones.
 
El tomar a la ligera los tiempos de oración ferviente, de meditación en la Palabra de Dios y de alegrarnos en lo que Él nos ha dado en Cristo, produce cristianos débiles en la fe que dependen de las circunstancias y no de la obra perfecta del Salvador.
 
Por el contrario, siempre que se adora, rindiéndose y humillándose bajo la poderosa mano del Señor, el cristiano percibe como el mismo Dios lo levanta y lo llena de gozo en Su presencia; porque una vida de adoración sólida es la base de una experiencia continua del gozo de la salvación.
 
¡Adore, simplemente adore todos los días al único y verdadero Dios, por medio de la fe en Jesucristo; y vivirá lleno del gozo de Su salvación!
 

 
 
08 de abril de 2025

 
LO PRIMERO PARA DIOS
 
Deuteronomio 26:2, 4 Entonces tomarás de las primicias de todos los frutos que sacares de la tierra que Jehová tu Dios te da, y las pondrás en una canasta, e irás al lugar que Jehová tu Dios escogiere para hacer habitar allí su nombre. Y el sacerdote tomará la canasta de tu mano, y la pondrá delante del altar de Jehová tu Dios.
 
 
Cuando recibimos el fruto de nuestro trabajo siempre usamos el dinero en lo que realmente consideramos importante; y si el Señor es el primero en nuestras vidas, lo primero debe ser para Él.
 
Sacar los primeros frutos de la cosecha, y llevarlos hasta el templo para consagrarlos a la obra de Dios, es algo que demandaba un corazón agradecido y alegre para con el Señor. De nada servía llevar lo primero si se hacía de mala gana, o por obligación; ya que, a pesar de que sirviera para el sustento de los sacerdotes y levitas, no sería una ofrenda de corazón.
 
Igualmente hoy muchos dicen destinar sus finanzas para la obra de Dios, pero lo hacen luego de una larga reconvención a través de otras personas, No saltan de alegría a separar para Dios lo primero que reciben en su trabajo; por el contrario, se piensa primero en pagar las deudas, sustentar las necesidades y satisfacer los caprichos, antes de dar con agradecimiento a Dios; y si acaso sobra algo, que por lo general no sucede, solo entonces se contempla la posibilidad de dar para la obra de Dios, en agradecimiento a Él. Debemos reorganizar nuestras prioridades.
 
Dios no necesita nuestras primicias, Su obra en la tierra sí. Dios no necesita nuestro agradecimiento, nosotros si necesitamos de Su provisión y sabiduría para obtener nuestro sustento. Él no tiene que agradecernos por proveerle, pero nosotros sí; y nuestra actitud, con lo primero que obtenemos de nuestra labor, refleja que tan agradecidos estamos con Él.
 
¡Que el Señor sea el primero en nuestras vidas, que lo primero sea para Él!
 

 
 
07 de abril de 2025

 
TRATO JUSTO
 
Deuteronomio 25:15 Pesa exacta y justa tendrás; efa cabal y justo tendrás, para que tus días sean prolongados sobre la tierra que Jehová tu Dios te da.
 
 
Dios promete extendernos nuestra vida terrenal si somos honestos y justos en nuestros negocios con los demás. Él prolonga la existencia de quienes reflejan Su justicia.
 
No es difícil aceptar que quienes trabajan con deshonestidad terminen mal en su vida, lo difícil de entender es que prosperen rápidamente cuando aplican sus artimañas. Muchos usan trampas y engaños en sus negocios sin detenerse a pensar en las posibles consecuencias, sino solo enfocándose en la rapidez con que se multiplican sus finanzas.
 
Claro, mostrar más peso del que realmente tiene un producto, para venderlo a mayor precio del que es justo, da una rentabilidad mayor en la venta; y así se agiliza la multiplicación del dinero invertido. Esto deslumbra a toda persona que desee hacer dinero rápido sin importarle que tanto afecte a los demás, ni sin meditar en que piense Dios sobre ello. Y, lamentablemente, esta forma de negociar es la que abunda en nuestra sociedad actual.
 
Bajo el pretexto de que solo se hace mientras se forma un capital, o que solo se le quita a quien tiene demasiado dinero, muchos incurren en engaños a la hora de hacer negocios; y, tristemente, en muchas ocasiones, también lo hacen personas que se proclaman cristianos.
 
La presión que el mundo ejerce sobre nosotros solo producirá efecto en la medida en que nuestra codicia sea mayor que el amor a Dios; ya que, si realmente amamos al Señor, aborreceremos el engañar a otros, amaremos la justicia y aceptaremos las dificultades como parte del proceso que nos enseña a ser diligentes, honestos y responsables ante el Señor.
 
¡Si queremos las verdaderas bendiciones de Dios en nuestra vida, debemos aborrecer todo lo que nos lleve a ser deshonestos y a ganar dinero de forma indebida!
 

 
 
06 de abril de 2025

 
ACORDARNOS DE LOS DEMÁS
 
Deuteronomio 24:21-22 Cuando vendimies tu viña, no buscarás tras de ti; será para el extranjero, para el huérfano y para la viuda. Y acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto; por tanto yo te mando que hagas esto.
 
 
Por lo general quien se rehúsa a compartir voluntariamente lo que tiene olvida que también ha pasado necesidades, o que también requiere de sustento para vivir. Por ello debemos disciplinarnos para ayudar y así no caer en desagradecimiento para con Dios.
 
Los israelitas debían recordar siempre que fueron esclavos de Egipto, así las generaciones posteriores no hubieran vivido en esa época; porque solo así mantendrían el fervor por ayudar a los necesitados de su sociedad, que en tiempos bíblicos estaban conformados principalmente por extranjeros, huérfanos y viudas.
 
Con el pasar de los años, y con la transformación, diversificación y mezcla de las culturas, no solo se encuentran estos tipos de necesitados; ahora también los hay hombres, personas sumergidas en adicciones, desplazados por la violencia interna de cada país y hasta los que simplemente han nacido en países brutalmente condicionados por la pobreza; y aunque es cierto que hoy más que nunca existe la posibilidad para que cualquiera pueda surgir de la nada solo con buenas ideas productivas, carácter emprendedor y espíritu perseverante, hoy más que nunca parece cumplirse lo que Cristo les dijo a sus discípulos: “siempre tendréis pobres con vosotros” (Mateo 26:11).
 
Pero el lado positivo del asunto es que siempre tendremos la posibilidad de mostrar nuestro agradecimiento hacia Dios, compartiendo lo que tenemos con quienes lo necesitan; podemos compartir dinero, comida, vestido, techo, tiempo, compañía y sobre todo la vida espiritual y eterna que Dios nos ha dado por medio de la fe en Jesucristo.
 
Así como siempre nos acordamos de nuestras necesidades, acostumbrémonos a tener presente las necesidades de quienes están a nuestro lado; y no desaprovechemos la oportunidad para servirles.
 

 
 
05 de abril de 2025

 
CUMPLIR PRIMERAMENTE A DIOS
 
Deuteronomio 23:21 Cuando haces voto a Jehová tú Dios, no tardes en pagarlo; Porque ciertamente lo demandará Jehová tú Dios de ti, y sería pecado en ti.
 
 
Promesas no dichas pero cumplidas, son mejores que las acciones prometidas sin realizar; sobre todo cuando el que espera que le cumplamos es el único verdaderamente fiel y verdadero, nuestro Dios.
 
Cambios de conducta, ayudas humanitarias, mejoramiento de las relaciones interpersonales, ofrendas generosas, y muchas otras cosas semejantes, son las que forman la larga lista de promesas incumplidas a Dios.
 
No es que el ser humano prometa sin querer cumplir, es que lo hace sin pensar si puede cumplir; y si esto sucede para con el Señor, ¿qué se puede esperar con respecto a lo prometido a otras personas, si se teme menos el incumplirles?
 
La solución que Dios establece en su Palabra es muy sencilla; y se resume así: Actuar más y prometer menos. Pero en nuestra sociedad actual, donde la imagen vende más que el carácter, se practica lo contrario: Se promete más, así se sepa que se hará menos.
 
La base sencilla de la fidelidad es enfocarnos en Dios y en Su obra en Cristo, en la cual se nos muestra el compromiso voluntario del Señor para salvarnos, a pesar del sufrimiento que necesariamente debía pasar su Hijo; y, al mismo tiempo, se nos impulsa a obrar conforme a Su ejemplo (Hebreos 2:16-18).
 
¡Si no prestamos atención a nuestra fidelidad a Dios, nunca seremos realmente fieles con los demás; porque nadie nos va dar motivos más grandes para cumplir lo que prometemos!
 

 
 
04 de abril de 2025

 
MEZCLAS QUE SE OPONEN A DIOS
 
Deuteronomio 22:5 No vestirá la mujer traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es a Jehová tu Dios.
 
 
Por más justificaciones que se den, el ser humano se ve perjudicado al ir en contra del orden natural que Dios estableció; porque cae en confusión y en abierta rebeldía contra su Creador.
 
En esta sección de Deuteronomio Moisés se dedica a recordar una variedad de leyes sobre animales, vestidos, plantas y personas; y el común denominador es el aborrecimiento que el Señor manifiesta para con las mezclas, ya que mezclar las conductas pecaminosas con las santas es lo que se encuentra detrás de estas costumbres.
 
Específicamente, el vestirse con atuendos del sexo opuesto es una clara manifestación de rebeldía contra el sexo que Dios le asignó al individuo. Claro, en sí misma, la ropa no es pecaminosa, porque las culturas varían sus vestimentas de un lugar a otro y de una época a otra; pero lo que realmente aborrece Dios es que el hombre quiera afeminarse y que la mujer desee ser masculina.
 
No obstante, luego del embate de la ola feminista que caracterizó el final del segundo milenio y viendo que científicamente se está corroborando cada vez más las diferencias anatómicas y fisiológicas de los dos sexos, los transformistas de la sexualidad han enfocado sus esfuerzos en aspectos meramente sicológicos.
 
Quienes desarrollan abiertamente su oposición a la sexualidad que Dios da a los seres humanos, apelan a expresiones románticas de la libertad y a conceptos rebeldes sublimizados; pero la cruda realidad es que deben terminar por negar a su Hacedor para justificar lo que hacen con Su creación, siendo ellos mismos meras creaturas.
 
Sin caer en la satanización de ciertas prendas, busquemos la santificación de nuestra conducta, dejando la confusión y mostrando con claridad la obra de Dios en nosotros.
 

 
 
03 de abril de 2025

 
LA MALDICIÓN QUE CRISTO LLEVÓ
 
Deuteronomio 21:22-23 Si alguno hubiere cometido un crimen digno de muerte, y lo hiciereis morir, y lo colgareis de un madero, no dejaréis que su cuerpo pase la noche sobre el madero; sin falta lo enterraras el mismo día, porque maldito por Dios es el colgado; y no contaminarás la tierra que Jehová tu Dios te da por heredad.
 
 
Por darnos la bendición de ser libres de condenación, y de tener acceso a la comunión con Dios, Jesús murió en la cruz; allí sufrió el castigo que merecíamos por nuestro pecado.
 
A muchos les cuesta creer que esta sentencia de maldición haya sido ejecutada sobre Cristo; piensan que, al no tener pecado, Él no podía ser castigado; pero la verdad es que Él no fue castigado por Su culpa sino por la nuestra (Gálatas 3:13).
 
El ser colgado de un madero estaba condenado por ciertos pecados clasificados como dignos de muerte; pero debemos recordar que todo pecado, por ser una ofensa directa a Dios, nos impide la comunión eterna con Él, lo cual termina por hacernos “dignos de muerte” espiritual y por asegurarnos la condenación eterna al morir.
 
Aunque esto parezca “ilógico” para el ser humano pecador, es totalmente lógico en la mente de Dios; y esto quedó demostrado cuando el mismo Señor Jesús catalogó de asesinato y adulterio, que eran pecados dignos de muerte en el Antiguo Testamento, al aborrecimiento interno hacia al otro y a la codicia sexual o lascivia (Mateo 5:21-30).
 
Es por ello que el Señor tuvo que sufrir nuestro castigo, para no faltar a la justicia divina; y sin fijarnos en disputas religiosas improductivas, como la de si fue en un madero vertical o en uno horizontal que atravesaba el vertical, debemos aferrarnos a la bendición preciosa que Cristo ganó para nosotros en la cruz, al hacerse maldito por cargar nuestro pecado.  
 
¡La cruz que simbolizaba maldición, ahora simboliza bendición para los que creemos que Cristo nos salvó en ella! Y como solo el que murió es digno de adoración, no nos preocupan los detalles visuales y representativos del madero, sino la obra inigualable que el Salvador realizó para salvarnos.
 

 
 
02 de abril de 2025

 
LUCHAR SIN TEMOR
 
Deuteronomio 20:1 Cuando salgas a la guerra contra tus enemigos, si vieres caballos y carros, y un pueblo más grande que tú, no tengas temor de ellos, porque Jehová tu Dios está contigo, el cual te sacó de tierra de Egipto.
 
 
Por más grande que sea la dificultad que enfrentemos, en vez de enfocarnos en ella, debemos recordar las grandes victorias que Dios nos ha dado; para así luchar sin temor.
 
Recordar como Dios los sacó de Egipto les debía servir de estímulo a los Israelitas para luchar sin temor, sobre todo cuando tuvieran que enfrentar enemigos muy fuertes y armados. Pues caballos y carros también habían sido usados por los egipcios en su contra; y a pesar de ello los Israelitas habían salido vencedores por la mano del Señor.
 
Los caballos y los carros eran los implementos más sofisticados de esa época para la guerra; pero, a pesar de ello, no se podían comparar al terrible poder que Dios desplegó para socorrer a Su pueblo durante sus luchas.
 
Como creyentes en Cristo no luchamos contra las personas, sino contra las circunstancias y fuerzas espirituales que pretenden impedirnos conquistar lo que Dios nos ha prometido en esta vida; ya que esto es una muestra de lo que el Señor nos ha preparado en la eternidad.
 
La victoria realmente no consiste en conquistar las cosas terrenales, sino en doblegar nuestros temores a fuerza de confiar en el Dios que nos ha dado vida eterna en Cristo. Si así hacemos, demostraremos de forma práctica la utilidad de la fe en el Salvador; y mientras vamos creciendo en esa fe, iremos percibiendo las victorias terrenales como consecuencia del poder de Dios en nosotros.
 
El mismo que nos libró de la esclavitud del pecado, y de la muerte eterna, nos librará de toda adversidad de esta vida ¡Luchemos sin temor por medio de la fe en Cristo!
 

 
 
01 de abril de 2025

 
CUIDANDO LA HONRA Y LA JUSTICIA
 
Deuteronomio 19:15 No se tomará en cuenta un solo testigo contra ninguno en cualquier delito ni en cualquier pecado, en relación con cualquiera ofensa cometida. Sólo por el testimonio de dos o tres testigos se mantendrá la acusación.
 
 
El mandamiento de no levantar falso testimonio es tan importante delante Dios como los demás; y, por ello, desde el Antiguo Testamento el Señor exige que solo se considere algo en contra de una persona cuando varias personas sirven de testigos.
 
Era tan contundente la búsqueda de justicia, y de protección para el inocente, que la ley establecía para los testigos falsos la misma pena que debía aplicarse sobre la persona que estos acusaban injustamente (Dt.19:16-20). De esta forma se evitaba el incremento de injusticas a causa de caprichos personales.
 
En la actualidad la mayoría de países no tienen este tipo de leyes fuertemente restrictivas contra la difamación y contra el falso testimonio; y por ello se ha disminuido la ética y la moral personal, al no hacer respetar el mandamiento bíblico que dice: “No hablarás falso testimonio contra tu prójimo” (Éxodo 20:16).
 
Al mismo tiempo la Palabra de Dios nos presenta un procedimiento sensato para cada situación de este tipo, el cual consiste en esperar a que varias personas den testimonio fehaciente de aquello por lo cual se acusa a alguien. Estos testigos deben ser verdaderos; es decir, deben estar dispuestos a sostener su testimonio ante quien sea necesario, sin retractarse y sin modificarlo; porque si no es así, solo serían testigos falsos que vienen alentados por habladurías y chismes, o que procuran dañar sin causa la honra del acusado.
 
En la familia, en el trabajo, en la iglesia, o en cualquier otro ambiente donde se presenten conflictos interpersonales, hay que aplicar el mismo procedimiento bíblico; esto evitará parcialidades y promoverá la justicia divina, sobre todo cuando el acusado sea alguien con liderazgo, porque podría afectarse todo un grupo de personas que confían en su honra.
 
¡Protejamos la honra de los demás, sin dejar de procurar la justicia; poniéndonos en el lugar del que es acusado y evitando obrar a la ligera al hablar de los demás! No olvidemos que Cristo fue acusado falsamente cuando murió para salvarnos y ahora debemos vivir en la verdad.
 

 
 
31 de marzo de 2025

 
LO QUE DIOS ABORRECE
 
Deuteronomio 18:10-13 No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con Jehová… Perfecto serás delante de Jehová tu Dios.
 
 
Antes que perfección absoluta, Dios anhela que nos vayamos perfeccionando alejándonos de todo aquello que nos hace perder la confianza en Él y que Él aborrece.
 
Todas las prácticas ocultistas son aborrecidas por Dios; y, por más antiguas que estas sean o más ligadas que estén a sus respectivas culturas, nunca han sido aceptadas por el Señor. Es más, estas prácticas sirvieron como motivo para que los habitantes de Canaán fueran despojados de sus tierras por los Israelitas; pero, luego de que los israelitas se contaminaran con las mismas costumbres, Dios también permitió que los judíos fueran exiliados.
 
Dios sabe de la inclinación del corazón que recurre al ocultismo; ya que tanto el que practica el ocultismo, como el que lo consulta, desechan a Dios como su ayudador, buscando guía y solución en cualquier cosa que les dé resultados.
 
La excusa que actualmente se argumenta es que son “ciencias paranormales” que están sustentadas en las tradiciones culturales milenarias; pero, a pesar de ello, por más que se les de nombres seudocientíficos y que se apele al sentimentalismo humano, estás prácticas siguen siendo aborrecidas por Dios.
 
Aunque se le dé un tinte de modernidad, el ocultismo sigue siendo una ofensa al Señor; porque esta práctica rechaza a Dios como la única solución verdadera a todo problema del ser humano, rechazándolo como Salvador; y se da porque el corazón humano no quiere someterse a Dios como su Señor.
 
¡Rechacemos abiertamente lo que Dios aborrece, si es que realmente tenemos a Jesús como Señor y Salvador!
 

 
 
30 de marzo de 2025

 
UN LÍDER SEGÚN DIOS
 
Deuteronomio 17:15-20 Ciertamente pondrás como rey sobre ti al que Jehová tu Dios escogiere…Pero él no aumentará para sí caballos, ni hará volver al pueblo a Egipto con el fin de aumentar caballos…ni plata ni oro amontonará para sí en abundancia…escribirá para sí en un libro una copia de esta ley…y lo tendrá consigo, y leerá en él todos los días de su vida…para que no se eleve su corazón por sobre sus hermanos…
 
 
Más que talentos, Dios espera que un líder tenga un corazón que le honre.
 
Dios ya había previsto que Israel pediría tener un rey; y por ello desde el tiempo de Moisés el Señor les dejó en claro las virtudes que este debía poseer si quería agradarle y ser de bendición para su pueblo; el rey necesitaba desarrollar la humildad y modestia que vienen de meditar y vivir en la Palabra de Dios.
 
La iglesia cristiana no es un reinado humano, aunque algunos parece que piensan que sí. Pero de la iglesia si se debe esperar que quienes presiden tengan estas mismas virtudes que Dios mandó para los reyes de Israel.
 
Que el corazón no se eleve por encima de sus hermanos, es algo que cada cristiano debe buscar; pero al mismo tiempo es algo que quien lidera en una congregación cristiana debe procurar más vehementemente; porque si el corazón de cualquier creyente es tentado a la ambición, al orgullo y a la mundanalidad, aún más fuertemente lo es quien está al frente de los demás hermanos.
 
Recordando, podemos citar a grandes rasgos una ilustración de Charles Spurgeon: “Cuando el reloj de un habitante de la ciudad se atrasa, está mal; pero si el reloj de la torre de la misma ciudad se atrasa, es aún peor; porque terminará por afectar a muchos habitantes del sector”. De igual modo, quien preside debe estar mucho más atento de no dejar corromper su corazón, para no afectar a toda una congregación.
 
¡Honremos de corazón al Señor, no dejando que el orgullo y la mundanalidad dominen nuestra alma; y así seremos una bendición para los demás!
 

 
29 de marzo de 2025

 
FIESTAS DE DIOS
 
Deuteronomio 16:16 Tres veces cada año aparecerá todo varón tuyo delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiere: en la fiesta solemne de los panes sin levadura, y en la fiesta solemne de las semanas, y en la fiesta solemne de los tabernáculos. Y ninguno se presentará delante de Jehová con las manos vacías
 
 
La Pascua, el Pentecostés y los Tabernáculos nos recuerdan que, a pesar de que en el Evangelio no estamos obligados a hacer las mismas celebraciones, siempre debemos buscar momentos especiales para gozarnos con Dios en medio de Su pueblo.
 
Cada fiesta de las tres principales tenía su significado: La Pascua celebraba el paso de la esclavitud de Egipto a la libertad en el desierto, el Pentecostés festejaba la llegada de los primeros frutos de la tierra y con los Tabernáculos se daba gracias por las cosechas recibidas en el año, viviendo en tiendas, como cuando los israelitas estuvieron peregrinando en el desierto.
 
Hoy, no debemos imitar literalmente estos festejos, ni mucho menos buscar simbologías en el Nuevo Testamento para promoverlos de forma continua en la Iglesia; pero si debemos extraer los principios divinos que prevalecen para los seguidores de Cristo.
 
La alegría de celebrar los favores recibidos de Dios, el desconectarse por un tiempo de la rutina y los afanes de la vida, la capacidad de renunciar a la comodidad para unirse con otros en la adoración, y el poder dedicarle por entero a Dios una buena parte del año; todo eso sí debemos imitarlo.
 
Si Cristo es nuestra pascua, muriendo para llevarnos del Egipto espiritual (sistema pecaminoso del mundo) a peregrinar por esta vida de la mano con Él; y si también Él es nuestra primicia, habiéndonos sido dado para que habite en nuestros corazones por la presencia del Espíritu Santo; y si al mismo tiempo es nuestro Tabernáculo divino, que habitó entre nosotros para que un día habitemos literalmente por la eternidad con Él; entonces podemos programar fiestas con Dios para celebrar Su amor en nuestras vidas.
 
Más que celebrar con otros por motivos pasajeros y vanos de este mundo, deberíamos ser impulsados en nuestro corazón a reunirnos para celebrar a Dios, en oración, canto y meditación bíblica; porque Él es quien nos ha dado todo en Cristo Jesús.
 

 
 
28 de marzo de 2025

 
CORAZÓN BLANDO Y MANO ABIERTA
 
Deuteronomio 15:7-8 Cuando haya en medio de ti menesteroso de alguno de tus hermanos en alguna de tus ciudades, en la tierra que Jehová tu Dios te da, no endurecerás tu corazón, ni cerrarás tu mano contra tu hermano pobre, sino abrirás a él tu mano libremente, y en efecto le prestarás lo que necesite.
 
 
Aún hoy sigue siendo difícil abrir la mano para proveer a otros; por ello Dios debe seguirnos recordando que ablandar nuestro corazón es la única forma de aprender a dar.
 
Las leyes que el Señor le dio al pueblo de Israel buscaban impedir la explotación entre ellos mismos. Cada siete años se debían perdonar las deudas, para que no hubiera mendicidad entre ellos; pero, aun así, Dios sabía que siempre habría alguien con dificultades económicas, por lo cual les insistió en que no cerraran su mano y que le proveyeran a quien estuviera en necesidad (Dt.15:11).
 
El problema consistía en que, al acercarse el año de remisión de deudas, muchos ya no le prestarían a los demás, porque no se lo devolverían; y siendo esta una actitud financiera muy lógica, según los hombres, Dios les prohibió que se rehusaran a prestar; porque Él quería que sus corazones no se endurecieran ante la necesidad ajena.
 
Nuestra tendencia natural es a endurecernos; y lo podemos ver en que somos cada vez más insensibles ante los niños y adultos que mendigan en las calles; o, peor aún, nos insensibilizamos cada vez más ante personas de nuestro propio núcleo familiar que pueden estar pasando grandes dificultades financieras, y a veces ni nos damos por enterados.
 
Busquemos al Señor, ablandemos el corazón y abramos nuestra mano para dar; no importa que parezca que no nos pueden pagar, porque entonces el Señor se moverá a favor nuestro; porque habremos renunciado a tener un corazón de piedra y porque estaremos reflejando el corazón misericordioso que llevó a Cristo a compadecerse de nosotros y a entregar su vida para salvarnos.
 
No debemos olvidar que “Más bienaventurado es dar que recibir” (Hechos 20:35).
 

 
 
27 de marzo de 2025

 
BENDICIÓN DE DAR
 
Deuteronomio 14:28-29 Al fin de cada tres años, sacarás todo el diezmo de tus productos de aquel año, y lo guardarás en tus ciudades. Y vendrá el levita, que no tiene parte ni heredad contigo, y el extranjero, el huérfano y la viuda que hubiere en tus poblaciones, y comerán y serán saciados; para que Jehová tu Dios te bendiga en toda obra que tus manos hicieren.
 
 
Dios no se olvida de aquellos que dan de lo que tienen a quienes trabajan para Su reino y a quienes tienen grandes dificultades económicas.
 
Había muchas formas en que eran bendecidos los sacerdotes y los levitas; ya que el pago de su servicio salía del mismo sistema de adoración que Dios le había mandado al pueblo de Israel. Pero también Dios les ordenó a los judíos que diezmaran, porque su obediencia serviría adicionalmente para ayudar a los más necesitados.
 
Hoy muchos alegan que es mejor darles a los pobres, en vez de ofrendar un buen porcentaje de su sueldo para sostener a los ministros cristianos; y otros piensan que por dar para sus iglesias ya no se tiene que ayudar a los más necesitados. Ambos grupos de personas han desviado el verdadero sentido de diezmar, o como se le llama frecuentemente en el nuevo testamento: Ofrendar.
 
La realidad es que detrás de tanto alegato, por lo general, solo hay excusas para no compartir con los demás. Si se quiere ser realmente bendecido, se debe destinar un buen porcentaje para los que sirven al evangelio y para los necesitados; porque la verdadera bendición no radica en quedarnos con todo lo que obtenemos, sino en ser libres de la avaricia y en amar hasta el punto de compartir lo nuestro con los demás; ya que al fin y al cabo lo que tenemos tampoco es nuestro, pues se lo estamos administrando a Dios.
 
Si le diéramos nuestro dinero a alguien, para que nos lo administre, querríamos que lo invirtiera en aquello que más nos interesa; y no hay un interés mayor en Dios, quien es el dueño de lo que administramos, que expandir Su reino por medio de ministros del evangelio. Pero, al mismo tiempo, Dios quiere suplir las necesidades de los más pobres; y para todo esto Dios cuenta con lo que nosotros le administramos a Él.
 
No debemos olvidar que “Más bienaventurado es dar que recibir” (Hechos 20:35).
 

 
 
26 de marzo de 2025

 
DIOS POR SOBRE MILAGROS Y FAMILIA
 
Deuteronomio 13:1-3, 6-8 cuando se levantare en medio de ti profeta, …y si se cumpliere la señal que él te anunció, diciendo: vamos en pos de dioses ajenos, …no darás oído a las palabras del tal profeta…porque Jehová vuestro Dios os está probando. Si te incitare tu hermano…diciendo en secreto: vamos y sirvamos a dioses ajenos…no consentirás con él, ni le prestarás oído.
 
 
Por grande que sea un milagro, o satisfactoria que sea la relación con nuestros familiares y amigos, no debemos permitir que estos nos alejen del Señor.
 
Así como la idolatría antigua apelaba a manifestaciones sobrenaturales y a las relaciones familiares para alejar a los israelitas de su Señor, hoy también siguen siendo usadas con el mismo propósito, para alejar a los cristianos de su Salvador.
 
Claro, ya no se les dice profetas falsos, ni hechiceros o adivinos; se les ha dado más categoría, llamándolos mentalistas, parasicólogos y de muchas otras formas. Tampoco se ve como malo el aceptar las invitaciones a diferentes actividades que violan los mandamientos bíblicos o que simplemente enfrían nuestro amor por el Señor, sobre todo si son de personas allegadas a nosotros; porque se ven dentro de lo que se nos enseña como trato social normal con la familia.
 
¿Qué nos diría Cristo si anduviera, como hace más de 2000 años atrás, denunciando nuestro amor por lo sobrenatural antes que por el Dios que todo lo puede, o reprendiéndonos por amar a nuestros familiares y amigos más que a Él? (Mateo 10:37; 19:29)
 
Debemos cuidarnos de no abandonar al Señor por una gula espiritual de manifestaciones sobrenaturales, ni por una gula emocional de la compañía de otros, sin importar que nos alejen de Dios.
 
Deberíamos amar al Señor, aunque no tuviera una maravillosa eternidad para obsequiarnos en Cristo; y deberíamos temerle, aunque no tuviera una terrible eternidad en el infierno para castigar nuestro pecado.
 
¡Que no nos deslumbren los prodigios, ni nos limiten los afectos fraternales! ¡Debemos amar y servir al Señor por sobre todo y por sobre todos!
 

 
 
25 de marzo de 2025

 
LUGAR DONDE ADORAR
 
Deuteronomio 12:13-14 Cuídate de no ofrecer tus holocaustos en cualquier lugar que viereis; sino que en el lugar que Jehová escogiere, en una de tus tribus, allí ofrecerás tus holocaustos y allí harás todo lo que yo te mando.
 
 
Los israelitas debían demostrar su amor a Dios desplazándose hasta un sitio destinando en esa época para adorar; y hoy, aunque el “templo” lo constituyamos el conjunto de creyentes en Cristo, sigue siendo necesario reunirnos como iglesia en un lugar para adorar, pero congregándonos para interpretar, enseñar y vivir correctamente el evangelio.
 
En el desierto el lugar de adoración, el tabernáculo, era móvil; pero en la tierra prometida, al estabilizarse el pueblo de Israel, el lugar de adoración sería fijo y Dios mismo determinaría donde ubicarlo. Esto no se aplica literalmente para el creyente en Cristo; pues, conforme lo enseña el Nuevo Testamento, el cristiano puede adorar a su Señor en cualquier lugar (Juan 4:20-24), siendo él mismo el templo del Espíritu Santo (1Co.3:16); pero el tabernáculo si nos sirve para ilustrar que una congregación cristiana verdadera en el día de hoy, por pequeña o insignificante que parezca, siempre es constituida por Dios mismo.
 
Nuestro trabajo como creyentes no radica en corroborar que la ubicación geográfica de nuestra Iglesia esté de acuerdo a las Escrituras, como si se debía hacer en el Antiguo Testamento; pero nuestro deber si es certificar que la congregación donde asistimos esté ubicada espiritualmente en una interpretación, enseñanza y vivencia correcta del Evangelio. Aunque no exista una iglesia perfecta, así como no existe un creyente perfecto, no debemos evadir nuestra responsabilidad de escoger bien en donde adoramos a nuestro Dios.
 
El Dios en quien hemos depositado nuestra fe es digno de una congregación que sea fiel a Su Palabra; y quienes le servimos, por medio de Jesucristo, necesitamos una congregación de este tipo para crecer realmente en la fe.
 
Ese “cuídate de no ofrecer tus holocaustos en cualquier lugar que viereis”, que escribió Moisés para el pueblo de Israel, parece traducirse en la actualidad en un “Cuídate de no ejercer tu adoración púbica al Señor Jesucristo en cualquier congregación que encuentres”.
 
¡No critiquemos injustamente nuestra congregación, pero no dejemos de procurar su apego a la Biblia! ¡Nuestra responsabilidad no termina con simplemente congregarnos, sino que incluye procurar que en donde nos congregamos se viva fielmente el evangelio!
 

 
 
24 de marzo de 2025

 
AMOR DIARIO
 
Deuteronomio 11:1 Amarás, pues, a Jehová tu Dios, y guardarás sus ordenanzas, sus estatutos, sus decretos y sus mandamientos, todos los días.
 
 
Quien procura obedecer a Dios todos los días, a diario expresa su amor por Él; y por ello lo busca diariamente en oración y en Su Palabra, porque sabe que el Señor nunca deja de amarle.
 
Lo que Moisés recordaba a su pueblo no debía ser tenido como algo ocasional para fechas especiales, o como algo temporal y que solo sería para cierto tiempo; ellos debían obedecerlo siempre. La razón es muy sencilla: Dios es eterno y la fidelidad a Él no puede estar limitada a un tiempo solamente, debe ser para siempre.
 
Cada vez que obedecemos a alguien, directa o implícitamente, le estamos asignando un valor especial en nuestro corazón y estamos reaccionando a la importancia que esa persona tiene para nuestra vida; así mismo, al obedecer a Dios todos los días, procurando seguir sus mandamientos, debemos estar llenos de amor por Él.
 
Muchos llegan a malinterpretar el amor a Dios al relacionarlo con Sus mandamientos. Pero, lo cierto es que, aunque Sus mandamientos deben ser obedecidos por todas las personas, solo quienes han descubierto el amor de Dios en Cristo, y están llenos de amor al Señor, procurarán realmente obedecerlos a diario.
 
Es por ello que, de parte del Señor, Juan le escribió a la iglesia de Éfeso que había perdido su primer amor a Dios, para que pudieran volver a sus primeras obras, obedeciéndole siempre (Apocalipsis 2:4-5). No olvidemos que sin amor no hay obediencia plena, sino un cumplimiento mecánico y pasajero de reglamentos.
 
¡Cultivemos el amor a Dios a través de la relación diaria con Él! Si es que realmente queremos obedecerle todos los días de nuestra vida.
 

 
 
23 de marzo de 2025

 
LO QUE DIOS PIDE PARA PROSPERARNOS
 
Deuteronomio 10:12-13 Ahora pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma; que guardes los mandamientos de Jehová y sus estatutos, que yo te prescribo hoy, para que tengas prosperidad?
 
 
¡Dios no pide algo de nosotros, nos pide todo!; porque solo así seremos realmente prósperos, al prosperar primero espiritualmente por medio de la fe en Jesucristo.
 
Temor reverente o respeto máximo, amor absoluto y obediencia total, eso es lo que Dios espera de quienes buscamos Su favor en nuestras vidas. La razón es simple, la verdadera prosperidad brota de un corazón próspero, de un corazón que sabe encontrar su gozo plenamente en Dios.
 
Esto le fue recordado a los Israelitas antes de entrar en la tierra prometida, para que no perdieran el rumbo al aferrarse a las bendiciones materiales que habían de conquistar. Pero, tristemente, con los años, al darle la prioridad a sus posesiones, los Israelitas fueron perdiendo la paz al administrarlas y dejaron de ser prósperos en verdad.
 
Hoy es igual, si olvidamos la base real de la prosperidad, sin importar cuantas posesiones tengamos, perderemos la paz para administrarlas y estaremos en ruina espiritual. El apóstol Juan lo expresó con claridad en su tercera carta: “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma” (3Juan 2). Y solo prospera el alma cuando se entrega totalmente a Dios.
 
¡Cristo se entregó totalmente por nosotros para que nosotros nos rindamos plenamente a Dios! No hay término medio, o le damos todo nuestro ser al Señor o vivimos bajo la ruina espiritual de este mundo.
 

 
 
22 de marzo de 2025

 
MISERICORDIA SIN DEJAR LA JUSTICIA
 
Deuteronomio 9:4 No pienses en tu corazón cuando Jehová tu Dios los haya echado de delante de ti, diciendo: Por mi justicia me ha traído Jehová a poseer esta tierra; pues por la impiedad de estas naciones Jehová las arroja de delante de ti.
 
 
Que Dios se apiade de alguien, y que a la vez deje que otro siga en su pecado, no significa que el Señor sea injusto. Porque Dios es tan justo al dejar que quien se rebela contra Él sufra las consecuencias de su pecado, como al impedir toda posible auto-justificación en quien recibe Su misericordia.
 
Es lamentable lo que el corazón humano pretende hacer con el carácter divino; pues, cuando recibe el justo castigo por su pecado, se niega a recibirlo y cuestiona el amor de Dios; y cuando recibe la misericordia de Dios, se olvida que no la merecía y distorsiona la justicia divina, argumentando su propia justicia y menospreciando a los demás.
 
Dios no puede ser burlado, ni mucho menos transformado a nuestro antojo. La mejor prueba de ello es el sacrificio redentor de Cristo en la cruz; pues, sin dejar de ser amoroso y misericordioso, Dios aplicó en Cristo el castigo por nuestro pecado; y, al mismo tiempo, sin dejar de aplicar su terrible castigo y de hacer justicia, Dios nos tuvo misericordia, perdonándonos y dándonos una nueva vida por la muerte y resurrección de nuestro Señor.
 
¡Qué maravilloso es Dios! y ¡Que pérdida de tiempo es cuestionarlo en vez de servirle! Porque, así como Su misericordia es segura para quien se rinde a Cristo, Su justo castigo está dispuesto para quien lo rechaza.
 

 
 
21 de marzo de 2025

 
CORAZÓN AL DESCUBIERTO
 
Deuteronomio 8:2 Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos.
 
 
La aflicción, la prueba y todo desierto en la vida son usados por Dios para mostrarnos las motivaciones, convicciones y anhelos de nuestro corazón; para que sepamos si realmente le amamos hasta obedecerle de todo corazón.
 
Acordarse de todos los cuarenta años que anduvieron en el desierto, eso les mostraría a los israelitas que su corazón debía estar siempre alineado con la voluntad de Dios. Las luchas que vivieron les sirvieron para reconocer lo débil de su fe; pero al mismo tiempo les brindaron la oportunidad de fortalecerse en el Señor.
 
Así mismo, cuando los cristianos atravesamos dificultades, debemos recordar que en medio de ellas es cuando más hemos aprendido acerca de nuestras propias debilidades y fortalezas; y es cuando hemos desarrollado mayor dependencia del poder de Dios.
 
Debemos definir nuestras prioridades en medio de la dificultad; pues, o esta nos sirve para enfocarnos en nosotros y olvidarnos del poder de Dios, o nos sirve para recordarnos nuestras debilidades y enfocarnos en el poder glorioso de nuestro Salvador.
 
Las circunstancias adversas nunca pueden determinar nuestra respuesta; pero si pueden revelar lo que hay en nuestro corazón.
 
¡Que Dios, y su Palabra fortalecedora, sea lo que se encuentre en nuestro corazón en medio de las pruebas! para que las atravesemos por la fe en Cristo, nuestro Salvador.
 

 
 
20 de marzo de 2025

 
MOTIVOS DE DIOS PARA ELEGIR
 
Deuteronomio 7:7-8 No por ser vosotros más que todos los pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros eráis el pueblo más insignificante de todos los pueblos; sino por cuanto Jehová os amó, y quiso guardar el juramento que juró a vuestros padres
 
 
No son nuestras virtudes, por grandes que sean, las que aseguran el favor de Dios; porque la única fuente de Su gracia es Su maravilloso amor y Su eterna fidelidad.
 
No eran los más numerosos, no fueron los más inteligentes, ni mucho menos los más valientes; y aun así Dios los escogió de entre todos los pueblos de la tierra. Por ello los Israelitas, a pesar de haber sido instruidos en la Ley, debían recordar que fueron elegidos por Gracia.
 
Es el maravilloso contraste que solo Dios puede producir cuando obra; pues Él invita a que se le obedezca, pero sobre la base de Su favor inmerecido. Dios no tranza ni vende Su favor, para no quedarse esperando a que cumplamos las condiciones ideales para ser suyos; por el contrario, sabiendo de nuestra imposibilidad de ser merecedores de Su gracia, Dios decide elegirnos sobe la base de Su puro amor y se compromete con nosotros por Su mera fidelidad.
 
Esto es el corazón del evangelio, esto es lo que envió a Cristo a morir por un pueblo pecador; y al mismo tiempo, esto es lo que nos da paz y nos impulsa a vivir conforme la voluntad de nuestro Señor, a vivir como verdaderos cristianos.
 
¡Si usted no se ha entregado a Cristo, no espere a ser perfecto para hacerlo; el único perfecto en amor y fidelidad es el Señor! ¡Y si es cristiano, nunca olvide que el único motivo de Dios para salvarlo se encuentra en Su maravillosa gracia!
 

 
 
19 de marzo de 2025

 
RESUMEN Y TRANSMISIÓN DE LOS MANDAMIENTOS
 
Deuteronomio 6:5-7 Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.
 
 
Amar total e incondicionalmente a Dios y nunca parar de enseñar Su voluntad, esto es lo que resume y realmente da a conocer, en la práctica, los mandamientos del Señor.
 
Este gran mandamiento, que resume la voluntad de Dios, fue citado por Cristo para enseñar que Dios pide de nosotros más que una obediencia mecánica a sus leyes, pide nuestro corazón (Mt.22:37; Mr.12:30; Lc.10:27). Y esta es la verdadera motivación que debían tener los judíos para obedecer los mandamientos; la misma motivación que debe impulsar a cada creyente en Cristo para honrar al Señor por medio de su obediencia; ya que el amor a Dios resume los mandamientos y al mismo tiempo nos impulsa a cumplirlos y a enseñarlos.
 
Una persona enamorada del Dios de la Biblia practicará sus enseñanzas y enseñará lo que practica, porque no tendrá temor de enfrentarse a la burla, o el rechazo del mundo; pues está dándole prioridad a la voluntad del ser que más ama.
 
Así como el judío tenía la oportunidad de enseñar a sus hijos, cuando estos lo veían a él obedecer los mandamientos; así mismo el cristiano encontrará quien reciba su enseñanza, al verlo ser fiel a Cristo, empezando con su propia familia.
 
No temamos pensando que no podemos enseñar fielmente lo mandamientos bíblicos ¡Simplemente pongamos en práctica el amar a Dios por encima de todos y de todo, y seremos escuchados y entendidos!
 

 
 
18 de marzo de 2025

 
BENDICIÓN DE OBEDECER LOS MANDAMIENTOS
 
Deuteronomio 5:33 Andad en todo el camino que Jehová vuestro Dios os ha mandado, para que viváis y os vaya bien, y tengáis largos días en la tierra que habéis de poseer.
 
 
Aunque nadie, excepto Cristo, haya podido cumplir a la perfección los mandamientos; todos los que han obedecido sinceramente al Señor han percibido Su favor especial sobre sus vidas.
 
Luego de citar los Diez Mandamientos escritos por Dios sobre las tablas de piedra, Moisés resaltó las recompensas que vienen sobre quienes los ponen en práctica. Esto se dio porque los mandamientos son la expresión del carácter de Dios y de Su voluntad para nuestras vidas; por lo cual Él se compromete a bendecir a quienes los practican.
 
Tanto los mandamientos que regulan nuestra relación con Dios, como los que reglamentan nuestra relación con las otras personas; todos tienen como objetivo instruirnos para vivir mejor. Si el Señor nos manda a no mentir, es para evitarnos las consecuencias de dicha conducta; y a la vez está buscando privilegiarnos con las maravillosas bendiciones de decir la verdad. Igualmente pasa cuando dirigimos nuestra adoración de forma exclusiva a Él, según su mandamiento; pues solo busca bendecirnos con Su presencia, iluminación y favor.
 
Si vemos el Decálogo como una expresión de la bondad de Dios para con nosotros, podríamos encontrar muchos beneficios de practicar cada uno de los demás mandamientos; al no hacer para nosotros imágenes que idolatrar, al no tomar el nombre del Señor en vano, al guardar un día a la semana para reposar y para dedicarnos a Él, al honrar a nuestros padres, al no matar, al no cometer adulterio, al no robar y al no codiciar nada de los demás.
 
En Cristo hemos sido salvados, a pesar de no cumplir con los mandamientos. ¡Pero, por amor a Él y para disfrutar de Sus bendiciones, debemos practicar los mandamientos cada vez más por el poder de Su gracia!
 

 
 
17 de marzo de 2025

 
DIOS ES CELOSO
 
Deuteronomio 4:23-24 Guardaos, no os olvidéis del pacto de Jehová vuestro Dios, que él estableció con vosotros, y no os hagáis escultura o imagen de ninguna cosa que Jehová tu Dios te ha prohibido. Porque Jehová tu Dios es fuego consumidor, Dios celoso.
 
 
El celo de Dios es para salvaguardarnos de las consecuencias de nuestra desobediencia; ya que estas vienen cuando reemplazamos el dominio del Señor por algo o alguien más que domine nuestro corazón.
 
Al recordarle al pueblo de Israel los mandamientos de Dios, Moisés hizo un énfasis especial en los relacionados con la consagración al Señor; tuvo que aclararles las consecuencias de la idolatría y prevenirles de la justa manifestación de la ira de Dios, que se da por el celo santo del Señor.
 
En el ser humano los celos son una expresión natural de protección y cuidado que ha sido afectada por el pecado; por ello se muestran como consecuencia de inmadurez, inseguridad y egoísmo, llegando hasta situaciones trágicas para quienes los sufren y para sus seres amados; pero en Dios no es así.
 
El Señor no cela a Su pueblo porque este inseguro, o por debilidad de carácter; ni mucho menos porque nos necesite para vivir feliz. Él nos cela fuertemente por nuestro propio bien y porque se ha comprometido, a través de su Hijo Jesucristo, a guardarnos para Él.
 
De esta forma, por ser perfecto en santidad, Su celo es perfecto; pero no por ello su reprensión deje de ser terrible, porque sigue siendo la expresión de Su justicia al disciplinar. Cristo lo demostró cuando expulsó a los mercaderes del templo (Juan 2:13-17).
 
¡Nosotros, los que creemos en Cristo, ahora somos Su casa, donde Él habita! Por ello recordemos el celo de Dios sobre nuestras vidas, para no dar rienda suelta a nuestras debilidades.
 

 
 
16 de marzo de 2025

 
DIOS ES QUIEN VENCE
 
Deuteronomio 3:22 No los temáis; porque Jehová vuestro Dios, él es el que pelea por vosotros.
 
 
La capacidad para vencer se obtiene cuando se conoce a Dios y se confía plenamente en Él; porque solo Él puede pelear por nosotros contra todo lo que pretenda amedrentarnos, liberándonos del temor para luchar.
 
Al encomendar a su sucesor para que conquistara la tierra prometida, Moisés le recordó las victorias que Dios les entregó en las luchas previas, a la entrada, más allá del Jordán; y por medio de ello instó a Josué a no temer, sino más bien a pelear, confiando en que la victoria la da el Señor.
 
Si Dios es el que pelea por nosotros, entonces venceremos el miedo que nos impide luchar; ya que el enemigo más grande que podemos tener es nuestro propio temor que nos paraliza y que nos estorba para actuar conforme al mandato del Señor.
 
Recordando que estamos del lado vencedor, nuestro corazón será fortalecido y podremos perseverar en cada lucha que nos toque, especialmente en la de permanecer en Cristo hasta nuestro encuentro con Él en la eternidad.
 
Si peleamos en el nombre del Señor, es Él quien lucha; y si Él es quien lucha, entonces Él es quien vence a través de nosotros. ¡Luchemos en el nombre de Jesús hasta que Dios venza! Porque Él es quien pelea por nosotros.
 

 
 
15 de marzo de 2025

 
BENDICIÓN EN EL DESIERTO
 
Deuteronomio 2:6-7 Compraréis de ellos por dinero los alimentos, y comeréis; y también compraréis de ellos el agua y beberéis; pues Jehová tu Dios te ha bendecido en toda obra de tus manos; él sabe que andas por este gran desierto; estos cuarenta años Jehová tu Dios ha estado contigo, y nada te ha faltado.
 
 
El tiempo y el lugar no determinan la provisión de Dios, pero si hacen resaltar sus bendiciones sobre nuestras vidas; es por ello que todo desierto o dificultad nos enseña a vivir por fe y no por vista.
 
Antes de poseer la tierra prometida, Dios le indicó a Moisés los pueblos vecinos que debía vencer en batalla y cuales debía dejar en paz; y, como es lógico, para pasar por el territorio de los que dejaría en paz, les mandó a comprar lo que de ellos necesitaran.
 
Si esta orden hubiera sido recibida por las mismas personas que salieron de Egipto 40 años atrás, de seguro se habrían quejado por tener que pagar; y tal vez hubieran argumentado: “¿Acaso no estamos pagando lo suficiente al vivir en el desierto por tantos años? ¡En Egipto estábamos mejor!”. Pero los que escuchaban en ese momento eran los nacidos en el desierto, los cuales si valoraban como Dios los había bendecido durante tantos años.
 
Se les pidió comprar porque tenían con que hacerlo; pero a muchos de los creyentes de hoy nos cuesta gastar en lo que necesitamos. Más aún, a veces nos cuesta invertir en lo que nos pueda producir un beneficio en el Señor; y esto nos sucede por enfocarnos en el desierto que pasamos y no en la gloria de Dios que nos bendice a través de la dificultad.
 
Decidamos, pues, a quienes nos queremos parecer: A los que salieron de Egipto y murieron en su dolor por estar en medio de un terrible desierto; o a los que nacieron en el desierto y se acostumbraron a ver la gloria de Dios en medio de sus dificultades, heredando finalmente lo que se les prometió.
 
¡Miremos lo que Dios ha hecho en nosotros, por medio de la fe en Cristo, para seguir siendo útiles en Su reino!
 

 
 
14 de marzo de 2025

 
NECESIDAD DE AYUDA
 
Deuteronomio 1:9, 12-13 En aquel tiempo yo os hablé diciendo: Yo solo no puedo llevaros… ¿Cómo llevaré yo solo vuestras molestias, vuestras cargas y vuestros pleitos? Dadme de entre vosotros, de vuestras tribus, varones sabios y entendidos y expertos, para que yo los ponga por vuestros jefes.
 
 
Ninguna persona verdaderamente sabia tratará de hacer sola todas las cosas. Mientras más sabia sea, más reconocerá su incapacidad frente a los demás y frente a sí misma; y más dejará que Dios la bendiga con la ayuda de otros.
 
En Deuteronomio, Moisés se dedicó a recordar lo acontecido durante los 40 años de peregrinación de Israel. Él hizo referencia a lo difícil que fue liderar un pueblo tan grande y tan conflictivo; por lo cual tuvo que pedir ayuda para poderlo gobernar desde el principio de su travesía.
 
Aunque no había un varón más preparado en lo intelectual, en lo emocional y en lo espiritual, Moisés no pudo gobernar solo a Israel. La magnitud de la responsabilidad, y lo complicado de la labor, le hicieron clamar a Dios por personas para que le colaboraran. Y aun cuando esto significó delegar su autoridad, lo aceptó; porque pudo percibir sus propias limitaciones y creyó que Dios sería finalmente quien se glorificaría.
 
Buscar ayuda en otros es más que una simple cuestión de estrategia, es una declaración pública de nuestras limitaciones; y al mismo tiempo es una proclamación de confianza en la obra de Dios a través de los demás. Quien no pide ayuda, por preparado o capaz que sea, terminará sepultado bajo la labor que de forma orgullosa y prepotente inició.
 
El cristiano reconoce a su Salvador como el único poderoso; y por ello apela a Él, a través de la ayuda de otros, cuando se percata de sus limitaciones y de sus fallas. ¡Es mejor humillarse para vencer que ser derrotado por el orgullo!
 


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